Lea pasajes de Braulio Muñoz, Branka Vinaver, Roberto Arizmendi sobre “La sal de las hienas” (Plectro Editores, 2017) y poemas del autor chimbotano Elí Urbina. El libro se presentó el pasado 20 de octubre en el Casino Español de Chimbote, y próximamente el 02 de noviembre en el marco de la Feria del Libro de Nuevo Chimbote, y el 09 en la clausura del Festival de Poesía de Barranco.
Fotografía: Kathy Ñique Gutiérrez
“Este es un libro de honda desolación que anida una esperanza. El poeta nos arrastra hacia el oscuro nadir de nuestra existencia. Nos desnuda más allá de la piel y tira de lado nuestras muletas: la memoria del amor, del odio, del rencor, de la duda. Así despojados sentimos el sabor, el olor, la textura de la nada.
Pero al tocar fondo nos damos cuenta que la luz que extrañamos fue siempre nuestra, y por ende tenue. No hay luz pura. Luz y sombra, como vida y muerte, forman el estrecho donde somos. Al final del periplo, con esa verdad a cuestas, el poeta nos ofrece su esperanza: que sigamos siendo a pesar de las cicatrices.”
BRAULIO MUÑOZ
Centennial Professor, Swarthmore College
“La poesía de Elí Urbina nos lleva a una búsqueda metafísica del sentido en el bosque de las imágenes surrealistas. El hombre es el espejo, por un lado del espejo es la muerte y por el otro la vida. Entre esas dos fuerzas mágicas el poeta está captando las palabras y melodías para tejer el mosaico de su identidad. Como dijo Octavio Paz «De una palabra a la otra lo que digo se desvanece. Yo sé que estoy vivo entre dos paréntesis»
Los dos paréntesis de Elí Urbina marcan el espacio donde habita el amor silencioso de los árboles y la sal de las hienas; allí se oculta el tiempo que nos permite penetrar al otro lado de la mente, a un entresueño más allá de los límites de la realidad.”
BRANKA VINAVER
Belgrado, 2017
“El hombre va armando la vida a su manera. En el camino, que para ello se recorre, siempre hay encuentros y desencuentros. El arte de la vida es crear el mundo personal y social lo más cercano posible a los anhelos. Y, sin duda alguna, como lo ha dicho Paola Velasco, «nuestra principal encomienda es hacer de uno mismo la mejor obra»
Elí Urbina, un novel, pero ya profundo poeta ha sabido descubrir, en un no menos doloroso recorrido, las certezas para poder darle nombre específico a cada plenitud y a cada dolor acerbo; y lo hace con el arte de quien sabe precisar dónde está cada uno de los elementos que conforman el universo personal que se vive, a partir de una historia que se ha construido pero que está en proceso de precisarse cada momento. Elí Urbina sabe que probar los sabores de un naufragio, no conducen necesariamente al desencanto total en la existencia, porque nunca se tiene la certeza de por dónde va a aparecer el desconsuelo, pero también sabe que puede reconstruirse el amor en cada rincón inesperado, en otra persona aún desconocida, en otro momento del porvenir que nos espera.
Sus textos son duros y hasta aparentemente irreconciliables, sin embargo, hay una luz de esperanza para reencontrarse con su infancia y con su tiempo, construir de nuevo todo, con la certeza que surge de una voluntad de ser y amar, aunque deba enfrentar adversidades, que a fin de cuentas son retos que fortalecen el encanto de la memoria y el porvenir.”
ROBERTO ARIZMENDI
Coyoacán, 2 de octubre de 2017.
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EL JADE DEL DELIRIO
fulge en tus ojos
Ya somos piedra
bebemos la bilis de las olas
los escupitajos de los dioses
Ya somos piedra
guardamos en nosotros
los golpes del odio contra el hueso
los golpes del odio contra el odio
Ya somos piedra
el epicentro de la sangre
la carne destrozada
la frente de los perros solitarios
que deambulan sin destino
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LA SAL DE LAS HIENAS
Así es la muerte
nosotros no creíamos en ella
y ahora habitamos los dormitorios
de los huesos y regamos la yerba
el cabello de las mujeres
que amamos y las canas
de ese padre que no tuvimos
Porque tuvimos la noche
la sal de las hienas
el amor silencioso de los árboles
esa miel que los dioses despreciaron
y que los niños esculpieron
olvidando sus propios nombres
Montañas de arena y cabellos
cúmulo de escombros y olvido
moles de piedra y caña
el licor de las estrellas sin nombre
el lenguaje de la sordidez y del amor
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IV
La soledad adentro es menor
pero la noche desinhibe
suelta las cadenas de la risa
Cualquier lugar puede ser un paradero
Danza de apareamiento
Las parejas ignoran el dominio de la muerte
En su futuro no veo el rostro del dolor
Hay inmortalidad en cada movimiento
El furgón se abre paso entre la noche
el viento nos despeina
y nos adentramos en lo incierto
—hormiguero psicodélico
pulular extasiante—
y en medio de ese caos la belleza
Su cuerpo es joven
voluptuosa su mirada
Poseídos por el opio de la luna
descendemos por las peñas
El agua es sucia y las piedras cortan
Hay sangre y carcajadas
Reconocemos
en nosotros la muerte
Matarse de a poco
es otra manera de celebrar la vida
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ELÍ URBINA (Chimbote, Perú, 1989) Poeta, investigador y licenciado en letras. Dirige la plataforma electrónica de poesía, Santa Rabia Magazine. Ha sido invitado a conversatorios, lecturas, festivales de poesía y exposiciones de artes visuales en Valparaíso, Cusco, Lima, Barranca, Trujillo e Iquitos. Poemas suyos han sido traducidos al inglés, serbio, griego e italiano, y también aparecen en diversas antologías, incluyendo Plexo Perú, Poesía Gráfica (Editorial Quimantú y Casa Azul, 2014). Ha realizado estudios de Crítica de Arte, y actualmente cursa la Maestría en Ciencias de la Educación con mención en Docencia e Investigación. La sal de las hienas, es su primer poemario.