151. Año 9: FRANCISCO OLIVARES TAPIA | Tiempo

FRANCISCO OLIVARES TAPIA, de 52 años, es originario de Viña del Mar, Chile. Desde joven desarrolló un profundo interés por las letras, primero como lector asiduo y posteriormente como escritor, aunque al principio guardaba sus escritos para sí mismo. Estudió en el Pontificio Seminario San Rafael de Valparaíso durante tres años, y luego cursó cuatro años de Filosofía en la Universidad Católica de Valparaíso. En la actualidad, trabaja en el Centro de Reinserción Social de Quilpué, parte de Gendarmería de Chile, institución en la que ha recibido dos distinciones honrosas en concursos literarios.

 

 

TIEMPO

 

Mañana te respondo

Lo que puedo hacer hoy

No me confundas con el tiempo

Que el destino es patraña

 

Maraña de bordes confusos

Hoy te vi

Prometo que te volvería a ver

Cuando la muerte vuelva a nacer

 

Anaqueles vacíos

Envuelven tus pasos

Perfumados de hastío

Adornan tu presencia

 

Oleaje de tibias manijas

Perturbadas por el cansancio

Juegan en la orilla

Jolgorio del devenir rancio

 

El aquí y ahora

Se escribió después de tu ocaso

Persiguiendo al pasado

Añorando futuros

 

El tiempo se esfuma

Sin conocerlo

Pasa ligero

Como ladrón del sentido interno

 

Vaivén de cicatrices

Instante de un momento

Quedan en el recuerdo

Imitando a las codornices

 

Ruedo de Copérnico

Estereotipo, elíptica

Órbita conscripta

Señalan su fugacidad

 

Tiempo impostor

Eterno señor

Subyugas el vivir

En un sueño inmortal

 

 

VIVA LA GENTE

 

La cosa es desastrosa

Siempre lo mismo

Nadie apuesta un peso

Estamos en el abismo

 

Placentera es la vida

Escondiendo el arribismo

Desnutriendo el enjambre

Parsimonia y consumismo

 

Nunca iteré palabras

Ni más, seguí un silogismo

Ay, vida póstuma

Requiem del cinismo

 

En mis calles oí

El descontento, altruismo

Del pusilánime

Que se pudre de egoísmo

 

Venganza etérea

Las letras inundan patriotismo

Una bandera batiente

Simón Bolívar, terrorismo?

 

Lenguas enjugadas de virtud

Dirimen el perfeccionismo

Añorando razones

Desprovistas, derrotan el pesimismo

 

Querido Dalai Lama

Me dirige el nihilismo

Que la sabiduría brote

La maya que cante positivismo

 

El mundo es un cimiento

Resguardo de sufrimiento

Metafísica entorpecida

Por la religión, sin ningún tormento

 

Aprovecho, amapola fiel

Su atención, no sé

Imberbe y marginal

Terminar, este relato cruel

 

 

 

TRISTEZA

 

Cuando escampa la sonrisa

La verdad altiva

Aparece, maldiciendo

Debajo de la cornisa

 

Nace la neblina

Temblando, trémula

Como una hoja

Desoída, una pamplina

 

La soledad es ingrata

Cuando la tratas de dolor

Y te resfriegas en su calor

Como mísera pos data

 

No hay verso

Que pueda completar

Tan sublime realidad

De añorar lo perverso

 

No es un lujo

La ausencia penetra

El suspirar de las entrañas

Cuando el sentir se vuelve dibujo

 

Quizás, nunca disfrute

Moliendo los escarmientos

Del complemento

Vacío, mejor me quedo mute

 

Hastío, maloliente

Frenesí del fracaso

Virtud del ocaso

Linterna ciega, decadente

 

Tristeza, mi gran valor

Alivio escarchado

Me hundo en tu mundo

No me haces falta, una flor

 

2 Comments

  1. Él es un escritor con un talento innato
    Todo lo transforma en poesía, hasta las vivencias adversas suenan bellas.
    Admiro su vocación y talento con las letras.

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