130. Año 10: SYNDY VIANEY ISLAS MEDRANO | Extraño

SYNDY VIANEY ISLAS MEDRANO (Ciudad Nezahualcóyotl, México, 1993) Psicóloga y psicopedagoga de profesión; apasionada de la vida transformada en cualquier forma de arte. No soy escritora, ni poeta, pero canalizo el abismo mental y sentimental en palabras.

 

 

 

 

EXTRAÑO

 

 

Le advierto esta noche que no pienso esperar más,

tómelo como amenaza o sugerencia

da igual, ¿y sabe por qué?

porque sus ojos ya no causan en mí

esos destellos de ilustre estupidez

que hacían verme la cosa tonta de ocasión.

 

Y bien le digo entonces a usted,

mi extraño favorito, que no esperaré,

que me he cansado de aguantar

sus ojos marrones, hermosos y callados,

la forma despampanante de pasarme por enfrente

hacer el desaire de morderse los labios y

que no les selle con un beso de ya.

 

Le hablo de usted, porque justo así

como se trata a los desconocidos

desde hoy y para siempre

es usted eso para mí… un extraño,

alguien que sucumbe mi esfera mental

y no se digna siquiera en venir

a calmar las ansias que provoca;

un “hola” compasivo; un poco de dignidad.

 

 

NO ME IMPORTA CÓMO BESES

 

No me importa cómo beses,

despacio, húmedo, frío;

si va una sonrisa de por medio

o lo haces con el corazón herido.

 

Deprisa o lentamente,

suave, cálido, con suspiro;

cierras los ojos o me miras fijo,

cubiertos de ropa o desnudos en el piso…

 

No me importa como beses

bajo la puesta de sol, entre estrellas,

con lágrimas obstruyendo el objetivo

o carcajadas de enojo escondidas.

 

Tomando el mentón o libre

decorándolo con ligeros tropiezos

juntando nariz sin besos

haciendo el amor sin tregua…

 

No me importa como beses,

delicado, esquivo, rudo, vacío;

lo que quiero, resumido,

es a tus labios tocando los míos.

 

 

APRENDIZ

 

 

Remarcando tu dedo en cada línea tan lento

leyendo con tal detenimiento que a cualquiera vuelve impaciente,

detienes la mirada en lo borroso del lienzo y continúas.

Pronuncias con la suavidad propia del discurso,

entra por mi oído la sutileza de la lectura y tu respiración,

me fijo en lo complaciente de tus labios

te vuelve loco cada palabra que descifras.

Por momentos callas, tal vez no entiendes,

miro hacia el papel y soluciono el problema.

atenta escucho los versos etéreos

me encuentro en las palabras agudas

justo acentúas con propiedad cada una de ellas,

siendo aprendiz de orador lo haces correcto.

Pasas de un ritmo a otro entre sílabas,

se cuelan tus pensamientos en la pasta del libro,

tus dedos hojean con tal rapidez,

yo no sé cómo enseñar a pronunciar dinámico.

Llegas a los agradecimientos y yo me quedé

en el clímax del discurso, perdí la secuencia

de los actos, y vi salir tu llanto,

tu tan emocionado por los monólogos,

yo apenas comenzando entendí;

las facultades que nos conciernen son diferentes,

eres tú el aprendiz y yo poseo un doctorado.

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