Santa Rabia Poetry es una editorial independiente de Perú con proyección internacional cuyo interés se centra en la publicación de la poesía contemporánea más representativa dentro del panorama de habla hispana. Actualmente, nuestra Colección de Poesía Panhispánica cuenta con autores de Perú, Chile, Puerto Rico, Costa Rica, Cuba, México, Estados Unidos y España.
«Marina Aoiz Monreal (España, 1955) es una de las voces más inesperadas y extrañas de la poesía panhispánica de hoy en día. Poeta laureada, viajera incansable y amante de la mitología ha forjado una obra con una simbología propia de aliento universal. Su palabra es sabia y salvaje como una espada de luz en la espesura, como una gota de sangre cuya caída en la tierra es epicentro de visiones. La aparición de Odola es todo un acontecimiento y su música se suma —¿por qué no? — al poderoso orfeón de poesía escrita por grandes autoras del presente como Anne Carson y Louise Glück, con quienes comparte su fascinación por la búsqueda y el hallazgo en medio de las novísimas ruinas de lo olvidado. Tú que crees haber leído ya todo, léela, deja que en ti discurra la sangre nueva de su poesía».
— Elí Urbina
«El sujeto lírico de La forja del verso observa y fabula los movimientos de la luz, las sinuosidades de la oscuridad, las imprevistas direcciones de los vientos, las álgidas derivas de las aguas, las formas de la tierra, el paso de animales y astros metafóricos y físicos. Desde el marco de un itinerario estético, ético y filosófico, y sin dejar de reconocer los universos del desgarramiento y la evanescencia, ese sujeto descubre un júbilo en el que habitan, pese a todo, la templanza y la serenidad; encuentra espacios de donde emergen incesantes puertos de la plenitud. Allí, entre las caras de la oscuridad, esta escritura revela la memorable fuerza del fulgor. Entre las emanaciones de la herida, propone los surcos de ternuras antiguas o renovadas. Entre las agitaciones de la pérdida, destaca el vigor de lo que alguna vez estuvo presente. Entre los sismos de la muerte, no deja de nombrar la sorpresa de la regeneración».
— Jaime Morales Quant
«En estos poemas la cotidianidad es un espejismo que construye su propia trascendencia. Carlos Colón Ruiz celebra así la contradicción y el dinamismo de una actualidad donde se racionan los afectos y desaparecen las imágenes del otro. Son tiempos de mindfulness y corrientes espiritualistas, pero aquí el poeta se abandona a la frugalidad de los días, sumando anotaciones para un posible poema, ese auténtico registro del cuerpo y la caducidad. Asumir la realidad es un modo de vencerla y transformarla. Por eso, la aparente sencillez de los versos conforma un camino de encuadres cinematográficos donde nadie es protagonista. Como advirtió Pasolini, todos estamos en peligro. Este día nunca volverá sugiere dos maneras de salvarse: “brincar de luz en luz” o “existir hasta que algo relevante suceda”».
— Marta Jazmín García
«Luis Rodríguez Romero nos sorprende con su nueva obra, hilada en el itinerario de un buscador de razones entre las flechas que devuelve el cielo. Así toma las palabras este poeta, en una mezcla de miradas que por ratos son flamas y otras veces veneno, como archipiélagos en un mar de incertidumbres en los que el sol rebana la historia. Rodríguez Romero es un constructor de mundos, de atmósferas que ligan el universo y la piel, como si la lógica del fuego armara el vacío. Hay en esta poesía un sistema tan preciso que solo se revela al sentirla. Es la humanidad del sol sobre el mundo. En este libro confluyen tradiciones de diversas raleas, porque se alimenta de imágenes potentes, a veces acuarelas, grutas esotéricas, mientras cuenta una historia cotidiana bajo el ritmo del verso sonoro y exacto. Hay que leer a Luis E. Rodríguez Romero. No hay otro sitio donde tantas luces naveguen en el torrente de la noche».
—Vernor Muñoz
«Desde el dominio del lenguaje mass media, Ingeniería solar de Luis Correa-Díaz, nos lleva por el tránsito de una lírica atemporal o de todos los tiempos, con la frescura de una mañana recién cortada. Como si el poeta fuera aquel viajero intergaláctico, observa puntual las estrellas, la playa y la naturaleza, reclasifica y desmitifica referentes de la cultura griega, literaria, conceptos e ídolos del pop, rock, personajes de Hollywood, de la ciencia y la filosofía; citando del inglés al guaraní, pasando por el quechua, donde la canción, también en QR, forma parte del poema. Una maquinaria con los saberes de la decodificación humana se despliega: la memoria, un vaivén de sonido, captura de fotogramas para encapsular el instante. El amor es un chip incrustado en el cuerpo y “el alma cognitiva es data after all”. Esta escritura incansable de vagar por la vida (testimonio quizás de otras) nos recuerda que, “la verdadera razón de amor es el mundo”».
—Verónica G. Arredondo
«La rosa de fuego de Andrés Bermúdez se enciende y apaga al ritmo de los astros. Si de día, florece en la luz, deslumbra; si de noche, doloroso rescoldo, retorna impaciente al origen, se adormece hasta la llegada del alba. Rosa mística, erótica, fugaz, reveladora, en su espiral persiste el misterio de la vida, gesta la muerte. Rosa/enigma, despeja los velos de la niebla. Su aroma arrebata, embriaga, conduce al incierto destino de la palabra. Cuando nos acoge en el regazo de su pecho de madre/flor, ¡silencio!: calor emite; un arrullo apenas; ese tenue susurro; universal consuelo»
— Marina Aoiz.
«Elí Urbina, uno de los más relevantes poetas peruanos de las nuevas generaciones, tanto por su obra como por su trabajo en gestión cultural, ofrece con Exŏdus una segunda entrega de su poética de índole decididamente antropológica. Ahora no se asoma al abismo especular del hombre, sino que nos habla de y desde su puerto de Chimbote, del que su avatar literario se imagina un Odiseo para esta otra y renovada Ítaca sudamericana».
«Elí Urbina, one of the most relevant Peruvian poets of the newer generations, both for his poetry and for his work in cultural management, offers with Exŏdus a second installment of his poetics of a decidedly anthropological nature. Now he does not look into the specular abyss of man, but speaks to us of and from his port of Chimbote, for which his literary avatar imagines himself as an Odysseus from a renewed South-American Ithaca».
— Luis Correa-Díaz