NICKOLE BROWN – UNA BRISA QUE BESA EL REVÉS DE LAS CORTINAS


Presentamos, en versión de Yanina Audisio, una muestra poética de la norteamericana Nickole Brown. Se ha desempeñado como editora en Sarabande Books y actualmente es responsable de las Series Marie Alexander de Poesía en prosa de White Pine Press. Sus publicaciones incluyen “Fanny Says” (BOA Editions, 2015); “Sister: A Novel-in-Poems” (Red Hen Press, 2007); “Air Fare: Stories, Poems & Essays on Flight” (Sarabande Books, 2004, antología en colaboración con Judith Taylor), entre otras.
 
 
 
 
CÓMO SEDUCIR A SUPERMAN
 
 
Este manual es para ti si
 
 
Nunca encontraste un
equilibrio mínimo
nunca comiste mayonesa
nunca estuviste un día
sin mirarte a ti misma
en los espejos
apenas reconociste
tu propio reflejo
siempre usaste demasiado
lápiz de labios
a veces pediste
sándwiches sin mayonesa
cuando mordiste
dentro de ellos dejaste
líneas rojas de lápiz labial
en tu mejilla y
la marca de medio beso
en cada pan
tu reflejo en la ventana
del café diciendo nada de
tus rasgos que aparecieron
cuando pasó un auto negro
y desaparecieron
con uno blanco
siempre sentada con tus
piernas cruzadas
tu reflejo
intermitente aquí luego
ausente luego aquí
de nuevo. Levantas
tu bebida desde arriba
por el borde
la pajita acunada entre tus
dedos índice y medio
levantas tu sándwich
muerdes dentro de tu propio
beso, miras afuera y piensas
algo luego
nada perpleja así
siempre luego el mozo
te llama señorita,
tu descruzas las piernas,
llevas el aire dentro luego fuera
la puerta.
 
 
 
 
HOW TO SEDUCE SUPERMAN
 
 
This Manual Is for You If
 
 
You never met your
minimum balance
never ate mayo
never went a day
without seeing yourself
in mirrors
hardly ever recognized
your own reflection
always wore too much
lipstick
sometimes ordered
sandwiches with no mayo
when you bit
into them left
red lines of lipstick
on your chin and
a half-kiss mark
on each bun
your reflection in the café
window saying nothing of
your features that appeared
when a black car passed
and disappeared
with a white one
always sat with your
legs crossed
your strobing
reflection here then
gone then here
again.  You pick up
your drink from the top
by the rim
the straw cradled between your
pointer and middle
pick up your sandwich
bite into your own
kiss, look outside and think
something then
nothing wondering like this
always then the waiter
calls you miss,
you unfold your legs,
breathe in then out
the door.
 
 
MIENTRAS ESPERAS
 
 
Conviértete en
nada. No respires nada
mas que aire. Abre tu garganta
hacia el cielo como una chimenea
obstruida por los gorriones
anidando.
Deja que tus ojos sean dos
ventanas, pero ventanas abiertas
a una brisa que besa
el revés de las cortinas.
¿Y tus oídos? Son oídos
simplemente. Deja que hagan lo que
hacen mejor,
escuchar, en la caracola el sonido
del tránsito llamándote a casa
aquí en tu cuerpo
móvil, tu propio
rumor de carpa hecha con sábanas en la calle,
oscuridad encendida.
 
 
WHILE YOU WAIT
 
 
Become no
thing. Breathe in nothing
but air. Open your throat
to the sky like a chimney
clogged with nesting
sparrows.
Let your eyes be two
windows, but windows open
to a breeze that kisses
the curtains back.
And your ears? They are simply
ears. Let them do what
they do best—
listen, the conch shell sound
of traffic calling you home
here in your moving
body, your own
whispering sheet tent in the street-
lit dark.
 
 
 
 
LA CHICA PRESENTA SU RENUNCIA
 
Como la garganta de un ciervo de espalda arqueada,
golpeado por un camión,
adecuado para las garras de un tigre,
pero dispuesto en cambio para esta mediocridad,
         guardarraíl y grava, una bolsa de compras remontando alto.
 
 
Diablos, hasta los trabajadores pagados para recoger su cuerpo
de la interestatal están de licencia, entonces ella estará allí
hoy lo mismo que mañana,
y en mi pena o es
          vanidad
 
 
pienso que solo estoy yo para notar, para asentir
                         sí, nena. No lo conozco, tu cuello,
el cuello de ella, hueso blanco, ninguna nota para tocar sin la
cuerda
unida
pero todavía
                          tangible,
                          esperando ser tocada,
 
 
o el menos quiero apretar la tecla de ese piano silencioso,
esa palidez suave
de colmillo exótico y diente, ese pellejo
                                 enfriado a cero
y coloreado el hueso ilegal blanco
de bolas de billar antiguas y dominó,
pero en cambio yo
sigo conduciendo, hablándome a mí misma como si le estuviera
                                  hablando a ella.
 
 
¿Pero no seguimos todos conduciendo? ¿No es peligroso
                                  detenerse?
Lo que no queremos ver es
esa réplica de mirada vidriosa,
                       ni una mierda sino un oh bueno,
 
 
el suspiro de cada auto pasando de largo.       
 
 
  THE GIRL OFFERS UP HER RESIGNATION
 
 
Like the throat of a deer arched back,
truck struck,
fit for the jaws of a tiger
but set instead for this mediocrity—
            guard rail and gravel, a grocery bag kiting high.
 
 
Hell, even the workers paid to pick her body
off the interstate are on furlough, so she’ll be there
today the same as tomorrow,
and in my sorrow or is it
            conceit
 
 
I think it is only me to notice, to nod
                        yes, baby.  Don’t I know it, your neck,
her neck—bone white, no note to play without the string
attached
but still
                        touchable,
                        wanting to be touched,
 
 
or at least I want to press that silent piano key,
that soft blanch
of exotic tusk and tooth, that pelt
                        cooled to zero
and colored the illegal bone white
of antique billiard balls and dominoes,
but instead I
keep driving, talking to myself as if I were
                        talking to her.
 
 
But don’t we all keep driving? Isn’t it dangerous
                        to stop?
What we don’t want to see is
that glass-eyed reply—
                        not a fuck all but an oh well,
 
  the sigh of each car passing by.
 
 
 
 
YANINA AUDISIO
 
(Río Cuarto, Córdoba, Argentina, 1983). Actualmente reside en la ciudad de Buenos Aires. Es Licenciada en Psicología y Magíster en Salud Pública. Escribe poesía y narrativa. Realiza traducciones de poesía inglesa y se ha desempeñado como correctora de textos literarios. Es responsable del blog sobre difusión literaria “Inventar un pájaro”, coordinó el grupo literario “Las Puntas del Clavo”, y co-condujo el programa radial literario “Minas terrestres”. Ha publicado los libros “Las Puntas del Clavo. Poemario”. Dunken (2011), “La noche en los perros”. Expreso Nova Ediciones, (2013), “La boca y su testigo”. Tinta libre (2014) Primer premio categoría poesía 7mo Concurso de Cuento y Poesía Adolfo Bioy Casares, Municipalidad de Las Flores, Provincia de Buenos Aires, y cuenta con tres poemarios inéditos “Como mano y pared”, “Hacer el lobo” y “Para algo están los dedos (y otras pequeñas traiciones)”.
 
 
NICKOLE BROWN
 
Creció en  Louisville, Kentucky, y Deerfield Beach, Florida. Se graduó en The Vermont College of Fine Arts y estudió Literatura en la Universidad de Oxford. Fue profesora en las universidades de Universidad de Louisville, Bellarmine y Arkansas en Little Rock. Se ha desempeñado como editora en Sarabande Books y actualmente es responsable de las Series Marie Alexander de Poesía en prosa de White Pine Press. Sus publicaciones incluyen “Fanny Says” (BOA Editions, 2015); “Sister: A Novel-in-Poems” (Red Hen Press, 2007); “Air Fare: Stories, Poems & Essays on Flight” (Sarabande Books, 2004, antología en colaboración con Judith Taylor), entre otras.

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