FRANCIS ARGOÑA (Chile, 1997) Una voz joven que promete. Ahora escribe poesía.
DENTERA
Envidio, muy a mi pesar,
a la gente que no sufre
ni se desvela
tratando de invocar
versos de medianoche
con poca luz de vela.
A quién no intenta
ventilar con un soplo de estrofa
alargar el desplome,
la caía en un pétalo de rosa.
A quién no vive atrapado
entre sonidos
o no cuelgan de sus labios
las palabras de un poema
hace tiempo aprendido.
Desearía ser como ellos,
llevar una vida ingenua.
Dejar que me lleven los ríos,
erosionando el dolor,
el recuerdo de los barcos perdidos.
DESPUÉS DEL AMOR
En el hálito nocturno,
Erguido por la noche,
Surge de los bordes
Tu impávido cuerpo gatuno.
Posas en mi tu altar
Y con un beso
calmas en mí las ansias.
Y van las manos sondeando,
Extendidas como los dedos del rayo,
La carne en tu piel de franela.
Descubriendo la envoltura
Que mantiene apaciguado al fuego
Librándose por completo
La jauría de almas
Ordenadas a devorar tu cuerpo.
En el sur de la anatomía
Se advierten aguas cristalinas.
Hidratante natural
Para mis surcos secos
El juego de tus uvas.
Mi lengua tiende a tu lengua
Cuando tu boca tiende a mi boca.
Y resuenan estridentes
Contra el acantilado
Húmedas tus olas.
Una fuerza de choque;
Un arrebato de caballo
Que arremete con todo mi puerto.
Y luego, los vientos adyacentes
En la tibieza de la mañana
Acunan a los durmientes
Con el habla enmudecida,
Más la búsqueda de mis ojos
De ver el amanecer
En tus labios la sonrisa.
RESENTIMIENTO
Fruta madura,
Podrida de nacimiento.
Serás un mal recuerdo,
Una fea quemadura…