ALEJANDRO MASSA VARELA nació en la Ciudad de México, el 11 de noviembre de 1989. Poeta, ensayista y dramaturgo, licenciado en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Manifestante de la corriente anarquista Poesía de la inmersión y director de la Asociación de Estudios Revolución y Serenidad. Es autor del libro El Ser Creado o Ejercicios sobre mística y hedonismo, editorial Plaza y Valdés, prologado por el filósofo Mauricio Beuchot. Obra sobre filosofía de la identidad y la experiencia, ética y transteísmo. Su poemario El Aroma del dardo o Poemas para un shunga de la fantasía, con prólogos de los escritores Concha García y Eusebio Ruvalcaba, es publicado por Ediciones Camelot desde 2019. Se han puesto en escena sus obras Bastedad o ¿Quién llegó a devorar a Jacob? (2015) y El cuerpo del Sol o Diálogo para enamorar al Infierno (2018). Colaborador en medios de México, Estados Unidos, España, Venezuela y Argentina como Reforma, Sin Embargo, Río Grande Review, Perros del alba, Punto de Partida, Círculo de Poesía, Este País, La Otra, Abrojos y Rimas, Carruaje de pájaros, Crítica, Letralia, Alga y Ofi Press. Reconocimientos: Premio Poesía en Voz Alta (2013), tercer lugar, Casa del Lago, UNAM. Finalista del XIII Concurso Literario Internacional Ángel Ganivet (2019), Finlandia, por el poema Shunga del mar. Premio especial, V Certamen de poesía Enrique Pleguezuelo (2021), España. Premio al Haiku, XIV Concurso Literario Internacional Club de Leones de Rocha (2021), Uruguay.
Eco Visual
Abrirte una manzana
sin cortarla.
Los dedos:
filo de aroma
coloreando
el agua que me escurre.
Eco,
me alabas
al hoyar esa fruta
que nos huele,
salpicándote
a
la
s
g
o
tas
.
NEXO DE ILUMINACIÓN
Los primeros que pudieron distinguir
el rosa de unos labios temblorosos
pensaron que se puede pasar:
de pincharlos
en el pecho de pájaro en un dátil,
a las entrañas de las entrañas.
La carne fluye de ese conocimiento
adelantándose a las apariencias.
Paso de gratitudes:
casa de palmeras humanas
a punto de ser tiernas,
móviles colores en tránsito.
Fue un momento de visión radiante,
y juraron regresar a él:
encimaron piedras
como monumento,
hallazgo sobre hallazgo.
Desde aquella promesa inextensa
han pasado mil mundos,
y tomó su lugar esta vida sola,
un estanque limpio.
Bajo el agua,
tratando de respirar:
un disco de plata pálido,
un temblor del pensamiento
y un no pensar el temblor,
la arena que contesta
dónde quiero dibujar una boca.
hola
si la palabra es verso como un copo de nieve ya agua y que la palabra en su destrucción nos acreciente como creadores diseminados en este sumidero de planeta como taza de water flotando en un río que no encuentra su mar