Colin Morton | Atlas de cicatrices

COLIN MORTON. Escritor canadiense. Autor de numerosos libros de narrativa y poesía, incluidos los ganadores del premio The Merzbook: Kurt Schwitters Poems Coastlines of the Archipelago, así como un libro de historias y reseñas, la novela Oceans Apart, y su laureada película animada Primiti too taa. Sus poetryfilms están disponibles en YouTube. www.colinmorton.net

 

Trad. María Del Castillo Sucerquia

 

 

 

 

Insomnia

 

At your weakest

defences unravel

 

from plans or regrets

that desiccate in memory.

 

Sweating and shivering

you see all your feats

 

are wreaths set against

the edifice of death.

 

A night seen through

day’s a waking dream

 

the contraptions of day

displayed on a flimsy scrim.

 

 

Insomnio

 

En las defensas
más débiles te libras

de los planes o arrepentimientos
que se secan en la memoria.

 

Sudas y tiemblas
al ver que todas tus hazañas

 

son coronas puestas
contra el edificio de la muerte.

Una noche vista a través del día
es un sueño despierto;

los artilugios del día revelándose
en un lienzo endeble.

 

 

Tinnitus

 

I read John Cage and, in a silent room,

listened to the low thrum of blood in my veins,

the hiss of nerves in my head.

Proprioception I called it, after Olson.

 

For years I believed what I heard

was the microbiome of my inner ear –

cells living out their lives in there –

and I wondered about this thing called me.

 

How much of me is a population

of microbes doing I don’t know what

to or for me, living and dying

as I say these words.

 

Now I accent the first syllable,

call it tinnitus, as if that’s an explanation.

I told the doctor, I guess there’s little I can do.

You can complain, he said.

 

Tinnitus

 

Leí a John Cage y, en la silenciosa habitación,
escuché el sordo repiqueteo de mis venas,
el silbido de los nervios en mi cabeza.
Lo llamé propiocepción, en honor a Olson.

 

Por años creí que escuchaba
el microbioma de mi oído interno:
células que habitan allí.
Y me preguntaba sobre esto que me llamaba.

 

Cuánto de  es una población
de microbios, haciendo no se qué
para ellos o para mí; viviendo y muriendo
mientras digo estas palabras.

 

Ahora, acentúo la primera sílaba:
llámalo tinnitus, como si fuese una explicación.
Y supongo que hay poco por hacer, le dije al médico.
Puedes quejarte, respondió.

 

 

Scar Atlas

 

My father leaned over the sink

to study his face in the mirror.

With a sterilized needle he probed,

prodded, nudged out a sliver

of bomb casing risen to the surface

years after he came home from war.

 

Field doctors had removed the larger bits,

phosphorus that glowed in the dark,

then smoothed on a sheet of skin

borrowed from his body lower down,

and when the patient regained his sight,

sent him back to the battle.

 

As he lay on the sofa watching TV,

his legs thrown across my lap, I traced

a route with my fingers on the map

of shrapnel scars that pitted his shins.

 

He watched in silence the scenes of war

staged as heroics on the small screen,

never spoke of his own, said only

that the scars no longer hurt.

 

Atlas de cicatrices

 

Mi padre se inclinó sobre el fregadero
para examinar su rostro en el espejo.
Con una aguja esterilizada sondeó,
pinchó, empujó y extrajo un trozo de carcasa
de bomba que salió a la superficie años
después de regresar a casa de la guerra.

 

Los médicos del campo habían quitado las partes
más grandes, fósforo que brillaba en la oscuridad
y que, luego, se alisaba sobre una lámina de piel
tomada de la parte baja de su propio cuerpo.
Cuando el paciente recuperaba la vista,
lo enviaban de regreso a la batalla.

 

Mientras yacía en el sofá viendo la televisión,
con las piernas cruzadas sobre mi regazo, con las
yemas de los dedos tracé una ruta en el mapa de las
cicatrices de metralla que atravesaban sus espinillas.

Observó en silencio las escenas de guerra,
escenificadas como heroicos actos en la pequeña
pantalla. Nunca habló de los suyos, tan sólo
mencionó que las cicatrices ya no le dolían.

 

 

Remains

 

If in some distant age a learned archaeologist unearths your bones

and studies your split sternum, well-knit after surgery,

 

the report will conclude you must have been a queen,

or else your culture so cherished life no effort was spared

 

to save each one. Blessed as never before, scholars will write,

we never said die and never despaired.

 

The bones will not show your fears or regrets, let alone

your age’s apocalyptic prophesies, its spectacles of death.

 

Restos

 

Si en alguna época un erudito arqueólogo desentierra tus huesos
y estudia tu quebrado esternón, bien cosido después de la cirugía,

 

el informe concluirá que debiste haber sido una reina o,
de lo contrario, tu cultura apreciaba tanto la vida que se escatimó

ningún esfuerzo para salvar a cada uno. Benditos como nunca antes,
los eruditos escribirán, nunca dijimos morir y nunca nos desesperamos.

 

Los huesos no revelarán tus miedos o arrepentimientos, deja solas
las apocalípticas profecías de tu época, sus espectáculos de muerte.

 

Amnesia

 

 

Transient. This is no soap opera.

One day, just for a day:

I don’t remember where I live.

 

One day a doting mother

all dressed up for her son’s wedding

wakes in the front pew, corsage at her throat,

saying Where am I? Why am I crying?

Who is that getting married?

 

One day a surgeon

in the midst of a procedure he’s performed many times

loses the moment and snaps at the nurse

Where am I? What am I doing? then proceeds.

Handed sutures, he sews the body up

then turns to the nurse and says

Where am I? Who took that gall bladder out?

 

For a day I sit at your bedside in Emerg.

When we’re free to leave

it’s as if I’ve picked you up at the station

after a long, strange trip.

I remember, you say, someone was holding my hand.

 

Anmesia

 

Transitorio. No se trata de una telenovela.
Un día, sólo por un día:
no recuerdo dónde vivo.

 

Un día, una abnegada madre, vestida
para la boda de su hijo, se despierta
en un banco delantero, con un ramillete
en la garganta diciendo: ¿Dónde estoy?
¿Por qué lloro? ¿Quién se casa?

 

Un día, en medio de una intervención
que ha realizado muchas veces, un cirujano se
desconecta y le grita a la enfermera: ¿Dónde estoy?
¿Qué estoy haciendo? 
Se despabila y, luego,
con suturas en la mano, cose el cuerpo
y se vuelve hacia la enfermera diciéndole
¿Dónde estoy? ¿Quién sacó esta vesícula?

 

Por un día me siento al lado de tu cama en
emergencias y, cuando dan la orden de salida
sientes como si te hubiera recogido en la estación
después de un largo y extraño viaje. Recuerdo,
dices, que alguien me sujetaba la mano.

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