AMANDA KUNIYOSHI aka Bendita Imprudencia (Lima, 1995) es Directora de Arte y Diseñadora Gráfica del Instituto Toulouse Lautrec. Ha participado en el Festival Caravana de Poesía (2022) y en diversos recitales. Desarrolla de manera autodidacta la pintura y la ilustración con matices abstractos y surrealistas desde una edad temprana. Su arte en general se basa en el trabajo con la canalización intuitiva y busca profundizar en la complejidad del inconsciente de la psicología humana. Esta selección de tres poemas pertenece a su libro «Ecdisis» publicado a finales del 2023 dentro de la Colección de Poesía Panhispánica de la editorial peruana Santa Rabia Poetry.
ECDISIS
Aquí nazco
en mi astuta complejidad
de ritos y milésimos ojos
este homólogo céfiro
donde habita el estertor
y enlutadas fotografías
que tapizan sus colmillos
y la solemne sedición
de hecatombe.
El vértigo entre ráfagas
de infantes recuerdos
me hace cautiva simulación.
El acuoso misterio
engulle narcisos
de invisibles tocados
y Dios solo acompaña
a quien
sostiene
la dual balanza
y observa al mundo
desde prismas boreales.
Quizás la imprudencia
sea una eclosión de cometas
esas árticas aves
en la esfera
del tiempo
y su inasible marea.
Camuflo mi contradicción
con la terquedad
en la frente
y le rezo
a la trémula llovizna
cuando nadie suspira.
Mi punzante telepatía
a veces apátrida
se mimetiza
entre luminosos alacranes.
El cáncer retrae mis pasos
en medio
del esópico fuego
en su camino
a ser pulsión.
Burbujeante
y vívida muto
en la convexa brújula
de este sueño
ahogado en alquitrán.
GRATITUD
Mi palpitante mástil
sofoca el magma
escarchado
en frenesí.
El arterial ermitaño
crucificado con espadas
mendiga un gramo de luz
ante la nebulosa miasma
que sacia
sus alígeras excreciones
y la dermis al rozar
la inconsciente lija.
Arde su mandíbula
en el péndulo
y convoca
un estelar cardumen
en tanto
regresa invertebrado
a su sinuosa
estancia de caracola
y sus enraizados tentáculos
no ven más allá
de su etéreo castillo.
Quiebra tu carcasa de navíos
esas sedosas cutículas
amalgamadas de vacío.
Quizás un diluvio
talle la gravedad de tus huellas.
AJEDREZ DECAPITADO
Es mi prerrogativa
liberar el torrente
anclado
a una sinestesia
de jardines y jaguares
que remecen la opresión
de áureas voces en el altar.
Sin aullar
ante lo evidente
esa pútrida valla
que muerde
cuando menos
entre insulsos piélagos.
Erupcionan viscosas
cúspides
con el alma
hundida en brea
y Siddharthas que pernoctan.
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