Olivia Oropeza | El diluvio

Olivia Oropeza (Jalisco, México 1997) es una artista multidisciplinaria que articuló su obra en torno al lenguaje—. En los diez años en que ha desarrollado su escritura, ha explorado el teatro, la novela y el relato; sin embargo, la poesía es el género en que su expresión se encuentra más concentrada. Nacida Sombra (Editorial Summa 2023, Lima, Perú) es su primera colección de poemas, escritos a lo largo de una década, y el resumen de sus preocupaciones artísticas: la identidad, la otredad, la muerte. Ha publicado en diversas revistas electrónicas, participado en las Jornada Pelliceranianas 2023 y fue una de las poetas homenajeadas en la Décima Feria Intencionalidad Primavera Poética en Lima, Perú. Actualmente forma parte del sistema nacional de creadores de su país en El Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico por el FONCA.

 

EL DILUVIO

Una poeta escribe de su madre:

Y la vida se cura en un diluvio
de luz contra el incendio
la lluvia nos bautiza

En este incendio que inició
mi madre al morirse
después de parirme
nunca llegará un diluvio

Las gotas que caigan
sobre el fuego
serán sólo sombras

alucinantes de calma

En este entierro al que acudo
cada día, donde mueres,
irremediablemente siempre,
madre, está lloviendo

La llovizna, una esperanza
un dibujo de tu silueta
joven y eterna

Y el diluvio que acaba con tu incendio
no es tu madre, madre, sino tu hija

que renace de la tierra
y retoma tu vida extinta,
y se llama muerte

y lleva tu nombre

y no se salva

 

 

LLEVAR EL FUEGO

 

En efecto, existe algo más tenaz que la memoria —pensó—: el olvido.
— Salvador Elizondo

Estás sentada en un cuerpo de noventa años
desterrada de la propiedad de tus recuerdos
mi matria de tierra, acervo en tu memoria

y mi voz infante luchando en el incendio
mis manos buscado sostener tus manos
sin saber si eres tú la casa o el propio fuego

Qué será de aquél océano térreo
se perderá el azul de los agaves

La luz dorada ya disuelta sobre el kiosko
en aquella tarde de tu infancia

Jalisco será una sombra, una insignia vacía

Despertarás inmóvil
con una pierna rota

la leche quemada
las frutas de azúcar
que nunca habrás probado

Serás mujer y fuego

depredador silencioso
y alegre presa
mientras rezo

oscuridad territorial que avanza
hasta convertir
esta mirada
en sombra

 

IMPOSIBILIDAD

Hay belleza además
donde tú miras
pero no me pertenece:

el sol
el cielo
el viento
que te toca
es sólo tuyo

Sobre esta ciudad
se oxidan las hojas
de las bugambilias

que como yo nacieron
para que las mires

No hay primavera
en mi nostalgia
y tú eres verde

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