206. Año 10 | 2.ª Ed. Quincenal Sep. 2025 | DANIEL CORBU – La entrada en el milagro

DANIEL CORBU (Tîrgu Neamţ, Rumanía, 7 de abril de 1953) es poeta, ensayista y traductor, miembro de la Unión de Escritores de Rumanía desde 1990, de la Sociedad Cultural «François Mauriac» (París) y de la ASLR Québec Canadá. Graduado en Letras (rumano-francés) por la Universidad de Bucarest y doctor en Ciencias Filológicas con una tesis sobre el discurso posmoderno, debutó en la revista România literară (1979) y editorialmente con Intrarea in scenă (1984). Ha traducido a Cioran, Roland Barthes, Daudet, Mérimée, Valéry, Jabès, Michaux, Elytis, Borges, Jacques Le Goff, entre otros, y su obra figura en numerosas antologías nacionales e internacionales. Desde 2004 dirige la revista de experimentación literaria Feed Back, preside la Asociación Cultural homónima y, desde 2006, organiza el Festival Internacional de Neoavanguardia. Entre sus poemarios destacan Plimbarea prin flăcări (1988), Preludii pentru trompetă şi patru pereţi (1992), Documentele Haosului (1993), Manualul Bunului Singuratic (1997), Cartea urmelor (2001), Evanghelia după Corbu şi alte poeme (2006), Apocalipsa de fiecare zi (2009), Poftiţi, Domnule Kafka! (2010), Lecția de Abis (2019), Purtătorul de tăcere, 33 poeme salvatoare (2021), Spre Fericitul Nicăieri (2022) y Cartea Nopților (2024). Su novela Januvia – roman de la solitude ha sido publicada en 2025 por Editions Constelations (Francia). También es autor de ensayos sobre posmodernismo, vanguardia europea y metafísica de la poesía. Su obra poética y ensayística ha sido traducida y publicada en Francia, Italia, Alemania, Estados Unidos y otros países, y sus poemas han aparecido en revistas y antologías de más de diez naciones. Ha recibido, entre otros reconocimientos, la Medalla de la Orden del Mérito Cultural en grado de Caballero otorgada por la Presidencia de Rumanía (2004), la Orden Cultural Mihai Eminescu de Moldavia (2011), el Gran Premio y Trofeo del Festival Primavera Europea de los Poetas (2019), el Gran Premio «Nichita Stănescu» (2021) y el Premio «Mihai Eminescu» de la Academia Rumana, considerado el máximo galardón de poesía en su país.

 

Traducido del rumano por

Gustavo-Adolfo Loria-Rivel

 

 

 

LA ÚLTIMA CENA

 

Como si yo tuviera mucho tiempo, como si

yo siempre empezara

por las noches vienen a mi memoria eventos sin par

con miradas tintineando como monedas de plata

en mis orejas resuena el murmullo del corazón

el zapateo de muchos Job recorriendo barrios.

Así empieza la última cena:

los discípulos pusieron los cubiertos de plata,

llenaron las fuentes de rayos

en los vasos todopoderoso hacía melindres el horizonte

ahora cualquier rezo humilla los ocasos

cualquier aureola se inclina

así empieza la última cena

pero quizás en algún sitio se preparó también una cruz

a la medida de las palmas de mis manos

No soy ni Jesús ni Napoleón, ni siquiera Stig

Dagerman, estoy sólo en la última cena

y, sin embargo, alguien me vederá.

 

 

LA ENTRADA EN EL MILAGRO

 

¿Por qué me hiciste de carne cuando habría podido

nacer de piedra

cuando podría haber sido árbol o espuma

del mar

y el sufrimiento habría morado lejos de mí?

Quizás tú quisiste que yo naciera astro

y heme aquí tan sólo una triste verdad que camina por

el mundo

luciérnaga de las interminables y difíciles noches.

Para canción y muerte me trajiste al mundo madre

vestido en mi futuro de estrellas fugaces

no me abstuve de alimentar mi propio vacío

y de acariciar la tierra bajo mis párpados.

¿Por qué me hiciste de carne, madre,

cuando habría podido nacer de piedra

cuando podría haber sido árbol o espuma

del mar

y el sufrimiento habría morado lejos de mí

y no habría yo sentido como nos cubre el llanto.

 

 

CLARVIDENCIA OSCURA

 

En una ciudad oscura, en un edificio

oscuro

en el piso más oscuro

viven un poeta oscuro

que escribe versos oscuros y publica

para lectores cada vez más oscuros.

De vez en cuando críticos oscuros

publican crónicas oscuras

en revistas oscuras de Europa

o de otros continentes

igualmente oscuros

en un planeta oscuro

de un sistema solar oscuro

arrojado en una rama oscura

de una galaxia oscura de un universo

de una absoluta oscuridad.

 

 

CINTURÓN NEGRO

 

Desde hace tanto tiempo llevo la cintura negra

de la Vanidad

sin edad entre las del mundo cosas

sin edad.

Los biógrafos me cambian siempre la fecha de nacimiento

y Dios la de la muerte.

Nací el segundo día de Pascuas

del año 195… Era 7 de abril.

Jesús apenas había resucitado y hasta la Asunción

a la derecha del Padre aún quedaban unos cuantos días.

Las adivinas predijeron que sería rico.

Y no fui.

Que sería feliz. Y no fui.

¡Oh, pero los biógrafos saben mucho más!

Ellos me cambian siempre la fecha de nacimiento

y Dios la de la muerte.

 

Desde hace tanto tiempo llevo la cintura negra

de la Vanidad.

¡Haz, Señor de lo visible y lo invisible

de este pecado también una virtud!

 

 

ENTRE UN GRITO Y OTRO

 

A mis críticos provocadores

 

 

Entre un grito y otro, así he vivido.

Vosotros, aquellos que mantenéis los bordes de mi laberinto riendo a carcajadas,

que esperáis que tenga cada mañana

 

un rostro diferente,

que me inventáis diques de lágrimas,

¡no me detenéis la mano susurrando hacia el corazón!

Sueño como si incrustara jeroglíficos

sobre nieves viajeras. Miro

las líneas de la suerte mezclándose,

estoy a veces escondido por las esquinas del canto.

En el mundo pasiones diminutas tormentan lentamente.

Vosotros, aquellos que mantenéis los bordes de mi laberinto riendo a carcajadas,

¡no cubráis mi grito

y no me embauquéis con felicidades postergadas!

 

 

 

EL PÁJARO NEGRO

(El último poema romántico)

 

A una hora avanzada de la noche cuando acababa de dejar de trabajar en “El tratado sobre la cobardía del mundo desde los orígenes

hasta el presente” y daba seguimiento por internet

a las más negras noticias, cuando acababa de hallar que en Costa Rica la criminalidad entre los elefantes blancos había crecido

de manera preocupante, que un hombre encendido por el impulso de violar estupró a nueve mujeres en un solo día en algún sitio por las Islas Canarias

y que las mafias secuestraron nuevamente al hijo

del millonario Hababis, que las cosas de la Princesa Diana se venden por sombríos mercados de las pulgas

que en Hollywood se le pone a Shakespeare sobre la cabeza una ceniza postmodernista sofocante

agria y pesada como un tren de soldados,

que unos hombrecitos verdes amigos de la gente participantes en el Puente de Flores intergaláctico han ocupado tres islas más en el Pacífico,

oí un ruido que venía por la ventana abierta,

un ruido prolongado y macabro como de OVNIS nerviosos, despegué los ojos de la multicolor pantalla del internet

y vi la enceguecedora luz como borrascosa

entraba en mi habitación después una ráfaga de alas heló el recinto

dejándome petrificado en mi sillón barroco con peluche

y por encima de la chimenea un cuervo principesco se sentó mirándome fijamente

Como en una fílmica escena pasaba por corredores de terror descascaraba momentos perdidos en un laberinto abandonado pero yo inmóvil en la silla veía por encima

la chimenea inglesa donde se sentara el extraño e imperial pájaro negro

El alma: transformada en escoria y retozando entre

 

“Eres el Cuervo de Poe – me atrevía a hablar casi en susurros – por los tanto tus alas fines anuncian.

Dime, ¿por qué viniste apocalíptico y misterioso Cuervo?”

 

Pero el se quedaba inmóvil viéndome fíjamente.

“Sé que dirás ahora Nevermore – pronuncié enfáticamente

tan sólo eso puedes decir Cuervo inculto viajera ave de mal agüero lo sé de Poe. ¿Pero por qué me has elegido

justamente a mí partiendo un siglo con el ala negra?

Vamos, di, cuervo alegórico, ave de mal agüero de los siglos

que se han tropezado en los sueños, ¿eres Vida, eres Muerte? ¿ers la cara de la Ruina?”

mis pies

“THAKATIMUNU SIPEDI”

salió del pico real del pájaro negro “THAKATIMUNU SIPEDI”

se difundió por todas partes en la habitación triste como el escalofrío helado de la muerte “Dime, pájaro oculto, seas quien seas,

¿esa palabra extraña qué significa?

 

Pero el Cuervo pronunció triunfalmente: “THA-KA-TI-MU-NU SI- PE-DI”

 

“De nuevo te pregunto majestuoso cuervo Thakatimunu Sipedi

¿qué significa y por qué has cambiado junto con el siglo aquel misterioso “Nevermore”? ¿Y por qué a

mi me elegiste

entre la multitud dejándome vacío como tras

una devastadora borrachera?

Pero el Cuervo respondió mirándome fijamente con su mirada vidriosa: “THAKATIMUNU SIPEDI”

 

“¿Y ahora a dónde, enigmático Cuervo,

cuando me vertiste la negrura del misterio en el alma, como sobre un ajenjo maldito? ¿Sabes algo más sobre Poe,

aquel que murió en una zanja poco después que le regalaras la extraña palabra “Nevermore”?

¿Y ahora a dónde? ¿hacia Dónde? ¿hacia Cuándo?

Respondió el Cuervo mirándome fijamente: “THAKATIMUNU SIPEDI”

Abrí el Diccionario grande en la T, en la S, en la P y en la ancestral y discutible Z de los antiguos reyes

para no perder el sentido, como antaño hiciera Poe,

antes de que desaparezca el extraño y apocalíptico pájaro negro:

“Zopedi” = hueco del tiempo, “To axion esti”, “Gnoti

Seauton”, “Katimoris” = flor asesina, “Katimos” = duna de ocaso multicolor (Quizás aquí debiera enterrar todas las ideas sobre las cosas)

 

Apresurado hojee masónicos libros, Gehena, Paideuma,

El Golem, Cábala con mil sabandijas corriendo

por mi columna vertebral olvidando el pájaro hablante hasta que

oí el batir de las alas y el mágico Cuervo

sentado sobre el marco de la ventana pronunció por última vez THAKATIMUNU SIPEDI

 

por el prado con guindas alejándose

por entre los dados y los basureros de la noche alejándose

mientras repetía confundido

“Gnoti Seauton” “Zopedi” “Imunu” “Katimos” “¿Hacia Dónde?” “¿Eres Vida, eres Muerte?” “¿Eres la cara de la Ruina?” THAKATIMUNU SIPEDI            THAKATIMUNU SIPEDI

Más allá del bien y el mal esperando amaneceres.

 

EL BARCO

 

Día tras día trabajé en el barco con siete velas como en una gran construcción

Le puse con cuidado la proa, el castillo y el babor,

Pasaban los días, prostitutas hirvientes para amantes simpáticos. La juventud así pasó.

Venía gente, un tipo de Jesuses asmáticos: “Se dice que se yergue un barco

pero no se ve nada – decían –

quizás es tan sólo un barco de palabras”. Día tras día seguí trabajando en el barco. Día y noche el imperio de la duda quebré.

Le puse con cuidado la popa, el trirreme y los odeones fogón desplegado del alma, baldes de rocío

“¡Entrad en el barco con siete velas,

el viento es favorable y la lejanía nos espera he ahí como ilumina con todas sus heridas!” Pero la gente tardaba en subir.

“Este no es un barco como todos los barcos

decían probando en las manos la armazón de letras hirvientes

este es un barco de sílabas

este es un barco llenado con lágrimas”.

 

 

REPORTE A LAS NOCHES ESTÉRILES

 

Lo que nos une es un canto de muerte. Paso por muros y grito:

¡Abel, Abel, hermano, lo que

nos une a nosotros es un canto de muerte! Pero las palabras nunca bastan OTRA COSA DESGARRA LOS CORREDORES

Con la clámide negra

como la llama del libro iluminando paso por caminos extraños y grito:

¡Abel, Abel, hermano, lo que

nos une a nosotros es un canto de muerte! Un gusano se traga uno tras otro los puntos suspensivos del mundo

al atardecer UN DIOS CANSADO CAE EN MIS PÁGINAS

¡Abel, Abel, hermano, lo que

nos une a nosotros es un canto de muerte! Pero las palabras nunca bastan,

otra cosa desgarra los corredores,

¡OH, CUERPO REY, armazón mío

de terror y sueños!

 

 

 

 

HORTUS DELICIARUM

 

Ni los soldados se comen, ¡Muerte déjalos que sueñen la victoria!

Ayer estuve menos vivo

y fui quizás tu alegría sin límites.

Los barbitúricos, el propanol y todas

las substancias del amigo John, el boticario probaron ser inútiles, tal como LAS IDEAS

CON LAS CUALES HACÍA ALGUNAS VECES EL AMOR

en un café olvidado por el mundo.

Ayer estuve menos vivo

y fui en las cercanías tu alegría sin límites.

Me revolqué alrededor de la semilla agrete

de luz

Te negué las esposas, Implacable, releí de memoria los grandes libros y por ello peripateticé como

por el jardín de los placeres

probé la sorpresa idiota ante la ceniza

y hasta la noche aumenté el número de idiosincracias.

Retraído en recintos secretos

totalmente irritado por el eterno presente

lloré transtornador y reí postmodernistamente.

 

 

EL MANUAL DEL BUEN SOLITARIO

 

Aún te conoce mi boca besando navajas delgadas aún te conocen las manos el llanto sin causa

¡ay de mí errante por espejos!

las migajas del canto han enmudecido y hay tanto silencio

como si hubiera muerto en varios cuerpos

de pronto.

Una vez estaba de pie entre los disparos de la risa desafiaba de lejos las horas deshojadas

ahora cada vez más arrepentido avanzo de temor de no vivir el futuro de otro.

Aún te conoce mi boca besando navajas delgadas aún te conocen las manos el llanto sin causa

por las calles oscurecidas alguien proclama el tótem del amor, el retorno a los libros que nos vencen

las palabras pasan cansadas como las lavanderas al atardecer los ángeles duermen

los amigos envejecen en las fotografías

El manual del buen solitario languidece en los recintos.

 

 

EL CETRO Y LA CORONA

 

Cien guerreros le llevaban su corona perfumada y sin embargo era triste su semblante

Cien apóstoles le llevaban en brazos

su oscuridad dejando que le invadiera la luz

y sin embargo apagada era su voz.

Cien trompeteros le acompañaban sus pasos

y sin embargo era amarga su sonrisa y nublada su mirada Si no hubiera mirado sólo adentro de sí mismo

habría visto otros hogares

otras estrellas hinchadas de llanto.

 

 

POR LO DEMÁS HAY CALMA

 

Al poeta George Vulturescu

 

Desde que yo soy yo he vivido momentos a punto de estallar

Pero sin darme cuenta pasó la juventud

como una lluvia de verano como una tormenta desencadenada

pasó la juventud.

Hagamos las maletas – me dije – preparemos los vendajes!

Así sucede:

primero vienen las palabras de la desgracia y después viene la desgracia.

Así sucede:

siempre es salvado un Barrabás

y siempre alguien ofrece sus manos para los clavos. Existen comerciantes de palabras, existen comerciantes de nada

colgamos de nuestras preguntas

como ropa de las perchas

por lo demás hay calma.

 

 

EPÍSTOLA A CATULO

 

Si he de enceguecer significa que me eligieron los dioses para engrandecer las tinieblas.

Ahora de cuanto puedo ver te digo: no hay nada nuevo, Catulo

los mismos estandartes, quimeras, desilusiones y utopías del mismo modo nos miente el horizonte

y los tiempos de la elegía ya han pasado no hay nada nuevo, Catulo

tan sólo unas alas rezagadas siguen batiendo por los cobertizos apagadamente

tan sólo el silencio hablando en sus lenguas reyes sardónicos aún azotan el mar

el día de mañana se maquilla frente a un espejo, desvergonzado

como una gloria de dos centavos

no hay nada nuevo, Catulo cada día un dios nos reniega

y cada día un dios es renegado

el juego con los corazones de las mujeres

es como una doma de leones

y se conocen tantas maneras de quedar solos.

 

 

PARA TANTA MUERTE

Al poeta Cezar Ivănescu

 

Mi nacimiento no me preguntó si estaba bien o no y me desperté un día entre vosotros agobiado como si llevara en mí todo el oro de Galaad.

Por mi rostro pasaron sonrisas, cruces y milagros firmamentos y diamantes, retores y Napoleones

de trapo

Contra la carne he usado tantas estrategias

he conducido una nación de palabras

y me he calentado a la sombra de los conceptos en flor aún no estoy listo para tanta muerte!

Rey me proclamé sobre mi propio vacío y tantas veces la soledad

me prensó los dedos en las puertas escogí las bebidas mas finas y amé a las mujeres más ardientes

no estoy preparado para tanta muerte!

Fue vencedor y respiré el aire de tantas derrotas

desconjuré mi correspondencia con el desierto del Sahara hasta un punto soñé

hasta un punto sonreí

a cambio de las profecías pedí paz

y se me dio el laberinto

con temor y furia miré en los ojos de la divina Ausencia NO ESTOY LISTO PARA TANTA MUERTE!

 

 

 

 

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