DAVOR ŠALAT nació en Dubrovnik en 1968, pero desde siempre ha vivido en Zagreb, donde se graduó en literatura comparada y letras hispánicas. Ha publicado siete colecciones de poesía: Roce interior, 1992, Los sueños de un corazón frágil, 2002, La camisa del silencio, 2002, Uspavanka pod pepelom, 2005, Murmullo sobre el asfalto (con Lana Derkač, México, 2008), La explicación del invierno, 2009, y Estrellas, antiguas caras de los rescatados, 2019. También ha publicado seis libros de ensayos y críticas, en su mayoría sobre poetas croatas contemporáneos: El silencio postergado, 2007, Caer en la coartada, 2011, En la casa del tigre, 2012, Reflejo del espejo, 2014, Escaneo del viento, 2016., y Lupa para la poesía. En el año 1991 recibió el premio Goran otorgado a los poetas jóvenes durante la manifestación La primavera de Goran. Fue premiado por la poesía intimista en Varaždin. En el año 2015 en Đakovo recibió el premio Julije Benešić por el libro Zrcalni ogled. la mejor colección de críticas. Šalat tradujo y publicó la colección de los poemas del Premio Nobel Juan Ramón Jiménez Eternidades, 2001, y las selecciones de poemas de Manuel Altolaguire, Víctor Rodríguez y Francisco Domene. Fue el redactor de las selecciones de poesía de los poetas croatas Željko Sabol, Ante Stamać, Branimir Bošnjak, Gojko Sušac, Dubravko Škurla, Zvonimir Golob, Ernest Fišer, Stojan Vučićević i Željko Sabol así como de panoramas de la poesía contemporánea croata en inglés y alemán (con Boris Perić). También, es cooredactor de la antología del Festival poético internacional Kairos u Zagrebu/Kairos in Zagreb (2006). Fue uno de los presentadores del mencionado festival organizado por la Sociedad de Escritores Croatas. Ha participado en varios encuentros y festivales poéticos y encuentros literario-científicos (Lituania, Eslovenia, Albania, Macedonia, México, India, Marruecos, Bulgaria). Publica poesía, prosa, crítica literaria y ensayos en diferentes revistas nacionales y extranjeras. Sus textos han sido traducidos a una decena de lenguas. Ha sido presentado en diversas antologías y panoramas de la literatura croata contemporánea. Es redactor en jefe de la revista para la colaboración internacional literaria Most/The Bridge (El Puente) y miembro de la redacción de la revista Kolo (La Rueda).
TUS PALABRAS CREAN LA NIEVE
Agarra el sol
y hazlo rodar a través de la montaña
para unirnos en la noche
y nos untemos por el archipiélago de las estrellas.
Tus palabras crean la nieve
y riegan los cedros por los montes.
Para oírte, me disuelvo en el paisaje
y me transformo en un invierno solemne.
Ya ni siquiera te quitas el vestido de nieve
y me llamas para que juguemos con los ecos.
Cuando la gente desaparece en una nevada repentina,
tú, última mujer, me iluminas el universo
como adornado árbol de Navidad.
OÍDO DE TERCIOPELO
De la noche
te arrancaron
las tenazas de la mañana
y todo azul
entras al día alto.
Tomas sol desde adentro,
tu alma se invoca
con hierbas y piedras.
Tus manos hierven
con miel y canela
y tú eres la suma de toda la gente
que en ti se hacen
pensamiento y voz.
Con el murmullo de sus susurros
regresa a la noche,
enuméralos a todos
en el aterciopelado
oído de Dios.
EL COLOR PRIMORDIAL PARA LANA
La luz es azul
cuando en la carroza te llevo por las márgenes del cielo.
La luz es amarilla
cuando con sol en vez de jabón nos lavamos las manos.
La luz es roja
cuando te cubro con el manto para un sueño ardiente.
La luz es negra
cuando nuestros dedos se entrelazan en la oscuridad.
La palabra es el color primordial.
Cuando lo deseo,
puedo susurrar tus ojos como marrones, verdes o azules.
Puedo entregarte al mar, a la nieve, al bosque o a la arena
y percibir tu rostro en todos los colores del universo.
Sin la palabra se hace la oscuridad.
La gran mano rabiosa anda por el mundo.
Cuando la borro,
la luz te pedirá la mano.
EL TITANIC SE HUNDIÓ EN EL UNIVERSO
Las olas del mar cabalgaron la noche.
ya no hay nada claro bajo la luna;
tan sólo los restos de aviones caídos,
tundra de la que miran los congelados mamuts.
La gente en cuclillas unos en otros
como serie de babushkas
que salen de la más grande
y no se conocen mutuamente.
¿Cuándo hayamos aceptado
que empiece el silencio general
y que los relojes caigan al precipicio?
El Titanic se ha hundido en el universo,
las estrellas son las viejas caras de los salvos,
todavía temblando de miedo sobre el abismo.
GASOLINA HASTA EL CIELO
Eso es como si la frase se aflojara y tú ya no la puedes hacer nada. Se va en todos los rumbos, lleva
zapatos de gente desconocida y ya no existe el sombrero bajo el cual se escondería.
¿Quién es quién en esta frase y si ella renovará la bóveda ya descascarada?, pudiese saber sólo la lengua
perfecta la que no controla ningún hombre.
Pero, ella de todos modos aparece en los labios, se está colando al árbol de arena y sin errores pronuncia
el abecedario del desierto.
Quizás, sin embargo, nos susurre ¿bajo la cuál duna se había atascado nuestro coche perdido y cuánta
gasolina necesitemos para el viaje hacia el cielo?