JULIO BARCO – PERUVIAN DANCES


Santa Rabia Magazine presenta una selección de textos del poeta peruano Julio Barco (1991) Autor de los libros Me da pena que la gente crezca (Arteidea Editores, 2012), Respirar (La Chimba Editores-2018-Premio Gremio de Escritores), Arquitectura Vastísima (Editora Huachumera-2019-Premio Huauco de Oro), Arder (gramática de los dientes de león) (Editorial Higuerilla-2019), La música de mi cabeza-volumen 7 (Lenguaje Perú -Editores) En novela, es autor del libro Semén (música para jóvenes enamorados). Fundó la web Lenguajeperu.pe. Además, es fundador y director del grupo TAJO, redactor de Literalgia, y gestor del proyecto cultural Poético Río Hablador. Viaja y participa activamente en la escena de poesía peruana contemporánea.  
 
 
LA CERVECERÍA
 
El fuego enseña a los niños su lenguaje
Jorge Teillier
 
Y los poemas te brotan
entre las tres o cuatro de la tarde.
Tu biblioteca son estas nubes donde
Oteas la fugacidad de todas las eras.
Leí todos los libros
Y ahora mi mente es un Cielo.
Busco armonía
Nada más pretendo
Algunos giles harán empresa y dinero
A mí déjenme la eternidad
Escupo en sus valores heredaros tras la
Conquista de América
No deseo sino ser Rey de mi Verso
Ahí nos vemos
En el 3000 quiero que mis poemas se
Peguen a las naves espaciales
Y los canten ebrios astronautas follando
Sin ningún puto control
Mi mente viaja como un largo orgasmo por tu mente.
Quiero ser la pulcrísima era de la irracionalidad
Venid a comprender mi cerebro de universo
Venid a buscarme en el canto
De las frutas y las hierbas.
Estoy tan perfectamente loco
Que pienso en mis infinitos destinos
Martes en esta maldita Ciudad
Martes en este desorden que teorizo
Entre signos ágiles, árboles, calles
Conciertos mojados de la mente:
Bruma del frenesí donde
Sollozo mi aliento de astro.
Nací de cualquier amor.
No tengo esperanza: mi verso
Es un planeta ebrio.
Mi soledad son millones de centros comerciales
Con colas enormes y abstrusas
y otra vez enormes e inútiles y feas
Como mi sexo buscando tu sexo
Como mi sexo olisqueando tu sexo
Un destino de poema cuajado y respetable.
Y mi verso soy yo andando aburrido de este
Maldito Universo del Consumo Humano
-Ecosistema que yo
escupo como escupo la primavera-
No detengan mi inconmensurable Vigor
Pongan frente a mí a todos los poetas peruanos
Para enseñarles a captar la esencia
E hipertelia del verso
Escupo contra los falsos Juicios de mi Época
Escribo como si mis versos fueran cuchillos
Deseo sangre
Yo no me confundo
Yo me hiper analizo en la desesperación de todos los instantes.
Flores
Y botánica: el cielo que persigo no existe.
Odio este sistema capitalista
creando imágenes del consumo masivo
Deseo ternura.
No me sirve el mundo No me basta tu nombre
De ave, de calle, de sílaba marchita
No deseo ser un romántico perdido
En la letanía de los nombres
Deseo realidad Deseo lo ilimitado
Que se da en cuerpos aún tibios
No irracionalizados por la patraña de la época
Traed frente a mí un hombre
Depositar frente a mí la esencia de lo Real
No me basta el Mundo
Detesto todas las ideologías y democracias
Me basta mi universo
Me basta la violencia de mi lenguaje
Golpeando la falsa modestia de los bares
Y avenidas y lucecitas chillonas
Y sé que el viejo Chinaski diría algo
Menos estúpido
Pero, oh viejo, ahora me toca a Mí
Chillar Mi Voz en Cuello para toda mi época
Sé que soy irracional como las nubes
Como el áspero mar donde fundé
Mi lenguaje de fuego
Soy un pobre poeta cantando su tragedia
En la ciudad del Hartazgo
Detesto los aforismos ajado
Romped su ciencia
Vigor, hermanitos, vigor
Yo sé todos los lenguajes y
Me rebelo contra esta sociedad atada
A su ciencia silvestres como latas de pescado
Embalsamada de Salsa de Tomates
Sé que pisaste mi corazón como una traviesa
Cucaracha Y yo me río
No soy nada Nunca podré ser tal vez
Un Mar
Heme aquí contra todos
Vigoroso
Eres el Emperador del Verso
Y tu voz de viento convulsiona dentro de ti mismo
Y todo gira en tu caos
Y escupo contra la hipocresía del mundo
Nada detendrá la furiosa canción de mi mente
Y crezco y me inserto a todos los lenguajes
Me jode todo Quiero morder tu Oreja
Te dije: yo soy el fuego de la época
Bruma de todos los cuerpos
Que buscaron el círculo del círculo plotiniano de mi Mente.
Abrasando las formas inútiles de tus ojos
Calles con ventas de picarones y anticuchos
Oíd mi Resplandor
Se deshace la retórica estúpida que contamina el mundo.
Mi verso no es venta ni usura, es peligrosamente
vida, violencia
Y estos pétalos que resuenan en tu mente.
Mientras tanto, los jóvenes de mi barrio
asaltan roban y nada es real
salvo tal vez canciones mundanas de tu cuerpo.
Juan Ramírez Ruiz ya no huevea por Lima
Anotando versos perfectos como Uvas
O balas.
También he deseado morir con mil pastillas
En una puta habitación del Cusco
Pero estoy vivo
Y mi vida
Y sentí odio de este mundo: todo convulsiona dentro de ti mismo
Y nada es el lenguaje de Juan Ramón Jiménez
cuando mi cerebro estalla de cerveza y cólera.
Soy un animal y escribo como un animal.
Ah, gordo Lezama, ¿este es el instante del ya?
Centros comerciales largos como purulentas canciones de la época.
Oh rumbos que se abren por siempre y para siempre
en

Cito a Orwel:
“Los monopolios no podrán nunca estrangular al pequeño librero independiente como han estrangulado al tendero o al lechero.”
Abajo la prensa, la empresa, los desvaríos de lo racional.
Las empresas que nacen evitan el coito sentimental.
Aquí roban con pistola en los buses
Y tú pretendes hacer un verso bruñido como anémona.
Actiriano es mi corazón: por eso te amo.
Deseo beberme una chela contigo y cantarte todos mis versos.
Soy la convulsión de mi época. No tengo sentido.
Soy la brutalidad, el exceso de mi RAZA.
Romper todos los dioses en mis ojos infinitos.
Soy e intento todos los sentidos. La totalidad de lo real
Es una rodaja de caña de azúcar que muerdo animalmente entre mis labios.
Soy el fornicio de tus labios.
Estos puentes por donde paso son escarabajos de luz
Ritmo de la primavera: deliciosamente cae la noche
Bebo una cerveza y pienso en ti.
Que me llevan a latear y errar, errar y poetizar
Este sortilegio de intestinos que es mi época.
Soy mago y mi arte es magia.
Soy un salvaje perdido anotando palabras que son rocas que son tus ojos
Cayendo
Dentro de cuerpos. Busco mi propia revolución
Convulsiono iluminado durante siglos.
Arrojen de mis ojos la falsa poesía que decora las webs de la época.
Yo necesito amor, ardor, pasión.
Necesito el fuego de un lenguaje que destruya mis ojos.
Oh, serás tal vez tú mi lenguaje de caos y llanto.
Erro perdido en el signo.
Gozo de todos los elementos.
Formé mi corazón entre calles de asfalto, Azángaro y Colmena,
Triste vitalidad de quién se sabe río salvaje dentro del coloquio de su era.
Mis poemas jamás terminan.
Coloqué monedas para llegar a tu nombre.
No precioso la prisa. Vivo en la serenidad.
No sé cómo terminar este poema.
Mi rabia funda la poesía peruana.
Abajo todos los miedos.
Yo dibujaré el Alba.
 
A UN AMIGO, ACODADO EN MI VENTANA
 
A Salomón Valderrama


Se quiebra el instante.
Estoy acodado a mi ventana y miro el verano.
Revolotean los niños en las avenidas.
Brillantes: van las niñas en bicicletas.
Escándalo en las oraciones siempre revueltas.
Short y sandalías: mariposas blancas
-perfectas en su simetría ebria-
se arrojan a empellones contra el aire.
Yo sé que persigues la serenidad, mi gran amigo,
Sé de tu tristeza: añoras aún ser niño
Para liberarte de los signos y correr a jugar pelota.
En todos esos niños que corren,
sé que uno será como tú y su destino será
una “camisa de fuerza”
Estos niños que juegan son versos de Amat
-o Eguren, o Dúclos, o Corcuera, o L. Valle-
Que nadie venderá en una Feria del Libro.
Me seco el sudor de la frente. Ahora
que revolotea un ave pequeñita pienso
en tus versos con su toque entre luminoso y neobarroco:
“La poesía que es maravilla imperfecta
o sueño a la salida de la vida a la primera puerta de la muerte”
Ahora yazco aquí y observo:
eso hacemos los poetas: observar su observar.
Tranquilidad del atardecer en medio de epitafios y noches
Revueltas que sacuden mis ganas de ir a pasear
Y arrojarme al césped.
Un gorrión da vueltas en un eje trémulo.
De coral son las nubes,
por donde cruzan las aves, su largo itinerario.
Tertulian en la cúspide de las torres eléctricas 7 gallinazos.
Todas las capitales del mundo arden:
decadencia, caos, dolor, amor.
Y aquí seguimos.
Hoy anocherá y volveré a repetirme por el mundo.
Bruma de los ríos que se agitan por el instante de calles.
Entre todas las voces, reconozco mi tibre marino.
Rabioso golpeas
el teclado con tu energía de animal amando.
Oh amigo,
cierro la ventana
y te dejo esta postal del verano.
 
Máquinas Vacías
 
Todos estamos atrapados
Y no hay amor en este mundo.
Solo máquinas del consumo.
Solo dinero,dinero,dinero,dinero.
¿Y el poema? Es la única luz
Que nos queda
Antes de ser máquinas vacías.
 
Literatura Peruana
Para Ángel Yzquiedo Duclos
 
No hay poesía posible
cuando vas a vender tus libros
para comprarte un trago.
Los mercaderes no saben del rapto súbito
de un buen verso: hablemos de precios.
Vallejo a 50 soles, Eguren a 30.
Si es Peisa vale más, si es fotocopia vale menos.
Yo me voy con mi billete guardado.
Y mientras bebo
andando solitario
entre la multitud extraviada
pienso cuál es el sentido del poema
en una sociedad capitalista.
¿Y las metáforas del poema?
Búsquenlas en otros versos.
Podría citar a Barthes para explicar la muerte del autor,
pero prefiero sonreír a la muchacha
que pasa apurada y olvidada de sí misma
directo al trabajo.
 
PERUVIAN DANCES
(concierto con Piano y Clavicordio)
 
Nada en tu mente Nada real en ti mismo/ No hay amigos
                                                                        Murieron por el consumismo
Nadie lee aquí
                       Nada salvo los diarios y el internet.
ABRO LOS OJOS A LA TOTALIDAD DE LO REAL,
                     AL ALGORITMO DE LA ESPECIE Y CANTO:

¿Qué hacer cuando furiosamente soy un mar enquistado en las avenidas?
¿Qué hacer con mis ojos de ríos, perros, zapatos, anquilosados
Al tedio?
¿Qué hacer cuando mis ojos de fuego quieren romper
esta mediocre realidad?
¿Qué hacer cuando en mis venas y arterias velocísimo va tu nombre
De coral y mariguana?

Yo soy el que corre buscando a los amantes, agitando la luz
                       detrás de las cortinas;
Soy el vagabundo que rechaza la ética del empresariado,
                         La cebolla de los días. Poesía del frenesí
Cuando ya no existe el miedo se asumir tu vitalidad de río
                         Soy el milagro de la especie
La luz que brota del mundo gélido
                   Soy la vida, soy el fuego, soy la muerte.
Prostitución es miasma mientras me enfrento
Y confundo entre
                        las avenidas repletas de lucecitas amarillas
                Comprar y vender, comprar y cargar cajas nítidamente
Embaladas es toda la gramática
       Estrechísima de arroz graneado
que asume la ciudad.
 
Odio la vanidad, detesto la egolatría, soy la espuma violenta.
Yo pinto el poema con los ojos limpios.
Y todo es caos es la inmensa avenida, te repite tus pasos
entre el eco de cruzar:
 
doblar calles y chirridos roncos de buses
pierdo las ganas de vivir, no hay ojos claros sacudidos
del Gran Árbol.
Grito entre las polladas, grito en las discotecas, grito en las peluquerías, grito en las iglesias, grito en los cementerios, grito en las calles.
Gente gritando
 
Precipitación del viento
              El uno mismo se refracta en la luna de los ticos
Y mi verso me pide gemir
            Mi poema me pide calles, oración, sexo, rabia,
             frenesí, corazón atravesado
De saxo, canción cortada, embrutecimiento
           Exacto en la mente del ingeniero, exacto
En la tristeza de la niña rechazada.
            que sacuda la época, que saque las pupilas al ciego,
            que ofrezca la flor de la esperanza
             al mendigo y cruje mi melodía por estos terrales.
             2 cuerpos que sintetizan
                                             nubes desvaídas
 
Mi canción de grito, mi canción de cópula extraña,
Mi canción que va de este a este, va entre estelas rabiosas
Cruzando puentes donde el presente y el futuro son una lengua
Que aterriza sobre la visualidad del signo.
Mi canción de aforismo, mar y cielo; de girasol errante, de cuerpo
Ardiendo.
 
¡Respirar! ¡Arder! ¡Arder en la furiosa canción del siglo!
¡Ser un cuerpo abriendo sentidos a todos los límites!
¡Ser un cuerpo cortando de raíz todo llanto y mediocridad!

Calles y letreros,
                 venezolanas en minifalda, señores ávidos de
                enfermedad, todo vísceras y destrucción
                todo mierda y miseria y todo es consumo para mi .
                            Balada que persigue las flores aún puras del mundo.
 
(Lo sé, no seré yo quién te adore, oh niña, Barco y sus locuras
                          Barco y sus megalomanías! no serán tuyas!
entre sopas, zapatos viejos y manteles, no seré
quién te desnudé ansiosamente como horizonte. No, niña,
Barco ya no te buscará de noche para soliviantar los astros
                              Del cuerpo)
 
Y yazco aquí atrapado
Yo soy la furiosa melodía de estas calles, con tíos con su caja de cerveza
y alquimia en las rejas negras
 
y charcos negros como
tarántulas supersticiosas y ramificaciones enjutas de árboles
                                       rasguñando el cielo.


Perros, cajas de cerveza, botellas y sueños pulverizados.
Sacas tu teléfono celular: Lima, caerá;
                                          Santiago, caerá;
                             ¡Latinoamérica arderá en las sienes del siglo! Todos los mapas
se harán ceniza
Y mi voz y su geografía, ¿será diamante o vacío?
                       Pero hoy,
si cruzo la pampa
                   todavía furiosamente tirita Evitamiento.
                   Si toco con una moneda la bodega
                   Puedo comprar vino, tostadas, huevos, bolsas de plástico negras.
                    Las ciudades y las vidas,
Miles de visiones y yo cantando,
Miles de destinos y yo gimiendo vivo,
Arañando mi arte, buscando amor, entregando
Mi luz al mundo.
Los versos y la realidad de los versos
y la belleza de los zancudos y
la realidad discursiva y el lenguaje
                  como bufeo rosado escarapelando
tu cuerpo &


cuerpo que jode y se incomoda
              y no se sacia y tu rostro
que persigo
                 Es hoy todo mi lienzo
                        y todo presente se destruye

                  GRITO EN TODAS LAS CALLES
                            SOY TODO EL ÍMPETU
                                       DE MI PAÍS
                GIMO CARNE, GIMO AIRE,
                                        GIMO


cuando gimo mi desesperación atado bio-psicó-animalmente a mis zapatos
             mugrosos
                   se deshacen y zurcen
                                              mi furioso idioma

 Y rio del progreso,
                    Y veo doctores y muerte
Y tráfico y vacío
             Mis ojos de volcán que chirriando van por combis
Escándalo de las barcas, escándalo
                   de los corazones solitarios.
 
Todo es robo aquí, y todo es mierda aquí,
                     & todo es violación
Contra niños. Y quiero incendiar las iglesias,
               Abrir los colegios, elevar el pensamiento de mi época.
 
Ahora danzo
                  Simplemente danzo
Que se mueran todos mis jodidos sueños
             Que se pierda para siempre
             Mi yo absolutamente perdido en este instante
            Mi voz en el incendio del planeta
Que no te vuelva a encontrar
           Que tu ausencia destruya el girasol azul de mis ojos
Vamos a perdernos para siempre
En este mundo:
                       Mi descuidado modo de andar
Meter una moneda y llamarte tal vez es un acto desesperado
                       Repentinamente ansioso para un
fin de semana.
 
                Y aquí,
universo y yo somos uno,
calle y corazón somos
  uno,
girasol y muerte somos uno:

aquí
cuando busco tu número más allá de miles de millones de trillones de números/
cuando entre los millones de trillones de humanos me faltas

                               / y te canto
                                          & me canto /
Somos silvestres suicidas
 
                                Animales bulliciosos
                                                    de ciudad buscando la botánica áurea

Escupiendo contra todo lo hipócrita
                                      Maldiciendo la vida limitada
Y burguesa
Escupiendo y quemando todas las ataduras-
 
Un cuerpo que amar mientras dura el verano es nuestra sangre.
Un himno que magullar en las sienes.
Una nube donde ser feliz Nada me salva de mí mismo
Nada me salva de mí mismo
Nada me salva de mí mismo

(***)


Y caigo por avenidas
-deshecho, destrozado, cantando, equinoccial, estrepitosamente-
eternamente nervioso


 
 
 
Desearía extraviarme por siempre A dónde ir cuando el viento doblegue
                                                           entre
los dientes de león /cierta rara manía mía por el canto /& mi nombre de verano te busque
                                                   y te vuelva a perder/ ah mi maldita sangre
ah mi maldito sistema nervioso
                                           Y el sinsentido sea exacto a la sangre agolpada en el pecho.
 
La película de tu vida es este instante:
cabellos, piel, caos que desasosegadamente
persigues/ Y se deshilvanan
 
                       Te observas entonces en la multitud y eres el mismo
                       Sol repentinamente atrapado en los axiales del Eje.
 
YO SOY EL FUEGO
                           :Creando los signos/ Amo la fruta de tus ojos Este mundo no
                           Carece de otra combustión que mantener encendida la máquina
                                              de respirar, de amar, de crear
                                              entre gatos negros y sopas famélicas
                                              Y su furia nos devora, nos destroza
                                                                                           lo mejor que poseemos
nos mete al Horror a la Nausea
a la implacable soledad
a la sucia depresión
Algoritmos y teclados armando la máquina del sueño.
Y la mente es una mariposa delicadísima
Y yo, aquí, lato.
Y nosotros somos simple leño que se arroja al fuego.
Puros, cansados, irrepetibles, contradictorios,
enajenados, límpidos
seremos polvo en la Rueca Eterna.
Y la Rueca devorara cánceres, extrañas ideas, el instante
donde desnudos fuimos dioses errantes
bullendo
al final del insomnio.
Abro una ventana. Bebo agua. Busco el sentido
De mi ser.
Te vas a perder siempre y siempre volverás
                        al mismo teléfono descompuesto
a la misma máquina errante
que te repetirá su voz
donde susurré el mar que siento
palabras que son juguetes preciosos/
convulsionan
calles y sexos
salpicando su sentido a inicios del año.
Yo no sé
Estoy locamente lúcido
nada más que gritar en esta ciudad.
 
                                         Arrojar
veloces perfiles, patear insectos, amontonar tersamente miles
                                      de hojas sobre el olvido y dolor
                                    Mueran las iglesias, mueran los signos, mueran los encerramientos
                                 Mentales.
Dadme aire
                          Y haré el mar.
Dadme mar
                      Y haré el aire.

Yo, el más olvidado de todos, cuajado
como el fuego, irrepetible y bárbaro con furioso nombre
de mar, grito y escupo en los semáforos, desenrollo mi luz
entre rejas estériles y mentes pulverizadas por la usura-
me contradigo y canto ¿qué valor
tiene el lenguaje de Vallejo dentro
de un centro comercial? / ¿Qué es Trilce
para la masa humana
que vive en el juego del comercio
e ídolos de las imágenes? /
 
 
¿Qué juego juega la poesía en tiempos
de enajenación?
(¿?)
Y ver la luna y las nubes
mientras deseo arrojar todos estos confusos teoremas
al borde de un sexo u oración
en la punta de mi desolada desolación.
En las calles andan los niños montando scooters
si soltará tu mano
¿Seríamos todavía somos 2 parábolas perfectas iniciando una conversación
agitadamente bella alrededor de la nada?
 
Nada perdería, salvo tal vez la luz que reconocí
en ti: piedra bruñida que pende del espacio
espasmo de aire
/luna perlada / pétalo negrísimo
que amo
¿qué es la luz en otro cuerpo bellamente
dibujado sino la necesidad de una unión
que destruya el caos?/ ¿qué es mi luz
sino una flecha temblorosa que penetra tu mente
con el amor de una bala?
Tú eres mi caos:
todo se ha descubierto y necesito calmar mi sed
 
Entre las Ruecas! Entre las Máquinas! Entre los sentidos!
 
Mi sed es todo tu cuerpo, tus cabellos, el súbito resplandor de tu ser. Ah, pero me confundo!
Qué valor darle al amor en este
mundo repleto de avaros y capitalistas.
Los dioses han muerto.
Buda vende comida chatarra en las avenidas.
Jesús deambula pidiendo limosnas.
Yo grito en las calles del Perú. Mi sed es todo tu cuerpo, tus cabellos, el súbito resplandor de tu ser. Ah, pero me confundo!
Qué valor darle al amor en este
mundo repleto de avaros y capitalistas.
Los dioses han muerto.
Buda vende comida chatarra en las avenidas.
Jesús deambula pidiendo limosnas.
Yo grito en las calles del Perú.
 
 
SOBRE LAS APROXIMACIONES A MIS VERSOS DENTRO DE MÍ MISMO
 
A mi pata Juan Zavála.
 
Andando por estos lares /he descubierto
que ya no soy quién era.
Me aburre el mundo./Mi exquisita mente de artista no se
adapta a nada.
Me desbordo entre las pollerías /Eternamente apasionado
Con mis ojos de volcán
Atisbando la bruma de los espejos.
Mi mente no se soporta a sí misma
Y el caos que me gobierna/es un himno solemne que
enerva a las flores.
Llegué a dónde siempre soñé
Y hoy hago lo que me da la gana.
No ir a la escuela, por ejemplo.
Mi arte es el precio que tengo / por haber amado la vida. Este
poema es el precio /que pago por tener roto el cerebro.
 
 
BOLERO/SOUL/PUNK/CUMBIERO

Y venezolanas cantando
               La voz a ti debida,
Y piel canela
             mientras tu duermes
              flaco
en los buses después
              de una madrugada
atado al verso
            como ebrio
flaco de sol
          sin luna posible
entre las largas avenidas
          donde tu explosión
oscila como parca
         ave (¿enjuta dije?) y te dibuja
estos años
         macerados en ron
en versos
         en maceteros
absurdos
         en teclados
de plástico
      como mi corazón
       Con plantas salvajes
      entre lenguajes
vallejianos    anonadados
obtusángulos
variando tu
       desdicha
pesando un ½
       de tu luz
       contra el
       asfalto:

estampida
de buitres
        la prosa en sí
era tu mente
        tu mente en sí
la flor
       que bordas
en el instante
       tú y yo
mutando en el agua
       del verso
que es delirio
      de cuerpos
y calles y musgo
sobre los que
     bailaba tu lenguaje
cayendo
    en el centro del furor
de la oscilación
    en los cables subrepticios
de tu cuerpo
     entre tus arterias
se extendía la ciudad
    FRONDOSIDAD
     DE SUEÑOS
     su cáncer
su dolor
     su bullicio verde
tus poemas
       :paisajes averiados de tu rabia
que son ahora
        tu caos, tu luz, tu hambre
larga
y lluviosa
    ciudad que es
hoy tu cuerpo
     tu corazón, tus hígados
y tu rostro
      repleto de abetos
y cielo mordido
     escribiendo
en la yema
     de tus dedos
el patrón
    del algoritmo.
 
 
CERTEZA
 
Acuérdate que fuiste mi girasol
aquel verano
 
 
BOCETOS


(sin correcciones superfluas)
 
Viernes / y nada tan cursi como despertar
                   al ron
a la soledad / a la tristeza
                  cursi de la lucidez:
como una sola bala. No soy un empresario
                  preocupado
por hacer más dinero
               con el que hacer más dinero.
 
Me preocupa la
mente humana, las flores,
el delirio, las arañas
que juegan en los columpios.
 
La película es tu mente:
desacuerdos
para ser cumplidos
es todo lo que te exige la vida.
 
Mi fragilidad es
una nube reventando en tus pupilas.
Estoy harto
de la hipocresía: deseo cielo.
 
Una nube son los siglos e ideologías
que dibujabas en las orillas del mar.
 
Aquí estoy. Florezco, al final de la calle
En la esquina
donde
Muero: ardo gozoso
del metálico soñar.
 
No soy un poeta de fin de semana,
la poesía
la vivo entre
desayunos,
y lonches.
Fundé la noche y encontré
tu salvaje piel.
Ahora solitario me pierdo,
que nadie diga que Barco
no fue
agitador social, soñador, vértigo
entre las azucenas
y la luz del oleaje
Que nadie
repita mi nombre ebrio de luz.
 
Que nadie no, diga mi nombre
sin sentir el verano.
 
Los horrores
y terrores
de la clase media.
Calles y terrales
es todo lo que inmediatamente coloco
-cual musgo-
en mis cuadernos.
Yo te busco
Y buscarte es el verso que pronuncio
mientras divago absolutamente perdido.
 
Busco el resplandor de tu cuerpo. El horror de ser un cuerpo
arqueado
y la soledad de fines de semana
entre calles
plagadas de barullo.
 
Un sonido roto
La confusión
de todo
el vértigo. En una emisora radial,
dijeron que el amor existe.
(castañeteaba el viento sobre nosotros)
 
Terrales y perros flacos de las viejas
Fábricas de Pintura Tecno.
Algunos ebrios se burlaron y un niño
lloró
y orinó sobre un poema de amor.
 
Todo se confunde
y hiere la noche.
Estos versos son mi ardor
y la tristeza con la que
inexorablemente sujeto
mis ojos.
No soy un viejo alcohólico perdido
en la ciudad
con la luz titilante
de su arte.
Viernes y se cocinan
las ollas negras
Divagan en los supermercados
los niños
ebrios de tedio
El mar poetiza
lentamente
las espumas de sus aguas
De verso en verso,
huyen las nubes.
Latear por tu barrio es escribir mil
versos sobre tu confusión que hace años eran
máquinas revueltas
 
Busco mi libertad.
Estoy en las
calles salvajes del verano. Todo es confuso y yazco
atado al cuerpo Todo es confuso y yazco
poco sereno para ser viernes.
 
La ansiedad tan ignorada
hoy es una piedra caliente
que muerde mi pecho.
 
 
RESET

“Y si te amo es porque veo
en ti la Portadora” Jorge Teillier


Despertar es intentar un verso que huye de tus ojos.
Ahora ya no me queda licor
y puedo oír dulcemente a las aves.

Tan plena fue la madrugada que no perdí el horizonte
E intenté florecer de algún modo.

No perder el horizonte es asumir cada verso
en el oleaje.

Respiro la paz de este instante
Lejos para siempre del orden que destruye la ciudad.
Y no precisamente perdido en el extravío de las aves.
Yo conozco cierta luz que no cesa.


Pensar un poema al despertar es todavía no
haber perdido las alas en este viaje.
Mis alas son este verso que sacude su propia
hermosura.

No sé ni pretendo tener otro oficio.

La mañana tiene un pasaporte ilustrado.
No soy pues aquel hombre preocupado por el tráfico,
ni agriado por el qué dirán.


¿Con este poema podré
pagar mis recibos de luz o de agua?


Amo esta libertad y mi verso crece como musgo frente a tus ojos.
Detrás de los postes, cruzan los transeúntes.
Mis ojos despiertos cuidan la ciudad.

 
 
EL NUEVO SOL
 
Todos los amores son puros, ásperos
como el propio resplandor del mundo.
 
No deseo sino mi libertad hoy.
Llevaré mi mente arriba, al cielo, al inmenso
 
vacío del mundo. Canto encima de todas las épocas
como un niño de Sorella corro buscando desnudo tu nombre
 
el amarillo de tus ojos es el girasol que persigo
delicadamente dentro de mi lienzo donde resplandecen mis
 
ojos tristes
y tus ojos bellos. Estoy locamente lúcido.
Algún día encontraré mi vieja bicicleta y echaré a manejar
 
por el barrio.
Día de verano rojo, lentamente anaranjado, cosquilleando
 
en los bordes trémulos de larguiruchos árboles que lentamente danzan.
 
Te miro.
De lejos, en hondos paraderos erráticos.
 
Nadie sabe que poseo un sueño demasiado piola
para suicidarme o abandonarlo.
 
Todo me ata a la vida. El nuevo sol es
una carta de amor a una ciudad y época vacía.
 
El nuevo sol es
un viento cargado de todos los poemas escritos y por escribir.
 
Llévame lejos
de lo impuro, nuevo sol, protege la vida que aún queda.
 
Carga en tus hojas,
Esta historia sin fin e infinita de un joven delgado y de pelo largo.
 
La desmesura será
el nuevo sol que es un poema de amor que te escribo.
 
Algún día
diré: el nuevo sol es el resplandor de tu piel desnuda.
 
Hemos viajado en tantas direcciones para terminar aquí
al borde de nosotros mismos hablando solos.
 
ímpetu para lo verde de tus labios, crece la sombra en los mercados
copulan vírgenes canciones en iglesias tristes
 
Creo que todo este planeta es
es el nuevo sol.
 
Soy de un país donde hay plantas, animales y cosas
Nazco brutal entre todos los seres.
 
Vamos a desaparecer dejando estos bisontes palpitantes y sudados a la pared de una cabina de internet.
 
Coloqué tu nombre de alfabeto: vivimos en el verso. Luces, cámara y acción.
 
 
A TODOS LOS POETAS YO LES HABLO
 
 
Que me perdone Ovidio la impertinencia
Y que Heine también me disculpe
Ya muchos años han corrido desde entonces
Y me toca a mí -cruzando el siglo- volver
a escribir los versos nuevos, volver a silbar
lo nunca silbado.
 
Atrás, Baudelaire y Catulo, ¡quieto tú terrible Pound!
Es hora de que vuelvas a casa Whitman
Y me dejes a mí ahora tensar la Lira de la Época.
 
Y que te quedes sin amor, don Amado Nervo.
Yo sé que quieres contarnos tu Paraíso, don Dante,
y sé que Lezama, sigue asmático y errante.
Y decirle a Nicanor Parra, stop, me toca a mi hacer el rock.
 
Vallejo, no llores más, yo te amo tanto.
Neruda, puede seguir cantándole a una cebolla si desea.
Es necesario repetir lo nuevo, es necesario
ser el fuego, el que respiraba en tiempos de Quevedo
con Góngora y su ande yo ardiendo!
 
Es tiempo Juan Parra del Riego de guardar los polirritmos
No se desespere niño Oquendo que ya tenemos nuevos metros de poemas
 
Es necesario que no siga enfermo, don Eguren, por sus Reyes Rojos.
Y tú maldito Bukowski, es hora de que pares de beber.
¿Henry Miller? ¿Nerval? ¿Homero? ¿Kavafis?
Es tiempo de soltar otra cometa y hacer nuevo paisaje.
 
Ya estoy harto de los beat, y de los nadaístas, ya me aburrí.
Ni conceptual he sido ni neobarroco seré.
Yo le hablo a todos los poetas.
A Mistral, a Meireles, a Chocano, a Gioconda Bellí, a Silvina Ocampo, a Szymborska Wislawa, a E. Dickinson.
 
Yo beso a Fernando Pessoa y sus clones; yo le muerdo la oreja a Carlos Germán Belli;
miro desde lejos al pedante de Huidobro; me río de
las cursilerías de César Moro.
 
Alberto Hidalgo es mi hermano.
Juan Ramírez Ruiz, es hora de que vuelvas de tu locura;
Yo sé que tú, Blanquita Varela, sigues apenada como un vals;
Quisiera beberme una cerveza con Li Po y con César Calvo ir siempre a tonear. ¿Qué todo es soledad,
cierto, Martín Adán?
 
Es hora de que Watanabe deje ya de mirar locuras en los heladeros y que
deje ya las nubes nuestro querido José Pancorvo. Yo me reconozco
en la Lira de Darío y de Verástegui. Y soy amigo de todos los
poetas, y conozco sus metáforas, y sus frutas, y sus amadas
palabras cotidianas (Octavio Paz y Teillier, me dijeron
palabras antesdeayer)
 
Yo le hablo a todos los poetas,
sin ningún disfraz de profeta.
Y su voz marina dialoga con mi voracidad: diáfana,
dorada, la misma voz del Mar.
 
 

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