54. Año 9: Viola Ozores | El tren

VIOLA OZORES, nacida en Sevilla, España, en 1992, cursó el Grado en Filología Hispánica y el Doble Máster en Estudios Hispánicos Superiores junto con el de Educación Secundaria en la Universidad de Sevilla. Ha desempeñado funciones como profesora de español en la Universidad Metropolitana de Manchester (2017) y en los Institutos François Rabelais y Jacques de Flesselles en Lyon (2018), entre otros. Actualmente, ejerce como profesora de lengua y literatura en el IES Al-Lawra de Lora del Río. Su incursión en el ámbito literario comenzó con la investigación sobre la figura de Valle-Inclán y su conexión con la corriente artística prerrafaelita, para luego enfocarse en sus propias creaciones, las cuales comparte y difunde en sus redes sociales. En el último año, ha participado en concursos de poetry slam organizados por Poetry Slam Hispalis, Letras & Poesía y Escaparate de Poesía; además, ha publicado poemas en el marco del proyecto Antología Poética Solidaria “Siemprevivas” (Amazon, 2023) y en el número VI de la revista literaria Codex Sulpurista (2024).

 

 

 

 

EL TREN

 

 

Me voy

 

poco a poco.

Las vías friccionan.

Otro lugar me espera.

 

Me voy con el viento de cara,

no miro atrás.

Se zanjó el antes

con un oportuno timbre.

Me voy, mientras

corren estáticos los árboles que

despiertan

a los eléctricos campos,

volando hacia ti.

 

Se mueve el tiempo

con cinturones de minutos

que no me dejan seguir

pasan las horas

y mi cabeza sigue

en este tren sin paradas.

 

¿Qué más puedo hacer,

atrapando en mi cabeza

una estrella tras otra?

 

Leo carteles que no anuncian,

porque los pasillos

me conducen a un asiento

vacío y verde.

Papeles van clavando

la quietud

para que mi lápiz se entretenga.

 

Bailes de mina.

 

Me siento.

 

Vivo en un vagón

lleno de envoltorios.

Me visto con ellos

para ser el regalo de alguien,

para ser rescatada.

Las líneas constantes.

 

Quiero curvas, descarrilar,

dar volteretas,

girar sobre el eje de una experiencia.

Quiero ser otra vez riesgo.

Quiero ser riesgo.

Quiero ser otra vez.

Quiero ser.

Quiero riesgo.

Quiero ser riesgo otra vez.

 

¡Quiero!

 

A

riesgo

De

Ser

Sin

Ser

Otra

Vez.

 

 

 

TRANSPARENCIAS

 

 

Transparencias, somos transparencias

de una silueta anterior,

de un reflejo que, a tientas,

busca un vacío.

 

No se agarra,

no se adhiere el agua.

¿Cómo puede llorar tanto un grifo

barato de aluminio,

aguantando la presión?

 

Y tras el líquido que nos reviste

aparecen efectos, contornos;

despiertan leves matices

de escamas lisérgicas,

de colores que nos distinguen.

 

Siempre sugiriendo,

a ratos suscitando,

buscando un acero

a dos mil revoluciones.

Los reflejos se mueven

(son pegajosos tarros crujientes).

 

¿Y si gritamos? Nos rompemos.

Que todos sean un lago.

¿Y si paramos? Desembocamos.

Que todos sean un lago.

¿Y si reímos? Lloramos.

Y si lloramos, nos vaciamos.

Todos somos un gran lago,

un matiz bien troceado,

una bonita transparencia.

 

 

ERES UN DESLIZ

 

Eres un desliz

resbalando a parches

por paredes

siempre adrede.

Te mueves y no vuelves.

 

Eres un desliz con A

siempre alerta,

siempre en la curva de una recta,

en la mampara

de una ducha

jabonosa

semiabierta;

esperando,

acechando.

 

En el silencio

escribes mensajes

empañados

en los huecos

mojados de mi mente.

 

Eres un desliz

ansioso,

un cartel gigante

pegajoso,

una boca

llena de dientes,

que me saca de mí

me muerde;

y encima le doy ardores.

 

Eres una alarma

puesta por inercia

cualquier día.

 

Esquivo cabezas

para perderte

y parar de pensarte.

Me escondo de ti

y al rato te imagino

en las caras de otros

apostando mi caída,

sonriendo sin labios

dispuesta otra vez

a sacarme de mí.

 

Entonces, camino

con música en la cabeza,

contemplo escenas y demás.

Dejo de estirar ese rollo de papel de bar,

intento esquivar charcos,

no tocar los pomos,

 

no hacer ruido.

 

Y me viene:

“Si ya no se tiene interés, uno se muere y se va”;

ese es el momento

cuando ya no hay más que aprender.

La luz se apaga y ya está.

Hay que vivir en la incomodidad,

en lo real.

La pausa es un mar suave y caliente

que te hace efervescer.

Te acuestas en él

a pensar cómo empezó.

Te vas diluyen

do,

sabes a sal.

Te atrapa estar entre dos mundos,

no te gusta respirar.

Todo se va yendo,

solo se va yendo.

Todo se va yendo,

no se estira más

Todo se va yendo

porque vas cediendo.

Todo se va yendo

porque ya no estás.

 

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