ANAHÍ SALISBURY (México) psicóloga clínica de profesión. Encuentra su voz poética en la intersección de la palabra y el silencio, con un gran interés por la poesía que aborde temas de denuncia social y el dolor humano, su creatividad bebe del horror corporal, las creencias místicas de su abuela y una búsqueda del sentirse segura habitando en un estado de violencia. Próximamente su cuento “Perrilla abierta” verá la luz en una antología de cuentos cortos latinoamericanos, ofreciendo un vistazo a su escritura que intenta acercarse a lo siniestro, tejiendo los lazos familiares con el peligro.
SOLO SI BAILAS CON LOS OTROS, VIVES
Ella danzaba, pero no se quemaba
se comía el tiempo para lavarlo,
hacer costuras a su falda,
al borde de su ropa, donde yo me pescaba
Me alimentaba con sus dedos
y me crecía el asco en la garganta.
Ella hacia sus limpias
y quemaba los temores de otros.
los vomitaba
Y me pedía que cantara
con mi voz no parida,
mi voz bestial y sus dedos
hacían plegarias, rezos
Ella me decía, sin mirarme a los ojos:
Solo si bailas con los monstruos de los otros. podrás vivir.
decía:
No busques escapar de las llamas que si lo haces vas a arder.
Nunca le temí al fuego
le temía a su presunta inmortalidad
a sus idas y vueltas a lo fantasmal,
a sus actos sexuales con los espíritus
que se vestían con el cuerpo de Ella
para cumplir con ritos, curaciones
y desanudar horrores
Entró en trance
me contaba,
Tengo que no ser yo y también estar presente para hablar con los monstruos de cada persona.
La escuchaba y lloraba porque su voz ya no era lo que yo conocía.
Las voces, no de Ella,
invocan cuerpos sin forma,
cuerpos medusas,
acuosos,
con sonidos hostiles.
Las personas nos dejaban sus crías atemporales
y terroríficas
Ella las toma sin crueldad.
las acuna como alguna vez me acuno a mi
las invita al fuego
Los miedos construyen a las personas, pero un día se vuelven restos y hay que extirparlos, pero con amor.
después, volvía a ser la abuela.
TODO EL TIEMPO
Cerró la puerta a las 7pm
como cada lunes desde hace 6 meses
se llevó dos kleenex,
dejo un <<me quiero morir, todo el tiempo>>
se llevó la certeza de mis años de estudio
como cada lunes desde hace 6 meses
y dentro de su bolsa sonó mi neutralidad
los libros leídos, se escaparon por la ventana
y cargue con su <<todo el tiempo>>
hasta casa
Apague las luces del consultorio
camine a la estación para llegar a casa
para cubrirme con mis notas
para beber teoría
y que el maquillaje no se craquele
Tome la 38 para llegar más pronto a mi cama
para hundirme en el miedo
en la pregunta ritualística
<<¿Qué estás haciendo?>>
apagar las luces
y escapar de su <<me quiero morir, todo el tiempo>>
NADIE A TIEMPO
De tanto desamor
Me construí una casa
Tejí cortinas que combinaban con cada uno de mis anhelos
Habité cuartos vacíos
Y los decoré para invitados que no llegaron a tiempo
Los relojes me dieron hipo
Tanto desamor
Que el pecho nunca se puedo calentar
Tanta lluvia que el techo se desmoronó
Los amores a destiempo me gastaban bromas
Y esas bromas fueron un mal agüero
Un sin sentido que germinó
Y dañó mis buganvilias
una peste de minuteros detenidos
no llegó nadie, nadie estuvo a tiempo
Salvo el espejo y los gatos
Salvo el viento y los muebles
Nadie a tiempo y la casa me colapsó