YOLENA OREA-SÁNCHEZ nació en Cumaná, Venezuela, en 1981. Comenzó con la música cuando tenía cinco años. Estudió violoncello en Venezuela y Suiza. Vive en Europa desde hace veintidós años. Actualmente reside en Strasbourg, Francia. Trabaja en la Orquesta Sinfónica de Basilea, Suiza, desde hace dieciséis años. Su carrera la ha llevado a presentarse en los escenarios más importantes de Latinoamérica, Asia y Europa. Desde hace más de cinco años ha realizado cursos en diversas escuelas de España especializadas en la escritura creativa, específicamente en poesía contemporánea.
PASAJERO
Caminar el rostro
No hay nariz
pómulo flamas
ni surcos para beber
carnes inéditas
Solo se oye la distancia
la lentitud
del horizonte líquido
su intemperie
Y alguien que barre otoños
los apila
para forjar la vértebra
entre el útero inhabitado
y una piel que se evapora
CONTRATO
Sentado al pie del cumala,
veo en aquel día, el de la muerte
periferia de hoy
las letras del contrato
Tachaduras y musgo
sostienen un altar en cada cláusula
valor mercantil de azules
despojos de fe y amor sobre ortografía
Veo cómo resume la inmensidad:
lesión curada por un tablero de ajedrez
interrogantes que levitan cual mármol
Veo con qué se esculpe la jaula:
arte de firmar con polímeros
y subastar la geología del vientre
Aquí, al pie de lo no tratado
de lo que al rozar me desfigura
el musgo
el precipicio entre dos frases
se reproduce por los contornos de las venas
siempre a punto de escribir
siempre asexual
BENEDICTA TU IN MULIERIBUS
Ángelus escupe la arenilla de sus palabras.
Desfloración.
Termina de cruzar el fango, enjunta de misticismo y salitre. Como animal común, brama disertaciones.
Retoños.
Hierve en los senos su piel líquida. Fluyen juramentos con cola de alacrán.
Penitencia.
De tanto escupir, se disemina toda entera en su reflejo. Lírica punzando el sonrojo del horizonte. Espiral de sí.
Averno.
Sepulta sus difuntos antes de ser ella oquedad. Da a luz caricias.
Fe.
Duerme esperando ser borrada por el frío, bajo las puertas de bronce, de la civilización.
Ahora queda un pubis magistralmente pintado.
Virgen.
Me gustaría saber si es posible publicar poemas en su revista, y cuáles son los requisitos