PABLO CABRERA FERRALIS (Santiago de Chile, 1983) es un arquitecto, artista y poeta chileno radicado en Alemania desde 2016. Ha trabajado en disciplinas como la pintura y el dibujo, y paralelamente ha desarrollado su trabajo poético. Ha publicado artículos, cuentos y poemas en diversas revistas culturales y literarias de Alemania, España y Chile. Recientemente ha publicado su primer poemario junto Valparaíso Ediciones llamado Navaja afilada por el viento.
HUMO
Huele a humo
a humo de motor diesel
de un camión viejo
que acaba de acelerar
frente a mi ventana.
Huele a humo
y pensé que ese camión
ese olor penetrante
seguía encendido abajo
con insistente insolencia.
Huele a humo
y no hay humo ni camión
no hay nada
no hay nada mas
no hay nada mas verdadero
que el humo
que el humo que tengo
que el humo que tengo cosido a la nariz.
Huele a humo
no importa donde yo esté
no importa que hora es
no importa nada mas
que el humo que me asfixia
que el humo grueso que nace
que nace en la punta de mi nariz
y se aloja profundo en mi sien.
Huele a humo
este mareo me hace cerrar los ojos,
y respiro profundo y no siento,
no siento el olor a humo
pero siento el olor a humo
y cuando lo olvido vuelve insistente
el recuerdo de ese humo grueso,
añejo, que se pasea por mi nariz.
Huele a humo
y no puedo sacarlo de aquí.
Huele a humo
con las ventanas abiertas.
Huele a humo
con ventolera infernal.
Huele a humo
a carburante quemado
aunque el hedor esté solamente
alojado en la miseria
que siento en mi pecho
al terminar esta semana de mi vida.
Se repite y vuelve y revuelve
y revive y regurgita
el olor a humo en la nariz
el olor a humo en el corazón
el olor a humo en la sien
el olor a humo negro que es mi alma.
TRÉBOLES ETERNOS
Las frustraciones arañan rápido
la piel bajo mis párpados resecos
como el cometa que recorre mi espalda
explotan hibiscos por mi garganta ajada
que intenta tragar con esfuerzo
las migajas de aquellos sueños
que algún día tuve que soñar:
vestigios de ideales de grandeza
e intentos estériles de mi cuerpo
por perseguir esa justicia impalpable
por transferir el dolor al cielo
por pisotear el rencor con el talón
por intentar azucarar lo cotidiano
para ofrecer por engaño piadoso
gotas de almíbar a mis tréboles eternos
quienes se convirtieron en el alimento
de los restos de lo que fuera mi mirada.
PLEGARIA EN ESPEJO
el hombre es feliz
porque lleva arena en los bolsillos
ahí entierra sus manos de lanza
cierra los ojos y entra a su playa
frota la yema de sus dedos
con guijarros y piedrecillas
estira la espalda hacia arriba
inspira de lleno la sal del aire
contiene el aire algunos segundos
y es en ese instante donde lo percibe
el sabor de la buena vida
recibe el peso de ese sol potente
lo soporta sobre sus hombros
con actitud de plegaria
lo soporta sobre sus hombros
recibe el peso de ese sol potente
el sabor de la buena vida
es en ese instante donde lo percibe
contiene el aire algunos segundos
inspira de lleno la sal del aire
estira la espalda hacia arriba
con guijarros y piedrecillas
frota la yema de sus dedos
cierra los ojos y entra a su playa
ahí entierra sus manos de lanza
porque lleva arena en los bolsillos
el hombre es feliz