VALENTINA COLONNA – AQUÍ EL INVIERNO ES INFINITO Elí Urbinaenero 18, 2021enero 18, 2021Poesía universal, Revista Navegación de entradas PreviousNext Fotografía: Giorgio Bernardinello. Valentina Colonna (Turín – Italia, 1990) es una poetisa y pianista compositora italiana. Ha publicado los poemarios Dimenticato suono (Manni, 2010), La cadenza sospesa (Aragno, 2015) y Stanze di città e altri viaggi (Aragno, 2019). Sus textos han sido traducidos y publicados en más de diez países. Cursó un máster en piano en Italia y se especializó en el repertorio barroco en la ESMUC de Barcelona. Hoy se dedica a su proyecto PianoPoetry. Licenciada en Ciencias Lingüísticas en Turín, actualmente cursa un doctorado en Humanidades Digitales (Lingüística) en las Universidades de Génova y Turín, abordando la prosodia de la poesía italiana. Me estoy yendo. No queda nadie más que yo en la misma entrada nueva. Posé mi valija frente a una puerta, ayer, primer piso, a la hora del sol sobre las mesas, cuando la Mole[1] ríe. La genista pierde por la calle y las rosas emanan el último aire en ropa oscura. En el saludo mi sonrisa se abre y muere. Está en el pelo que pasa el féretro de los recuerdos. Hoy suspendido el tiempo se detiene. Mañana partiré. De ti no me queda más que todo. Valentina Colonna, desde La cadencia suspendida. Traducción de Mario Chávez Carmona, Buenos Aires Poetry, 2020. Comienza sin ti este segundo invierno. Vacías las calles de transeúntes y los bancos las palabras de los viles como nosotros que nunca hablamos. Narramos figuras a contraluz cuando creemos amar ilusiones. Los espacios restringen el día en este rostro que tiene las ansias de ellos, presionan el cabello sobre la almohada. Se unen las piernas a la cama donde negando te espero antes de desaparecer. Cada noche es morir. Solo esto supe hacer. – Sabes, aquí el invierno es infinito. Valentina Colonna, desde La cadencia suspendida. Traducción de Mario Chávez Carmona, Buenos Aires Poetry, 2020. Mientras camino en la terraza la banda suena y te digo “¿la escuchas?” Me persigue de una parte a otra del perímetro del confín de mi risa para que no escuchen los vecinos esta alegría de mis años dejados al viento. Así suena en la casa de frente luego detrás en la plaza, adelante al segundo piso del muro blanco. La caja de resonancia tiene su casa en el pozo en la plaza donde la gente pasa, se sienta, repasa los aires que hace veinte años escucho en el verano cuando mi abuela todavía a las nueve me despierta y repite “¡Valentina, la banda!” Valentina Colonna, desde La cadencia suspendida. Traducción de Mario Chávez Carmona, Buenos Aires Poetry, 2020. La felicidad camina por la calle con una bici desconchada y un vestido azul que se eleva pasando delante del bar, a los señores con velocidad en la frenada a la vuelta de la plaza. Ella se va corriendo con el sobresalto de las miradas que se levantan. Va con el aire entre las costillas. El manubrio sin cesar va solo, en círculos por el pueblo. Se alimenta de los muros blancos, de la luz en los techos a cielo abierto con los olores, que esparcen el almuerzo. Señor mío, Señor, cada respiro aún me es solo vida toda que sobra. Valentina Colonna, desde Habitaciones de ciudad y otros viajes (Stanze di città e altri viaggi, Aragno, 2019). Traducción de Leandro Gago Olvidamos el jazmín, el jardín de rosas, los olores que mutan cuando la lluvia se acerca invisible y entra en los hormigueros, en los poros de la tierra. Al fallido temporal le hace burla un grillo que se ha perdido en una tuya y grita: “¡para!” Desde lo alto de sus zancos articula la palabra, lo escuchan los pájaros y el aún cielo pareciera hacerle caso. Valentina Colonna, desde Habitaciones de ciudad y otros viajes (Stanze di città e altri viaggi, Aragno, 2019). Traducción de Leandro Gago [1] Monumento principal de la ciudad de Turín. Facebook Twitter