SYNDY VIANEY ISLAS MEDRANO (Ciudad Nezahualcóyotl, México, 1993) Psicóloga y psicopedagoga de profesión; apasionada de la vida transformada en cualquier forma de arte. No soy escritora, ni poeta, pero canalizo el abismo mental y sentimental en palabras.
EXTRAÑO
Le advierto esta noche que no pienso esperar más,
tómelo como amenaza o sugerencia
da igual, ¿y sabe por qué?
porque sus ojos ya no causan en mí
esos destellos de ilustre estupidez
que hacían verme la cosa tonta de ocasión.
Y bien le digo entonces a usted,
mi extraño favorito, que no esperaré,
que me he cansado de aguantar
sus ojos marrones, hermosos y callados,
la forma despampanante de pasarme por enfrente
hacer el desaire de morderse los labios y
que no les selle con un beso de ya.
Le hablo de usted, porque justo así
como se trata a los desconocidos
desde hoy y para siempre
es usted eso para mí… un extraño,
alguien que sucumbe mi esfera mental
y no se digna siquiera en venir
a calmar las ansias que provoca;
un “hola” compasivo; un poco de dignidad.
NO ME IMPORTA CÓMO BESES
No me importa cómo beses,
despacio, húmedo, frío;
si va una sonrisa de por medio
o lo haces con el corazón herido.
Deprisa o lentamente,
suave, cálido, con suspiro;
cierras los ojos o me miras fijo,
cubiertos de ropa o desnudos en el piso…
No me importa como beses
bajo la puesta de sol, entre estrellas,
con lágrimas obstruyendo el objetivo
o carcajadas de enojo escondidas.
Tomando el mentón o libre
decorándolo con ligeros tropiezos
juntando nariz sin besos
haciendo el amor sin tregua…
No me importa como beses,
delicado, esquivo, rudo, vacío;
lo que quiero, resumido,
es a tus labios tocando los míos.
APRENDIZ
Remarcando tu dedo en cada línea tan lento
leyendo con tal detenimiento que a cualquiera vuelve impaciente,
detienes la mirada en lo borroso del lienzo y continúas.
Pronuncias con la suavidad propia del discurso,
entra por mi oído la sutileza de la lectura y tu respiración,
me fijo en lo complaciente de tus labios
te vuelve loco cada palabra que descifras.
Por momentos callas, tal vez no entiendes,
miro hacia el papel y soluciono el problema.
atenta escucho los versos etéreos
me encuentro en las palabras agudas
justo acentúas con propiedad cada una de ellas,
siendo aprendiz de orador lo haces correcto.
Pasas de un ritmo a otro entre sílabas,
se cuelan tus pensamientos en la pasta del libro,
tus dedos hojean con tal rapidez,
yo no sé cómo enseñar a pronunciar dinámico.
Llegas a los agradecimientos y yo me quedé
en el clímax del discurso, perdí la secuencia
de los actos, y vi salir tu llanto,
tu tan emocionado por los monólogos,
yo apenas comenzando entendí;
las facultades que nos conciernen son diferentes,
eres tú el aprendiz y yo poseo un doctorado.