124. Año 9: PABLO CABRERA FERRALIS | Plegaria en espejo

PABLO CABRERA FERRALIS (Santiago de Chile, 1983) es un arquitecto, artista y poeta chileno radicado en Alemania desde 2016. Ha trabajado en disciplinas como la pintura y el dibujo, y paralelamente ha desarrollado su trabajo poético. Ha publicado artículos, cuentos y poemas en diversas revistas culturales y literarias de Alemania, España y Chile. Recientemente ha publicado su primer poemario junto Valparaíso Ediciones llamado Navaja afilada por el viento.

 

 

 

 

HUMO

 

Huele a humo

a humo de motor diesel

de un camión viejo

que acaba de acelerar

frente a mi ventana.

 

Huele a humo

y pensé que ese camión

ese olor penetrante

seguía encendido abajo

con insistente insolencia.

 

Huele a humo

y no hay humo ni camión

no hay nada

no hay nada mas

no hay nada mas verdadero

que el humo

que el humo que tengo

que el humo que tengo cosido a la nariz.

 

Huele a humo

no importa donde yo esté

no importa que hora es

no importa nada mas

que el humo que me asfixia

que el humo grueso que nace

que nace en la punta de mi nariz

y se aloja profundo en mi sien.

 

Huele a humo

este mareo me hace cerrar los ojos,

y respiro profundo y no siento,

no siento el olor a humo

pero siento el olor a humo

y cuando lo olvido vuelve insistente

el recuerdo de ese humo grueso,

añejo, que se pasea por mi nariz.

 

Huele a humo

y no puedo sacarlo de aquí.

 

Huele a humo

con las ventanas abiertas.

 

Huele a humo

con ventolera infernal.

 

Huele a humo

a carburante quemado

aunque el hedor esté solamente

alojado en la miseria

que siento en mi pecho

al terminar esta semana de mi vida.

 

Se repite y vuelve y revuelve

y revive y regurgita

el olor a humo en la nariz

el olor a humo en el corazón

el olor a humo en la sien

el olor a humo negro que es mi alma.

 

 

 

TRÉBOLES ETERNOS

 

Las frustraciones arañan rápido

la piel bajo mis párpados resecos

como el cometa que recorre mi espalda

explotan hibiscos por mi garganta ajada

que intenta tragar con esfuerzo

las migajas de aquellos sueños

que algún día tuve que soñar:

vestigios de ideales de grandeza

e intentos estériles de mi cuerpo

por perseguir esa justicia impalpable

por transferir el dolor al cielo

por pisotear el rencor con el talón

por intentar azucarar lo cotidiano

para ofrecer por engaño piadoso

gotas de almíbar a mis tréboles eternos

quienes se convirtieron en el alimento

de los restos de lo que fuera mi mirada.

 

 

PLEGARIA EN ESPEJO

 

el hombre es feliz

porque lleva arena en los bolsillos

ahí entierra sus manos de lanza

cierra los ojos y entra a su playa

frota la yema de sus dedos

con guijarros y piedrecillas

estira la espalda hacia arriba

inspira de lleno la sal del aire

contiene el aire algunos segundos

y es en ese instante donde lo percibe

el sabor de la buena vida

recibe el peso de ese sol potente

lo soporta sobre sus hombros

 

con actitud de plegaria

 

lo soporta sobre sus hombros

recibe el peso de ese sol potente

el sabor de la buena vida

es en ese instante donde lo percibe

contiene el aire algunos segundos

inspira de lleno la sal del aire

estira la espalda hacia arriba

con guijarros y piedrecillas

frota la yema de sus dedos

cierra los ojos y entra a su playa

ahí entierra sus manos de lanza

porque lleva arena en los bolsillos

el hombre es feliz

 

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