MIGUEL RODRÍGUEZ PAZ – HAY UN PUERTO QUE SE LLAMA ABSURDO Elí Urbinaenero 1, 2020octubre 30, 2021Poesía peruana, Revista Navegación de entradas PreviousNext Presentamos dos poemas del legendario poeta chimbotano Miguel Rodríguez Paz: Nació en Chimbote el 15.VI.1934. Reconocido y laureado intelectual, abogado, ensayista, poeta, escritor, periodista y luchador social; fundador de la Casa de la Cultura el 26 de Junio de 1965 “para lo que más necesitaban de ella, para aquellos que ambicionan sinceramente superación”, de ahí su Luma: Ser culto para ser libre. Ex alumno del Colegio Nacional San Pedro. Socio fundador del Instituto Cultural Chimbote (ICCH), Presidente del Frente de Unificación y Desarrollo de Chimbote (FUDECHI). Perteneció al Grupo Literario “Isla Blanca” de Chimbote. Obtuvo en 1957 los Juegos Florales de la Universidad Nacional de Trujillo, con el cuento “Hombres, Mar y Muerte”. Abogado de profesión, entendió temprano nomás lo que era la justicia en un país difícil como éste. Desde entonces fue viento, marejada, luchando a muerte contra el sistema. Chimbote lo recuerda como la solitaria antorcha dando bofetadas de luz a la noche intensa”[i] El II Encuentro de la AEPA “Miguel Rodríguez Paz”, realizado en Chimbote, del 21 al 25 de junio de 1986, llevó su nombre como un homenaje de reconocimiento de los intelectuales ancashinos. Aquí la voz Te voy a decir en dos palabras la falacia de tu vida que se ha roto ¡deja ya de mirar a tus destrozos! ven, recogiéndote a ti mismo caminando en tus porciones que parecen muertas y escucha esta rapsodia con notas de esperanza. Tu historia es la de siempre: el dolor de tu miseria humana el pasado que se vuelve a ti con sus despechos para abofetearte el alma consumida después, lloras y buscas la falda maternal y no la encuentras y paladeas sorbo a sorbo el extravío y te arrojas tú mismo a la derrota. Ya deshecho de sorber vinagres en las cruces caes sin un manto que te cubra el frío y lloras más y más, hasta morir después de muerto. Luego ruedas en despojos y te crees encarnado el dolor de tus mentiras. Hoy, que al pasar te veo, me lastimas Y siento de veras tu desgracia, Por eso te llamo, por Hoy y por Mañana Y no te doy la mano para que aprendas a ser hombre. Te llamo y te señalo el sol que jamás cae, más allá del dolor y la esperanza ¡está la vida![ii] El INC de Chimbote, el 5. IX. 1980, le rindió Homenaje Póstumo por su importante aporte a la cultura regional. Entre sus poemarios destacan: Mares sin Puerto, Hay un puerto que se llama absurdo, Senderos de Redención; en Narrativa Los Buitres y Náufragos de la Vida, numerosas obras de ensayo, periodísticas y prólogos de libros. Hugo Vargas Tello en la contratapa de la revista “Alborada” nos dice: “Allí estará Miguel, siempre, en el surco y la semilla, en la tempestad de la esperanza auroral, en la sangra y en la vida de este Puerto; siempre estará ya gigante, con los brazos tatuados por la noche y la mirada fija y triste de un pájaro nocturno”. Hay un puerto que se llama absurdo Hay un momento en que el alma muere enfangada en la hediondez desesperante de un légamo de absurdos; muere como una cosa informe que se despedaza y se desperdiga sin que le importe a nadie; como un cuerpo que rueda por el acantilado, sin que a nadie le detenga, sin que le mire nadie sin que le salve nadie. Hay momento en que el alma muere, sí, muere a pedazos y uno la ve morir… A veces quiere tener la fe de otros, la vida de otros la alegría y jocosidad de otros; se quiere ser ciego hasta el tuétano, y se envidia la esquizofrenia, porque la vida duele de veras con un dolor sin esperanza, pungitivo, malsano, desquiciante, agobiador… Y la realidad se parece a una mortaja inmensa que lo ahoga a uno con el sudor de muerte. Es un piélago negro de recuerdos que tormentan horriblemente la existencia, y es que jala la vida por los pelos en un aciago intento de volver atrás ¡Ah, y lo logra a veces con qué animalidad! Y uno se ve flotando a la deriva en mares que aturden los sentidos hasta desesperarlos, en barquichuelos de papel con plomo que se hunden por instantes dolorosos; y uno siente ahogarse la vida y se grita entonces hasta desplumarse y el agua entra en el alma hasta por las orejas, y no aparecen horizontes con sus puntos fijos, no aparecen moles que nos tranquilicen, ¿Cómo sobreviviremos? ¿Cómo?… Hay un puerto que se llama absurdo allende el mar de las Tormentas; es vulgar como cualquier tierra, terriblemente hastiante y corrompida, llena de sandeces y vulgaridades, es una tierra que todo promete y nada da, y que nos ensucia más de barro donde las sanguijuelas proliferan hasta dejarnos sin sangre. Una tierra de nadie y para todos que nos parece limpia y es hedionda, que nos parece vida y es la muerte que nos parece gloria y es derrota; una tierra sin cabellos y sin dientes, que nos hunde, pero nos salva… Es el puerto que se llama absurdo.[iii] Uno de nuestros más preclaros valores, cuya luminosidad inyectó a la generación de su tiempo, legando a la posteridad su inquebrantable amor al terruño; sentimiento que ensalzó en su voz, en su canto, diseñando su estrategia de futuro; valor que nos dejara muy joven, pero cuya personalidad con el transcurso del tiempo se acrecienta y amerita. Falleció el 4. VIII. 1980. EXTRAÍDO DE ANTOLOGÍA DE LA POESÍA CHIMBOTANA, DE VÍCTOR NOLBERTO UNYÉN VELEZMORO, EDICIONES CASA DEL POETA FILIAL CHIMBOTE, CHIMBOTE, 2006. | SELECCIÓN DE ELÍ URBINA PARA SANTA RABIA MAGAZINE, 2020. [i] Revista “Alborada” Año 11, 2da época, N°12 [ii] El despertar de un Coloso II Edición, p.78. Revista Futuro N°23, 24. P. 5. [iii] Revista “Alborada” Año 11, 2da época, N°12 Facebook Twitter
“Hay un puerto que se llama absurdo”
Amo!