55. Año 10: JORGE LÓPEZ LLORENTE | Olvídate, cuerpo

JORGE LÓPEZ LLORENTE (Madrid, 1998) es graduado en Lengua y Literatura Inglesa por la Universidad de Oxford. Su primer libro es el poemario Los ojos desdibujados (Cuadranta, 2021), finalista del VI Premio Valparaíso. Sus poemas, relatos y artículos en español y en inglés se pueden escuchar o leer en Radio Nacional de España (RNE) y en revistas de España, América Latina, EE.UU. y Reino Unido, como El Coloquio de los Perros, Mordedor, Granos de Polen, Altavoz Cultural, Under the Radar y Vagabond City.

 

 

PLAYBACK

 

Tamborilear con los dedos en la mesa
a destiempo.
Mover los labios como diciendo algo.
Con una voz de fondo, de relleno.
Labios ciegos que no saben leer
el braille de un beso seco,
que se ha vuelto solo letras,
autotune y cuerpos bronceados, difuminados en pleno baile,
haciendo como que se rozan
al sol, sin gestos, solo sonrisas fijas, frías,
en el vídeo musical que ve en su pantalla.

Voces tras sus cascos;
tras la pared, voces
ajenas:

la duda de si alguien escucha
detrás de la pared. La angustia de que
a nadie le interesara escuchar.

Eso juegan otros a adivinar desde el otro lado de la pared,
(re)imaginando
aquella persona/su ansiedad/su vida/su música.

 

 

OLVÍDATE, CUERPO

 

Suena como «recuerda», «recuerda», «rec…»
el picoteo desde dentro contra
el pecho, tic tac, cual corazón
lleno de mariposas, y abre un hueco
que vomita toda tu zarza de cuervos
en ese vicioso eco
de pintalabios medio borrado o sangre seca, tic tac, explosivo,
hasta precipitarse al vacío,
soltando su plumaje de obsidiana, pegajoso.
Así tu cuerpo abandonado es manchas oscuras casi
como cebras galopando, en borrosos
zigzag de medio-besos, o leopardos
repentinos al salto, medio-suspiros moteados.

Se te derrama la jungla de todo lo amor-
atado (los paréntesis deseados y medio olvidados).

Olvídate, cuerpo, de todo lo que te (re)sentiste,
de ese panal de fábulas babeadas, de labios parasitarios,
de ese avispero de poemas de (des)amor
como este, sin fin(alidad) en tus manos,
cuando el deseo que salió de ti
brincó, se sacudió y se lanzó,
salvaje, con fuerza fuera de ti por la boca, por cada poro,
desbocado, directo
a ninguna parte,
dejándote cual cáscara,
una pupa abierta, un rasguño de negro (y) amar(illo) (des)alado,
deseo de mariposa tigre, solo en nombre,
el laberinto de un rugido perdido,
como mosca a la miel,
invitado por una llama(ra)da de luz a desfogarse, (des)ahogarse
en esa sed, dejado de(so)lado (res)quemado
sin más (fu)ego ni color,
todo (tr)a(ns)parente,
pero todo des(h)echo, pero aún (per)siguiéndola,
en pos de esa otra piel
de un hasta ahora
(en esa voz que huye al acecho, que no muerde aunque ladre)
que no llega
(…)

 

 

CÓMO DECLARARTE (INCAPAZ DE DECIR LO QUE DEBERÍAS DECIR)

 

  1. Sujetar esas palabras delicadamente entre los dedos, duras y viscosas por dentro, pero migosas por fuera, a punto de deshacerse.
  2. Metérselas en la boca, mordiendo de golpe.
  3. Pero no tragar todavía, darles unas vueltas, salivar, saborear…
  4. Ahora sí, meterlas del todo, hasta el fondo, hasta que (casi) haya una arcada.
  5. Escupir.
  6. Con descuido calculado, como un suspiro más bien. Sin babas.
  7. Pero no lo haga con sus labios secos y cortados, no, ni con los de cualquiera o los suyos de antes, sino con los labios afilados y extraños de un actor extranjero subtitulado, que podría decir lo que fuera y que pareciera una risa de humo, irresistible, floreciendo de tu saliva como hiedra ácida, parasitándote, volviéndose tu propia pregunta y respuesta.
  8. Pero solo la pregunta en voz alta, no adelantarse.
  9. Que no se note nada de esto, como si no hubiera ninguna lista, al decirlo como si hubiera salido de dentro. (De dentro sin arcadas).
  10. Decirlo de una vez. Sí, ya. Dilo, ya sabes, no importa el qué y el cómo y el cuándo. Ya.
  11. Arrepentirse. Actuar como si diera igual y arrepentirse de eso también.
  12. A repetir.

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