56. Año 10: TERESA RODRÍGUEZ MONTAÑÉS | La hilandera

TERESA RODRÍGUEZ MONTAÑÉS nació en León (España) y actualmente reside en Mallorca, aunque ha vivido también en Madrid, en Múnich y en Nueva York. Es Catedrática de Derecho penal y experta en derechos humanos, con una amplia carrera internacional. Ha sido profesora visitante en las Universidades de Columbia y CUNY en Nueva York; en la Universidad de Cambridge (UK); en la de Múnich (Alemania) y la de  San Petersburgo (Rusia) y ha colaborado como docente en Universidades de muchos países de Latinoamérica (Nicaragua, Argentina, Cuba, Costa Rica, Ecuador, entre otros). También trabajó como Letrada del Tribunal Constitucional español. Ha publicado cuatro ensayos y numerosos artículos sobre temas como la violencia de género, la libertad de expresión o la trata de seres humanos y la esclavitud contemporánea. Pero, al margen de todo eso, Teresa es sobre todo una artista. Escribe poemas y cuentos desde que era una niña. Baila y toca el violonchelo. Ha publicado en dos antologías de relatos de la editorial DE-LIRIOS (¿Qué se ama cuando se ama?, 2023 y Casa, 2024). Otro de sus relatos fue publicado en El Asombrario, suplemento cultural del Diario Público, el 12 de agosto de 2023. Es autora de la novela Suite para mujer sola. Actualmente trabaja en un poemario.

 

 

LA HILANDERA

 

Trenza tu tristeza, niña,

trenza tu tristeza

 

Trénzala en la lujuria de los diecisiete

En los murmullos y las risas,

la mano en tu pubis en la penumbra del portal

En el ansia

el arrobo

la arrogancia de la piel

 

Trénzala en el combate que llegará después

Absurdas acrobacias

Sexo sin preámbulos,

El placer en la lista de cosas por hacer

lavadoras

dentista

llegar a fin de mes

 

Trénzala en el amante que te empuja al abismo

Tras evocar aquel afán de juventud,

sólo palabras huecas y decepción carnal

 

 

Y cuando besen tu cicatriz ardiente

el lugar donde se erguía un pezón

demórate en el goce

lubrica tu tristeza

y grita

grita

grita

 

 

Grita sin pudor

 

 

 

II.

Nuestra patria es el paisaje que tenemos en la infancia

Rilke, Cartas a un joven poeta

 

 

Infancia es septiembre y 1973

Botas militares

Al otro lado

un océano

 

Un coche despeñado

en el barranco

 

el abuelo me abraza

olor a pan y a miedo

 

Dejé atrás azoteas

con fusiles

y el llanto de mi madre

Vendrán

A llevarse a papá

 

Silencio

Miradas azules

Nieva sangre en las aceras

 

Y después,

 

serpentean anudadas las palabras no dichas

preludian la tiniebla que vendrá

En la garganta,

el olvido

 

 

INTEMPERIE

 

Dentro de mi cuerpo,

las mareas

la tempestad

los ciclos de la luna

La tierra me arrastra

 

Sangro por las heridas de los otros

la del feto golpeado por quien se dirá padre

la de la niña prostituida bajo promesa de amor

la del machete sangrante

 

Sangro y me desangro

Y grito sin voz

Y nadie escucha

Y el dolor no descansa

 

Habito la tristeza y el dolor

Ese lento ver pasar los días

Y esta insoportable soledad

 

Se está haciendo cada vez más tarde

 

Me despido de todo lo amado

 

Algo ha muerto

 

 

 

Everybody breaks

 

 

Y así,

Quebrada,

Mostrarse al mundo

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