EDGAR EMMANUEL GUTIÉRREZ BETANCOURT, nace el 10 de enero de 1992 en Nicoya, Guanacaste, Costa Rica. Se traslada de su pueblo natal a la capital de San José, para realizar estudios universitarios. Se gradúa en 2021 como Bachiller en Diseño Plástico con énfasis en Diseño Pictórico. Actualmente, está finalizando sus estudios de licenciatura en Diseño Plástico con énfasis en Diseño Pictórico, y también realiza estudios de licenciatura en Docencia.
DESPEDIR FERVIENTE AL TRAZADOR QUE LE DIO FORMA
Ahora sucumbe en terremotos la tierra que sonaja el enfado, o nuestras faltas de fuerza, morir entre sus escombros.
¿De qué se agita a quitarse infortuna en su movimiento, si su ayuda nos plago la carne?
En que diste a este cansancio un descanso de salir del cráneo, irse por un momento sin contradicciones a otra sociedad acorde.
Ya deja de cargar la cabeza el flácido cuello, querer fusionarse en los pulmones, aliento de solo oxígeno en la sangre.
Salud al día menos y al que persevera, olvido de vejez; la noche prosigue a ocultar los cuerpos, altos de piedad en los años.
Los sacrificios merecen la vida eterna, que dicen suena a permanente partida de la tierra.
Fructificá a la sal, hacer gotas en sus aún verdes, madurarse a precipito, el momento alojado del tiempo en la riqueza de darse como aporte.
Hacer fresco amanecer aún frío en las primeras del sol, corazón rebotes de su piedra y protección, despedir ferviente al trazador que le dio forma.
Invocación a las llamas a apresurar su congregación, otoños a sus súplicas, el alimento de la quema de tantísimas hojas.
MERMA ANIMAL EN EL HABLA
Perdones sucesivos a lo largo de la historia, cada último humano que llegará resguardo de todos, su batalla solo con su vida.
Desgastará la línea del tiempo el final en su punto, mi merma animal en el habla, por el cultivo extraño de las emociones humanas.
Los brazos a los otros brazos que, entre el espacio de toda exterioridad desde lo pequeño hacia lo grande, pueblos son en el bosque de sencilla entrega, el aroma de esta vida y por una vez.
Completa poseernos dueños de nosotros mismos, la observancia en el espejo o la devolución de la luz; vista de otredad, ese allá para percibir el aquí de esto que nos gobierna, armadura y figura.
Ocupo conocerme en el entramado de vidrios relucientes, rebotar en mí mismo, esta compañía de mis iguales en infinitos reflejos, una habitación para ser de compañía, el propagado yo.
Retornar a nosotros mismos esta confirmación de existencia en reflejos, adherir a tu marcha emitir las sensaciones a partir de la experiencia como liviandad en el aire.
En el deberé arrojar a este idioma con la muerte.
El sonido de las rocas lejanas, que por lejanas son pequeñas gotas de lluvia, pues da lo mismo la realidad si a los sentidos hace la misma dicha; mi paso cauto, aún por llegar, les confiere otro ser.
Para decir que, en tu calor y belleza aún no existe la totalidad de la muerte, caminos siguen ocultando más deseo de extensión.
Papalote en los aires o en el estado del sueño, a la voluntad de tus brazos alma de infante, aún grabados en el despertar de los ojos.
Fervientes entre mismas enseñanzas, la lengua que sobrevive a pesar de sola en un solo espacio.
Configuraron las almas y los cuerpos conjurar semejanza de conceptos, sonido y forma que nos habita.
Desgastarán sus mismos encuentros, llegar a la figuración que se forma con las manos, y el demás cuerpo, cuando diferentes buscan comprenderse, orden de posesa danza y música en las señas.
MAGISTERIOS DE HONRADOS
A todo dios el natural somnífero de riegos enlazados, cuan humanas sus narraciones, cuan animales y espaciales sus esencias.
Límite de limites se esconde, triste tierra, el mayor de sus depredadores, la mayor de sus estimas.
Los ningunos primogénitos han invertido el espacio en las llegadas del tiempo, ser un reinicio en el menor de todos.
Las sociedades logran alcanzar en la extensión de otro planeta los desarrollos humanos, el de una excelente cultura que traspasa a emigrar allá.
En cautiva el rostro de las poblaciones de un mismo rumbo, la misma marcha.
El camaleón en sus prendas, que el clima asemejó a varios los niveles de sol en la piel.
La acrobacia del movimiento a subsistir, en la intrépida del animal forastero del humano.
Esperar inspiración del mundo, cuando honda su peso sentir fervor a desprender, la necesidad del cuerpo de realizar la criatura de su entendimiento.
Acontecer vago, el encuentro con el ubicar en las pulpas que segregan la sangre, el deseo del cuerpo al de su espacio.
Me adiciona solo, la templanza del convivio en propiedad del alma, realizar corporalidad súbita de sí, nuestros años de sobrevivir, el trabajo junto al placer de realizarlo, un constante rezo.
Límites de la mirada recorrerán campos de memorias, baúl de llena demasía.
Magisterios de honrados, sus historias completar y dar años de trayecto a los recién llegados; nada inicia verdaderamente a nuestro arribo, mundo que espera.
Molduras de otros, ¿qué tan pronto suscita el deslavado del pasado, nacer para vanguardia?