ALEXIS BAROS LÓPEZ (Santiago de Chile, 1992), se tituló en Enfermería en la Pontificia Universidad Católica de Chile. En el 2010 formó parte del Taller de Creación Literaria, mención Narración, de la Universidad Finis Terrae, impartido por Marco Antonio de la Parra. Mientras cursaba estudios universitarios, también fue miembro de los talleres de poesía conducidos por Elvira Hernández, Luis Correa-Díaz, Paula Ilabaca y Héctor Hernández. Publicó su primer plaquette en el 2013, titulado Palabras del enfermero. El 2014 obtuvo la Mención Honrosa en el Concurso Roberto Bolaño del CNCA con el texto “La chica María. Autopsia de una semana cualquiera”. En 2015 fue invitado al Festival Latinoamericano de Poesía Tea Party 4 realizado en Arica y Tacna. Ese mismo año obtuvo el segundo lugar en cuento y Mención Honrosa en poesía en el Concurso Literatura UC. Publicó La chica María con la editorial Cinosargo en 2016. En 2018 obtiene el Primer Lugar en el “III Concurso Literario Cementerio Metropolitano 2018” en el género de poesía, con el poemario Sparta Gym. El 2019 obtiene el Fondo del libro del CNCA con Bambi, o la triste historia de un niño SENAME (inédito aún), y el 2021 vuelve obtenerlo con Antología de amor y otros poemas de Helga G. Pataki, libro que publica el año 2021 bajo el sello editorial Industrias Tolueno.
La chica María (autopsia de una semana cualquiera)
Primera reacción fisiológica: Metabolismo
3.
El paquete de Serranitas
es abierto con la delicadeza
de una hemólisis celular
las primeras galletas sabor a lima limón
y el colorante cancerígeno
amarillo crepúsculo.
- ¿Si alguna vez le dijera que me gustaría comérmelo?-
(su amiga de las espinillas tapadas con maquillaje
La mirada midriática detrás de la cortina de rímel).
Pelotazo certero en el arco
tan certero el complejo enzima y sustrato
la primera disgregación
le hacen pensar que su compañero futbolero
el de las piernas arqueadas
nunca la había pescado,
el Bairon
no miraba a las más grandes,
las alumbradas de la disco.
La séptima galleta calma los demonios
inflamados de estómago
calma su hambre fisiológica
pero no la liberación intermitente
de todas las hormonas
que le vasodilatan la entrepierna
que le aumentan la frecuencia
cardíaca y respiratoria
la chica María cree que su corazón
es un paquete de Serranitas vacío y arrugado.
Se ríe
escucha su tubo digestivo
imagina que le habla, dice:
“El Amor es como la digestión de las comidas
placentero al tenerlo en la boca
al tragarlo,
sentir el bolo digestivo por el esófago
que acaba al sentarse en el baño
eliminando todo lo que no sirve como excremento
compuesto por millones de bacterias muertas
millones y millones de bacterias
como millones de estrellas intergalácticas
también muertas
muertas, muertas,
necróticas, apoptóticas”.
El corazón le explota en cada suspiro
en cada pase futbolero del Bairon.
El timbre del recreo suena
la chica María se levanta
las migas de Serranitas no caen
penetran las fibras del jumper
se adhieren en las paredes aurículo-ventriculares
se adhieren en las arterias de su paquete/corazón.
Cuarta reacción fisiológica: Señalización
Golpeteo de cuchara
humedecido el pan tostado
la mantequilla el jamón sándwich
la chica María sentada
pegados sus glúteos rellenos de lípidos
su mamá los ojos pegados en la tele
estimulación luminosa en canal 9
suspiro de once saliva en la boca
movimientos peristálticos
de esófagos ulcerados
una por copete la otra por el café.
María recuerda la tarea de lenguaje
su mamá la ropa en la lavadora
María piensa “no sé escribir un poema”
su mamá “no tengo arroz para el almuerzo”
María y la bolsa de té entibiándose
su madre las migas bajo los individuales.
El tímpano vibrante la silla y la cerámica
-permiso, estaba muy rico- se levanta
encima taza y platillo la servilleta arrugada
los restos de jamón entre las fibras del mantel
la chica María mira triste la cocina
ojalá sus lágrimas fueran de detergente
y le ayudaran a quitar la grasa de la loza
a quitar la pena de las cucharas
antes de un grito pegado en la glotis
antes que su papá enojado de día jueves
antes de hacer la tarea de lenguaje
antes de que piense
“no sé escribir un poema”
antes que se dé cuenta
“mi mamá no tiene
arroz para el almuerzo”.
Sparta Gym
Autofagia
Algunas noches de entrenamiento
me imagino mordiendo tu carne
cortándote un músculo
oliendo a sudores de sangre
degustando el sabor de una pesa.
Algunas noches de entrenamiento
imagino tu cuerpo desnudo
quiero llevarme a la boca
jugoso y sin grasa un filete
anatomía perfecta por ejercicio.
Algunas noches de entrenamiento
imagino la extinción del gimnasio
el silencio pesado de las máquinas
cuando a falta de gente
deba empezar a comerme la carne.
Los poetas no deben tener calugas
No, los poetas no deben tener calugas
están destinados a sufrir el cansancio
la mancuerna oxidada y los pulmones
dos hojas resecas
amenazan con caer de su tráquea.
Su cuerpo imperfecto
jamás deberá ser adorado
nadie lo mirará con ganas
los dientes hambrientos
la carne caliente casi asada
blanda y jugosa en sudor.
Las pesas con ellos no llorarán
promesas perdidas del físico de su dios
reirán y la burla naciente en el fierro
falta de fuerza del brazo huesudo.
Un poeta en el gimnasio
no bebe batidos de proteínas
se toma una chela rancia
sabor transpiración
no come atún enlatado
prefiere un completo con mayo
vienesa con restos de algo
que quiso ser animal.
En ejercicio escribirá
día tras día con letras tonificadas
poemas musculosos que no
palparán endurecidos en un cuaderno
lleno de dietas y cálculos de IMC.
Los poetas no deben tener calugas
sí un abdomen gigante repleto de rollos
morir de un infarto corazón taponado
o bajo todos los discos del gimnasio
sangre y grasa se esparza
una mancha perpetua en el piso.
Antología de amor y otros poemas de Helga G. Pataki
28 de marzo 2002
En mi armario
detrás de mis vestidos
tengo un altar de tu imagen.
Y lo miro todos los días
oculta entre las ropas
te rezo devota
en mis labios sagrados
derrito la vela
tu nombre predico
los ojos volteados
me miro iluminada
el candor de las luces
ciudad resplandece
tu cielo dentro de mis costillas.
17 de mayo 2002
¿Has pensado alguna vez
qué dicen los ratones?
¿Qué hablan entre el olor
alcantarillas de esta ciudad?
Tal vez se comentan
en qué casas
del barrio encuentran
el pan más blando
o quiénes tienen
trampas llenas
quesos letales.
O sólo preguntan
unas a otras:
“¿cómo estás hoy?
¿Qué harás este día?”
Tal vez alguna
ratita enamorada
a su ratón
de hermosos bigotes
le dice:
“Te amo
si mueres
esta noche
mi vida contigo
se acaba”
Tal vez
sólo tal vez.
Pero de algo estoy segura
los ratones se hablan
y viven en mis entrañas.
Arnold si soy tu ciudad
viven adentro
roen paredes
como tú lo haces
día a día
mi corazón entristecido
Arnold los ratones de mi pecho hablan
dicen cuánto te amo
dicen:
“si muere esta noche
tu vida
con él”
Arnold
¿has escuchado
alguna vez
los ratones
chillando en mi pecho?
Bambi, o la triste historia de un niño SENAME
1.
Bambi nació una noche
olor a sangre y primavera
los pasillos hospitalarios
grito de hermoso animal
lavaron las enfermeras
su cuerpo naciente
lágrimas de emoción.
Bambi llegó una noche
su casa nylon y lata
la pieza hinchado el cartón
cielo ausente de estrellas
en sus ojos de niño/ciervo
los postes de la población
los astros más bellos.
34.
Y
ese mar
que tranquilo
le baña
la carne
de niño
abierta
espuma
de sal
susurro
marino
a Bambi
promete
arderle
la pena
de Chile.
702 – Inédito, 2023
VI.
“Tendremos el departamento más lindo del edificio”.
Me decías abrazándome, me decías lleno de amor.
Mientras yo imaginaba un departamento, nuevamente vacío.
Perdón, la imaginación no da para tanto cuando ni si quiera sabes si de verdad querías tener un departamento.
X.
He pensado en meter la cabeza en el horno, como si fuera un avestruz suicida.
Pero no. No señores, acá no hay olor a gas.
Tampoco hay muerte.
Mis plumas iluminadas se encienden de electricidad, un pobre chispazo de luz.
¡Qué frustrantes milagros de una casa moderna!