ESTEBAN COUTO – HACER EL AMOR CON EL AGUA Elí Urbinamayo 25, 2020noviembre 4, 2021Poesía panhispánica, Revista Navegación de entradas PreviousNext Santa Rabia presenta una selección del poeta peruano Esteban Couto. Seudónimo de Christian Ahumada Heredia (Chimbote, 1987). Integra desde el año 2004 el Grupo Literario Isla Blanca de Chimbote. Ha publicado Saco de carbón (Editorial Aletheya, Arequipa – 2011, 2017 [edición especial]), Ese animal hecho de estaciones (Cuervo Editores, 2014), El paraíso desterrado (Editorial 12 Ángulos, 2017) y Orbes (Aletheya, 2018). Ganador del concurso “El Búho” en la categoría Poesía en el año 2014 y de los Juegos Florales Universitarios Unsa 2016. He aquí el calcáreo depósito de nudos saco de carbón aspirando un ya derruido cosmos plasmando el vértigo de las horas extremas la catástrofe. En suma / receptáculo: gavilla de paja indumentaria de oquedades atadura de músculos enlazados / toscos ligamentos / a un ignoto camposanto. Este es el terreno que se incendia un jardín aéreo regado de cadáveres. Sépanlo: como el vapor nos condensamos y como el mismo nos dispersamos todos para quedar celados a los implacables velos del tánatos. Observad en aproximación todos los huracanes los rastros de la tempestad anónima en fincas asoladas un cúmulo de sueños inacabados la viva entraña del camino en huesos y boscajes. He aquí saco de carbón escuchad el estómago del mundo: “a mí… atajo esférico” “a mí… umbral de piedra” Del poemario Saco de carbón (2011) hay en la substancia del hombre un dolor que lo seca por dentro se disuelve / suda / terco reaparece tiende un escalofrío en sus tinieblas. existen colapsos convertidos en humo un manojo de hiedras absorbiéndole las venas cuando tantea la acidez de sus tierras. todo en él muere y aunque renazca perseguirá los rastros de su atroz nebulosa / en proterva flama. escuchen: en cualquier ojo en cualquier milésima de segundo de cualquier ser puro sentirá el alma un bramido prurito que lo deshará en mendrugos. por eso la tenebrosa quema de los trigos / cuánta maleza! / por eso la materia de las llagas echando sus últimas raíces. Del poemario Saco de carbón (2011) [Pervive de un paraíso una casa vacía, una cruz de cerezos coronando el umbral de la entrada. Un paraíso no se alcanza sino con la exposición al fuego del alba. No se puede evitar la expansión de los brazos solares cuando asoman el amanecer y los traidores colgados del hilo de un destino precedente. Y siempre están las escrituras como testigos ausentes de las verdaderas mentiras • Conoce ese paraíso el primer ser que se desterró a sí mismo de sus paisajes humanos, fragmentado por un rayo / a medio camino. Sus restos habitan aquí, donde se incinera el ombligo del mañana.] Del poemario Orbes (2018) [AMOR] AROMA Tengo tu olor en mí. Alrededor hay mucho amor. [Nos inquieta] Esto debe ser perfecto: dos bestiecillas lisiadas cosiendo con besos miembros inútiles. ¿Los conoces? Son los signos de lo no sido los índices de la antigua cacería. Cada cabello / cada gota de sudor [o de sangre] derramados en nombre del tiempo falaz son ahora míos al igual que un recuerdo de infancia. Estoy en tu vientre [espejo máter] y tú estás forjando mi piel de sombra iluminada o en carne viva. ¿Existe algo tan perfecto como este férvido engranaje? Si es así / devórame sin vacilar / sin miedo. Lo considero una promesa. Del poemario Orbes (2018) NOSTALGIA DEL MAR [NÁUTICA] Navegando en el río atmosférico del mundo llegué hasta ti diluido en mil moléculas de amor profano Tus pétalos intactos me reciben como un caudal y una gota de luz surge de tu círculo dorado celebrando la eternidad Del poemario Orbes (2018) |FIEBRE A.M.| [00.01] Mis memorias colgajos / péndulo el fragmento de mí que no sé… y las grillas entonando la música de los cementerios en homenaje a la agridez que pedí disolverse en las aguas de los pozos del tiempo Uno nunca sabe cuál es el verdadero sueño hasta ver el ensangrentado embrión del recuerdo en la sala de disecciones [espécular e inverosímil] desanudada la corbata un sábado nocturno sin techo Entonces baldío puedo repasar mis íntimas películas en la intimidad de mi patio abierto e ir lavando los escenarios infantes de la tragedia ir tiñendo añil en el blancor del abandono ir colgando suspiros en el tendedero de mis penas Como restos mustios al éter matutino los pensamientos / despojados a lo crudo de su patria ingrávida / muriendo van un poco en mi día a día cantando van esa luna nueva que se desluce a medianoche en su aurora de verdes fetos. Del poemario Orbes (2018) [TRANSFORMACIÓN DE AURA] | HACER EL AMOR CON EL AGUA | La tierra y el agua se comunican como lo hacían papá y mamá en el auroral de su joven alcoba. La música: las sirenas del silencio trotamundos vistiendo espuma a la manera de una bella / despierta ante la noche de las grandes ciudades. En el aire se puede palpar esa vida que solo se unifica en el amor de las lluvias por las chacras o desiertos. Lo que es existe pese a la muerte del corazón-péndulo. El agua vuelve siempre a mí vuelve a nosotros [su cauce] estriando el olvido de la historia y el delirio de las mareas al untar su lengua con la sal de las costaneras. Se nace, se crece, se multiplica como toxina y se vuelve al estado primigenio en la paciencia del agua. (Eso la tierra lo siente lo sabe) Aun en la transformación de la materia térrea y la música del fin de los milenios siempre se sonríe como al séptimo mes de nadar en el océano de dudas auspiciado por la luz del alba nueva. Papá y mamá sabían eso y me lo cantaban desde pequeño tejiendo cantinelas de hadas y anécdotas de mejores tiempos. Papá y mamá lo sabían haciendo el amor así como la noche y el infinito con un código que solo ellos conocen y dialogan / y cantan en coro (lejanamente). Hasta ser el agua y la tierra que se comunican en el vientre del mundo como papá y mamá en la oscuridad de sus habitaciones profundas… Creyendo fervientemente en el crujido alborozado de los vidrios / amando a muerte el rostro lánguido de las anémonas. Del poemario Orbes (2018) PLANTACIÓN Ella revienta pulmones y estómago con las drogas del siglo. Él la ama dolorosamente como un intrépido animal de lenguaje Carlos Reyes Ramírez “¿Fumas yerba?” –me preguntaste. Asentí / aunque mi demencial fogata se estuviese convirtiendo en una humareda kamikaze. “Ahora viajaremos a la luna, mi amor”. Sonreías maquillada hasta el hartazgo con los alucinados vidrios de la caída. El ojo de cristal nos iluminaba / cómplice mientras nosotros en el éxtasis de los colores las risas / los golpes mágicos / los besos íbamos excavando aspirando tragando desesperados la tierra infame de nuestras culpas. Del poemario El obscuro ojo de Afrodita(inédito) a veces amaneces distinta[1] como una rosa obscurecida por la mañana cocida ensombras /por los albores del día fenecido a veces te haces agua y evaporas tu luz con las últimas auras de la noche nueva la noche de Walpurgis en que por fin eres liberta no podrías ser otra cosa que aliento del amado que te desea tiempo después de haberte perdido cuando ya eres gallareta y no podrías desear otro bolero otro café más que este tostado en el agorero de los poemas póstumos esos que se leen a escondidas con la siniestra amante para hacer del amanecer siguiente una paradoja del tiempo Del poemario El obscuro ojo de Afrodita(inédito) flauta soy hechicera soy de tu pulso agitado y tus ojos-laguna formando espirales en la superficie / mi oscuro encanto gobierna todo hálito entrecortado y los movimientos circulares compartidos en el eco del espacio nocturno / envuelta en estoraque estoy inundando el ambiente con mis aromas brujos vistiéndote de ropajes impalpables y transparentando tu bondad con la huesuda polvareda de lo umbrío / soy hipnótica música melodía magnética soy aún después de la muerte en este recinto pagano y sacro / he ahí el equilibrio de mis notas en tu pentagrama por eso mi concierto acústico en tu garganta grita a la hora de la tempestad cuando la luna llena bebe la voluntad y el aliento con su cántico de medianoche Del poemario El obscuro ojo de Afrodita(inédito) [1] Ana María Dixit! 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