FELIPE ITRIAGO COIMAN nació el 29 de julio del 2000 en Venezuela, y habita en las montañas merideñas. Empezó a crear con el objetivo de explorar los laberintos del escape. En enero de 2010, durante el duelo por la muerte de un cantautor que admiraba, comenzó a escribir poesía como un homenaje de palabras bañadas en lágrimas. Desde ese momento, ha compuesto numerosos poemas y lienzos, sin poder ni querer detenerse. Ha publicado dos poemarios y ha participado en diversos espacios, declamando sus versos y exponiendo sus pinturas, que considera como las dos caras de una misma moneda.
TEMBLÓ EL DESEO
Los pájaros salieron del nido.
La nostalgia se volvió bosque, mar, universo.
Tembló el vino se esparció en la mesa.
En la cama la pasional liturgia.
Temblaron estructuras.
El tarot se volvió pecado capital, los arcanos regresaron al palacio.
Tembló nuestro frío cuerpo a la tempestad de esta audaz neblina.
Las quemadas del mar provocaron extrañas figuras nos trasmutaron en peces.
Oscuridades me hicieron extrañarte.
Ojalá tu cuerpo se vuelva manzana para morderte.
Morderte en tus lados salvajemente puros.
Espero haber recogido hojas de té, para sumergirnos en la profundidad.
La misma profundidad para abatir este temblor de mi mano al dibujarte.
DESFILO EN LA FRONTERA PARA ROMPER LAS LÍNEAS DEL DESTINO
Quiebro mármoles abrazado por las hiedras, traspapelando máscaras que acarician el sedimento de la tinta.
Quiebro piedras de magma, en este trasteo, ceñido de partituras.
Cierro las hojas corrugadas de este cuaderno.
Incluso son cuervos.
Este pájaro nocturno danza entre paredes celestes, dejando las venas en tierra.
Las palabras son líneas sin sentido, extraviadas en las siluetas dibujadas en el cielo. Tatúan la garganta y la transmutan en árbol de una boca desnuda que se abre y derrama cera en el asfalto, buscando deidad y canto.
Y sigo deseando que las aves se coman de a poco mis escritos y la piel que he dejado junto a ellos.
CREACIÓN DE LIBERTAD
Los amores de una sed con aquellas juguetonas del bar, no podían la insistencia del luto sobre el amor. Mientras que un profeta estaba declamando, además una bailarina estaba danzando a medida que trascurría el poema, escribiendo corporalmente otra historia en una mancha de color en un lienzo.
En una guerra vivían los versos estresados y en un campo de concentración había niños angustiados, haciendo un cuadro de poemas del gueto. Saliendo de la pantalla textual de canciones que parecían himnos por la libertad.
Estaban los papeles hechos vitalidades apresuradas por vivir, se transformaron en partícula para llegar a la espalda de una dama.
Además, en la amargura de un verso vestido de persona, decía: ¿Para qué me amargo si soy feliz? En un mundo donde hay gente barata y carteles con ropa interior intimidada por los versos de un cuadro en libertad.
La música José Itriago la había vivido y terminando el segundo movimiento de Beethoven, en la séptima sinfonía, lloré en un lienzo musical. Por ello se va al cielo esta alma musical. Aunque yo sé que se convierte en Felipe Falso la vida, se va con los años a donde la creatividad es libertad eterna.