29. Año 9: Yolanda Rivera Castillo | Baladas de tentación y destierro (Santa Rabia Poetry, 2023)

YOLANDA RIVERA CASTILLO es natural del pueblo de Añasco, Puerto Rico. Su padre, Sotero Rivera Avilés, poeta de la generación de Guajana, la motivó a escribir poesía a temprana edad. Raquel Salas Rivera, su retoño, quien es también poeta, un día le dijo que debía publicar su creación. Su primer libro Emergencia de la luz, fue publicado con la Editorial Pulpo de Puerto Rico. Además, sus poemas se han publicado en antologías y revistas de poesía en español como: En sentido figurado, Pulso de poesía, Cachaperismos, Grito de mujer, Contratiempo, Premio Eros 2015, Crear en Salamanca, y en su lengua prestada (Tongue’s Palette, Erotique Caribbean y The Wanderer). Ganó el segundo premio en el Certamen Poesía en Abril, de la revista Contratiempo, y fue seleccionada para inclusión entre los veinte poetas del III Certamen de Poesía Erótica Canarias 2015. Su poemario Baladas de tentación y destierro recibió mención de honor en el IV Certamen de Poesía La palabra de mi voz y Ritos de Catástrofes y Cenizas fue finalista del Premio Pilar Fernández Labrador 2019. Al presente, se desempeña como profesora de la Universidad de Puerto Rico, estudia lenguas criollas del Caribe, así como la lengua de señas de Puerto

 

 

 

FLORES DE LA PASIÓN Y MUERTE

 

 

El teléfono es la llave de la pomarrosa,

la dalia, la lila,

el olor de la flor que habita tu dedo.

 

En tus manos cada día

encomiendo mi espíritu,

mi carne, mis cosas pequeñas, cotidianas,

las briscas y los ases, los reyes, las coronas

que perpetúan la luz de una existencia corta.

 

Saber que el jobo está en tu patio,

veintitrés pasos a la escalera

y otros innumerables hasta tu pecho

donde habitan los gatos,

las velas de sangre amarga,

espinas sobre mi frente

de esa rosa nuestra que nos hurga

esta muerte irredenta.

 

 

BOLERO AL FINAL

 

 

Arráncame la vida del espanto,

ensúciame el ser con tus velorios,

con tus cuerpos altos tan amargos

que siembran un petardo en esta luna.

 

 

DESTIERRO (EPÍLOGO)

 

 

Cierra tu puerta

que estás cansado

y existe y no existe

la cordura,

mis años,

la verja sin pintar.

 

Estarás seguro

y abrirá las ventanas

otra gente.

Todo será distinto.

Tengo esa certeza

o la tuve

alguna vez,

pero ya

se me han perdido las llaves

y tú cierras.

 

Será mejor

volver a casa.

Todo será bueno

en el suelo

si me caigo,

si me duele,

si me dueles.

 


 

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