MARIO BENDEZÚ VELARDE: 5 POEMAS


Santa Rabia Magazine presenta textos del poeta peruano Mario Bendezú Velarde (Lima, 1979) A  temprana edad se dio cuenta de lo evidente,  y de manera  casi inmediata decidió escribir  la observación de los acontecimientos del día y la noche.  Es autor de “Etiqueta Negra” (poesía  2004-2006) “Poemas Profanos” (Poesía  2007-2011) “La Evolución del Sacerdote Opresor” (Ensayo 2013) “Sagrada Blasfemia” (Poesía 2014) “Fragmentos del Diario de un Observador” (Prosa poética  2015) “Manifiestos del Ocaso de la Razón” (Ensayos y poesía 2016). Dirige el sello editorial “Plectro Editores”,  la revista de poesía “Plectro – Boletín de Poesía”.  Es fundador del “Club de Lectura Poética”, director de la Feria del Libro Independiente de Barranco y del Festival de Poesía de Barranco. Gestiona proyectos culturales en  “Proyecto Barrio Literario” agrupación que interviene espacios públicos y privados con literatura, dirige a la vez el proyecto de divulgación de cine psicológico “Plectro CineClub”, y organiza talleres de Escritura Creativa de Poesía.    




















EL AMOR

El amor golpea tan fuerte como la potencia del odio,
rasga lo que coexiste,
traslada fingimiento hacia lástimas guardadas,
te susurra caricias que no recogiste,
besos que te prohibieron y ahora pides a espesura 
de caderas envueltas en carne y seda.

Hoy supuse en el calvario de mis pensamientos

lo que te cuento hasta la molestia.

La gente en las calles de mi mundo
se toman de las manos aterradas de soledad
y viendo la muerte deciden perecer juntos.

Sus pupilas se conectan en la nostalgia
de vulnerables besos,
te quiero y adioses.

Y corrigiendo el mareo de vivir 
se enamoran de soberbias utopías
pereciendo
sin comprender.
(de Etiqueta Negra – Plectro Editores)


















Y ESTABA COMO DIOS
Estaba como Dios plácidamente sentado
con mi falocrático sentido
abstraído de realidad y convergente en viles similares.
Entre sabrosos banquetes de flujos y tabacos respiraba la vida,
con excentricismo en medio de miseria,
como buen olor dentro del retrete suspendía mi perfume
con lascivia hacia lo mal oliente.
Pretendía ser como él; tratando no sufrir, no amargar,
sólo ver, reír y cantar…
Sin embargo
no pude seguir
tan hijo de puta.
(de Poemas Profanos – Plectro Editores)


















EL  DILUVIO
“Entonces el Señor dijo a Noé: Entra en el arca tú y todos     los de tu casa; porque he visto que sólo tú eres justo delante de mí en esta generación.…”       
                     La Biblia – Libro del Génesis 7:1,13-15   
Y los niños del mundo mirando al cielo,
sintieron como el odio los aplastaba.
Ni su inocente pequeñez
pudo salvarlos del monstruoso genocidio.
Antes de morir ahogados por el indolente mar de Tesacerdo,
rodeados por los brazos de sus madres y dejando de respirar,
pudieron dar cuenta
que aquel dios
era maligno.
(de Sagrada Blasfemia – Plectro Editores)


















Manifiesto I
He dibujado lo oscuro de las palabras
donde  la  pureza es una  mentira
que gobierna el festín de lo posible.
El miedo al caos
es un velo diluyéndose en los ojos de la tristeza,
escondite vacío lleno de pasado
en una noche que avanza.
El recuerdo del tiempo
lejos de mí,
de lado del eco
que crece la marea loca que nos posee.
Sombras vagan el espacio de las ideas,
anochecemos nuevos mundos,
somos papeles de alguna antología lógica.
Danza la muerte dormida bajo un sueño de revés
donde la vigilia descubre la noche improbable
y donde desnudos rumiantes
observan la gran lástima que amasa los cuerpos
en este  hueco hondo que es el mundo,
una vulgar llama de amor…
Sobre la calle, el plástico inerte
que  observa la marcha circular,
la deforme canción que arranca la palabra,
aquel eco que  descubre su abrigo en la eufonía de vocablos o las voces de un  salvaje.
(de Manifiestos del Ocaso de la Razón – Plectro Editores)
Manifiesto II
Busco un animal dentro
una bestia que no soporta la voz de lo humano
que ha atravesado la puerta que baja las gradas,
el cuento de los torpes,
la ilusión de la vida o el optimismo de vivir  el éxtasis y la euforia.
Hay un espacio roto encima del cielo,
un espacio que me sueña en la corrosión de una partida oxidada.
No vamos hacia ningún espacio,
sin embargo amamos la humedad que nos transporta a no morir,
aquella humedad que llamamos amor. 
El miedo siempre nos consume,
la canalla sombra en el estante de la pesadilla,
en el encuentro de la  espera
que atardece en el verano de una playa
donde se encuentran la soledad y la distancia
y entre ellas se acercan y forman un espacio de voces
que confluyen en  los funerales de mi generación.
Espero que concluya el ritual
donde la magia está compuesta por constelaciones de mentiras
donde nada queda desnudo en el mundo
salvo la lágrima en los ojos sintéticos
de las anfetaminas violáceas de mi tiempo.


(de Manifiestos del Ocaso de la Razón – Plectro Editores)


Más sobre el autor en: http://plectrobestiario.blogspot.pe/ 

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