175. Año 9: ANA VERA PALOMINO | Ahora mi madre

ANA VERA PALOMINO (Lima, 1981) Comunicadora, escritora, gestora cultural, fotógrafa y tallerista. Ganadora del Estímulo Económico para la Cultura del Ministerio de Cultura del Perú 2024, con el proyecto: “Pequeños lectores: escribir, editar y mediar poesía para las infancias” – Pasantía Internacional Fundación Palabra – BILIJ, Santiago de Chile; y segundo lugar en la X Bienal de Poesía Infantil – ICPNA 2023, con el poemario “Mis imágenes en el agua”. Ha publicado el poemario Ausencias (2010), el fotopoemario Memoria imagen (2015) y el libro álbum Poesía animal (2022); además de la realización de la exposición individual foto/verso instalación Solo estamos viviendo (2022). Ha participado en festivales de poesía en Perú; sus poemas han sido publicados en Argentina, Chile, España, México y EE.UU.  Es miembro de la Asociación de Correctores de texto del Perú (ASCOT) y de la Organización Internacional para el Libro Infantil y Juvenil – Cedili Ibby Perú.

 

 

 

Canto ceremonial o la comida del último día de verano

 

Empezaré por el postre

una hora antes del atardecer;

el almuerzo del mediodía

se lo llevó, en el bolsillo, otra hambre.

 

Este es el momento preciso

del alimento dulce

veneno en medida inexacta

para sobrevivir:

destello y penumbra

en el centro del universo

de los cuerpos y sus bocas.

 

La leche del niño, como siempre,

escupe hacia la vieja infancia,

que a veces extraña todo lo blanco.

 

¡Levanta este ánimo,

chocolate amargo!

y haz que el pecho vaciado por fetos

de otros úteros,

no se derrame en esta mesa.

 

Denme de beber mares del norte

del mundo

y de comer

el cuerpo crucificado al revés,

en lugar del fuego

de la antorcha

donde las historias se inventan.

 

 

Brindemos por la sangre marcada en los árboles

de dos mil años

y por quienes no tendrán venas

por donde corra su hambrienta vida

como estos ríos secos de tanta lágrima.

 

Cantemos, hermanos, cantemos,

el canto ceremonial

o la comida del último día de verano.

 

 

 

Ahora mi madre

Ahora mi madre es una ronda
de macetas
el árbol sin manzanos
que por las noches es casa de murciélagos
rejas abiertas
en muros nunca antes levantados
polvo en las mejillas
suspiros de cachorra
después de la cena
y antes del desayuno
espejo por romper
hasta el último rostro
familiar
ahora mi madre es también
un hogar por primera vez parido
sangre que conecta
las telarañas de las casas

con patio y juguetes de niños

ahora mi madre es la flor

de nombre científico

en la tierra húmeda
de las azoteas sin cabildo
memoria afectiva que se olvida de sí

y tan sola repite tres nombres comunes

de sus hijas de primavera
bajo este sol herrumbe
y prometido.

 

 

Un poema de domingo

 

Esta mañana de domingo

el primero de diciembre

leo poesía

sostenida sobre el lado derecho

de mi cuerpo

estirado como el perfil largo e invisible

de una duna

leo poesía

a la Mistral que tala la memoria

muerta de su madre

y le canta poemas a los niños

del mundo

y leo a los nuevos

muchachos que escribían poesía

en el Perú de los 60

doy vueltas en la cama raída

y avanzo como el reloj solar

cuando el tiempo del dolor lo permite

recostada ahora del lado izquierdo

del otro cuerpo

leo el último reglón del poema

El sol brilla incluso en una hoja

o en la inocencia de la sábana

que ya no es blanca

en posición fetal

sin nada por nacer

siento el precipicio

que existe siempre

entre mis pies y la Tierra

y leo poesía.

 

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