Mírian Freitas | Sin embargo

MÍRIAN FREITAS es brasileña, profesora en Letras en el Instituto Federal de Educación Ciencia y Tecnología de Juiz de Fora. Es doctora en Literatura Comparada y escritora. Fue profesora nos EUA, en las escuelas públicas de Framingham, Massachusetts. Escribió los seguientes libros: Intimidad asechada (2006), Exilios naufragios y otras pasajes (2016), Casi: poemas a la sombra del un árbol (2019), Cuando éramos pájaros y otros poemas abisales (2021), Caio Fernando Abreu: una poética de la alteridad y la identidad- ensayo ilustrado (2021), Mosaico (2022) y La memoria es una oficina de huesos (2023). Finalista y mención honrosa en distintos concursos en el território nacional y lusitano. Tiene varias publicaciones de poesia en antologías, revistas impresas y digitales en Brasil y Portugal, Colombia e Perú.

 

Traducción de Arturo Jiménez Martínez (Mexico)

 

DE LA MUERTE

 

 

Cuando la muerte llegue a esta casa

no amenaces el silencio con el llanto convulso.

Ve hasta el huerto y colecta frutos

aprieta entre los dientes las peras

y los higos

mentaliza todas las flores amarillas

acaricia la lágrima de la ausencia

recuéstate sobre el césped y acuérdate de los pájaros

y del arder del viento

entre los  árboles y las aguas

que se repiten.

 

 

 

UNA OTRA PARTE

 

Parte de mí

sueña silenciar peñascos

y las voces íntimas

en el estruendoso grito de la partida.

 

¿Consigues verme como chispas en la oscuridad del desierto

como  chispas de fuego en las monumentales montañas

del Tíbet?

 

Sólo una parte puede tener la dimensión de mí.

Si  soñé hierbas, llantos, armaduras, hoja

si soñé túmulos y vitrinas sin los impecables

maniquíes

¿me juzgas opaca?

 

Si miraras alrededor como quien me ve

en minucias

sabrás de mi vuelo incierto

sobre las islas que yo no sé

sobre piedras, cánticos, cabalgatas,

nada hay más allá de la contemplación.

 

¿Qué esperas de mí?

 

De las profundidades del pozo que habito

los peces de sal abren sus escamas

y atestiguan la resiliencia y el plomo

en el rosto de esta tarde.

 

 

SIN EMBARGO

 

Los cabellos que el viento se llevó

escorian hombros abajo

como ríos de aguas encendidas, perlas

fluyendo sobre la arena.

 

Tu rojo sangre, Rudolf,  tiñe la aurora

Y el tiempo. Lilas son los perfiles de tu rostro

que mira el mío como si fueras a morir.

 

Morir de hambre y distancia.

Engañarse por una parte de mí

que  nunca te perteneció.

Abres los ojos y diriges tu vida

como si dirigieras la mía.

 

La agitación de tu pecho es irreal.

 

Cubre el rosto con los pañuelos de papel

y secas estas lágrimas de sal.

Mas tu memoria de piedra no me olvida.

 

 

MOMENTO

 

Cultiva en mí tus manos

como si fueran gallos apurados, firmes,

mojados por la dulzura del rocío nocturno.

Despoja en mí tu cuerpo

como un barco náufrago, ahogándose

en el llanto de la  multitud

en el pozo de aguas agitadas.

Sumérgete en mí como un pez

frotando tus escamas en mis pelos negros

inquietos

insanos

rebeldes

 

desbórdate en mí como un líquido

así,

goteando en silencio sin decir palabra

apenas abrazándome en la  mudez

como la planta que ama

sin necesitar del verbo.

 

 

 

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