ERNESTINA ELORRIAGA – CRUZA LOS CIELOS UNA LANGOSTA DE METAL


Ernestina Elorriaga. Nacida en Darregueira (Prov Bs.As.) Argentina. Participó Encuentro de Poetas con la Gente, Cosquín, Feria Internacional del Libro de Córdoba, Festival Internacional Poesía de La Habana, Cuba, Palabras de Poeta, Escuela de Lenguas de la UNC- Córdoba, Encuentro de la Palabra, La Paz, Bolivia, Festival Internacional La Palabra, Ríosucio, Colombia y otros.2016, Festival Internacional de Medellín 2017. Fue publicada en antologías y tiene inéditos libros de Poesía, y de Cuentos para niños. Libros publicados: La lengua de la noche .-ULEAM, Ecuador -2019. El miedo de una casa inexistente—Editorial Alcion-Córdoba -2019. Mención Concurso Nacional Abuelas de Plaza de Mayo, Cap Fed, Buenos Aires, año 2002. Mención Premio de Poesía Concurso Provincial   Luis de Tejeda-Córdoba año 2003. Segundo Premio Poesía– Concurso Jorge Barón Biza Feria de Arte, Córdoba – año 2003. Tercer Premio XIV Concurso Nacional de Cuento y Poesía Leopoldo Marechal – Morón Buenos Aires, año 2008. 
 
 
 
Reconozco al demonio cuando me recorre
 
 
Soy furia en el toro de Minos
desnucado
yaciente en los brazos de Parsifae
empujo la puerta  
la perra puerta cierro? 
abro?
Se escapa el alma?  Se siente un olorcito?
 
Reconozco al demonio cuando me recorre
y busca desesperado
en mi piel y en los huesos
de la osamenta que me guarece
a la niña que fui
 
Sabrá de la muerte agazapada en mi esternón?
De los ríos que brotan de mis sueños?
De mis pies hundidos en la ciénaga?
 
Se relame en la boca del infierno
de mi infierno
sabe del peso de la culpa y en ella se encumbra
 
Ay de estos días
la luz esconde
un vaho a azufre
 
 
Cruza los cielos una langosta de metal   
 
Cruza los cielos la ramera de la guerra
en una langosta de metal
carne y sueños la alimentan
es muerte que arranca la mirada a los ojos
y los ojos al cadáver
 
No es la cuerva ni el grajo que sacian su instinto
en las vísceras abandonadas
no
ella goza en la muerte con la muerte
si una ciudad abajo estalla en racimos de sangre y de metal
 
Este poema no deseaba nacer
 
En una azotea una anciana tramaba el mundo
de hilos mágicos urdía la vida
de hombres y mujeres en el gozo del pan y del trabajo
ese mañana tal vez levantaron sus ojos para agradecer a dios
pero dios no estaba
 
Sobre el mundo la que no tiene nombre
brinca sobre su corazón de acero
grita now!
el Enola abre su vientre como quien abre una jaula
pero no libera pájaros
libera uranio
 
y las niñas y los niños dónde?
y la vida y la anciana dónde?
 
 
Apenas un soplo
 
 
“…todas las noches alas negras
Se sacuden en mi corazón “  
 
A.Sexton
 
E
 
El río rugió sin cesar toda la noche
con el correr de las horas su caudal aumentaba
 
La pesadumbre había enlutado hasta la respiración
Yo trataba de imaginar tus alas
batiendo sin cesar contra la cerrazón de los nudos que trama la oscuridad
La tormenta se abrazó a tu sueño
y ya no hubo arcángel que acudiese en tu ayuda
 
Somos apenas un soplo de la creación
la vida en un grano de mostaza
una semilla de manzana
en el átomo
pero arrasamos todo a nuestro paso
semidioses sin brújula
extraviados
ovejas descarriadas pisando hormigas y tréboles
 
Apenás un soplo
puestos a andar
tumbados en el río de la vida
 
Ilusorio ente nos lanza contra el muro de la noche
cuesta entenderlo
es el infinito
hemos extraviado las alas
 
                                                               
No voy a morir


Estoy en la proa del barco
Ya no soy el suicida.
 
A.Sexton
 
                                                             
No voy a morir
está escrito en el corazón de mi madre
 
Me perderé en el camino del infierno
arrancaré las flores por su cuello
pero no habrá nieve
ni niebla que obstruya mi camino
el polvo que me navega será apenas un recuerdo
 
El amor habrá de salvarme
los caballos que otrora relincharon sobre mis miedos
regresarán a celebrar mi vida
un tumulto de pájaros alojará la tristeza que navega por mis ojos de lluvia
las cuerdas tensas de un violín soltaran su música para resucitados
 
La sabiduría del viento sanará la herida
 
No voy a morir
renaceré entre sapos y ortigas 
 
                                
Nunca más la calma
 
La imagen se ha fijado a mis ojos
la persistencia del tiempo no podrá con ella
andará junto al aire quebrando mis estertores
 
Será evidencia de la vigilia de los custodios de la moral
capaces de hacer un mar rojo
en el pubis del arcángel
 
Ellos deben arder
 
Después de ella nunca más la calma en los bulbos de los narcisos
ni en los niños del hambre
ni en el pibe que se arroja blanco de espaldas a la esquina
ni en las hojas del roble que el invierno hace sangrar
 
Ella muestra apenas sus tobillos
asoman a mis ojos como si fueran de translúcido jaspe
en el árbol seco la música de un grillo solitario
no alcanza a romper la mudez del espanto
 
El cuerpo suspendido de una cuerda
se mece
sin canción de cuna que lo arrulle.
 
 
 

4 Comments

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *