Un año sin Jorge Ariel Madrazo

Por Elí Urbina. 



Hoy, en el día mundial de la poesía, se cumple un año de la partida de Jorge Ariel Madrazo (Buenos Aires, Argentina, 1931). Jorge Ariel Madrazo fue uno de los poetas más queridos e importantes de Argentina. Publicó más de una docena de poemarios, libros de cuentos y ensayos.  Premio Municipal y distinguido en 2014 con el premio “Rosa de Cobre” a la Trayectoria, por la Biblioteca Nacional de la República Argentina. A manera de homenaje les compartimos una anectadota del poeta, seguida por una pequeña selección de su trabajo.


“Lima, sábado 26 de Septiembre de 2015. El festival Primavera Poética había finalizado, y esa noche, como otras, me tocó compartir taxi con el poeta argentino Jorge Ariel Madrazo y con su pareja Alicia del Puerto, y nuevamente me tocó hacer de guía, aunque yo estaba tan perdido como ellos. Nos acompañaba también el poeta Paraguayo Jacobo Rauskin, quien iba como copiloto.

Durante la clausura, Justo Jorge Padrón había leído fragmentos de su texto de largo aliento “El arte del poema, lo cual había alimentado más la antipatía que Jacobo sentía por él: “Un poema sobre el arte del poema ¿Para qué?; ya se ha escrito mucho sobre ese tema” Entonces yo opiné: “Bueno, Justo tiene su estilo, además…” “¡Lá,Lá,Lá! no oigo, no oigo, soy de palo, tengo orejas de pescado” me interrumpió Jacobo haciendo ademanes infantiles, y, buscando imponerse aún más, le preguntó a Jorge Ariel “¿Tú qué opinas, verdad que es absurdo? Y Jorge Ariel le respondió: “Si Elí dice que está bien, entonces está bien, y yo estoy de acuerdo con él”.
Así era Jorge Ariel Madrazo, además de ser un gran poeta, era un gran tipo, dulce y modesto. Así era, así lo recordamos”.


RUTH
Aquella prostituta me recordaba a Dios
En vez de huir al cielo se trepaba a los mástiles
Siempre estaba presente con su triste alegría
En los bares del puerto redimía a sus fieles.

Su padre el irlandés la violó de muy niña
Más tarde fue violada sin piedad por el Tiempo
Más agallas tenía que todos los apóstoles
Era una Magdalena iracunda y tiernísima

Hablamos tantas horas en su pensión infame
Hablamos en radiante mañana de un enero
Su cuerpo destruído inoculado a mate
Sus proyectos de un gremio de hetairas inefables

Siempre en primera línea en marchas democráticas
Su labor paralela: versiones del inglés
Su llanto al regalarle un caro diccionario
Era llena de gracia y anciana a los cuarenta.

Aquella prostituta me recordaba a Dios.




ELLA SERÍA AMABLE POR EL RENCOR

que pudo faltarle
en la alta azotea yo seré desterrado
tan gris como una nube
mientras el óxido ronda su
fúnebre cabello
ella besa sus corpiños incinera mi discurso
me veo haciendo gestos pequeñitos
crezco en mi misma ingle volviéndome tan
fuerte
que ella cierra como un cofrecito
su burla dispensadora de limosnas
se desempolva la peluca echa al vacío
las enaguas
los hijos desahuciados en papel madera
ella y yo sabemos lo que hay que
saber

es una pena tendremos que morir
y que otros renazcan
con un comienzo nuevo.




LLA ES UN FELINO, HIENDE SU

cuchillo
en el vientre en el
cerebro
en los párpados flagrantes
Si la buscan dice que no está
pero salta -bella de
noviembre-
cuando menos se
la espere

es la foto entredientes
que no se puede revelar
el riesgo de enfrentar fieras del trópico
por placer y
porque sí

Ella asalta sin más armas
que un espíritu
llameante
un cuerpo en perenne ignición

Es la mejor dentro de su especie

Devora su presa
al
anochecer

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