91. Año 9: Nueva Época | BILEYSI REYES | Selva de palabras cortadas

BILEYSI REYES (San Pedro de Macorís, 1993). Licenciada en Letras por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Pertenece al Taller Literario Narradores de Santo Domingo y al Taller Literario César Vallejo. Ha sido ganadora del accésit en el concurso de cuentos Juan Bosch TLNSD, 2018 y Primer Lugar en Cuento de la Feria Regional del Libro y la Cultura Monte Plata 2019. Ha publicado el poemario Selva de palabras cortadas (2023) y textos suyos aparecen en revistas como Scriptura, Awttar, Letras Salvajes y las antologías Voces del Este, Ellas narran, Quinta dosis, entre otras. En 2023 fue invitada al Festival Soria Expoesía (España) y es coordinadora del Festival Internacional Semana de la Poesía de Santo Domingo. En 2024 ganó la Residencia Literaria 1863, en la Ciudad A Coruña España, auspiciado por el CCE. Ha trabajado en la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo como editora del programa general y como subcoordinadora del Pabellón de Poesía de la FIL2023. En el ámbito de la edición es correctora de textos y ha trabajado con editoriales tanto dominicanas como extranjeras.

 

 

 

 

Toda forma, todo vértigo sucumbe ante el poema: la mano que tiembla se encoge

 

 

Me siento sobre mi mano. El pecho arde a la gravedad. Corro en mi cordura: palpito. No, voy a escribir la historia de la carne: la carne palpita siempre empleando palabras simultáneas. Repercute sobre un torbellino de palabras: estas me recorren. No puedo perpetuarme. Me pierdo en la torre.

Mi cabeza me hace esos jirones, las peripecias, la introvertilidad. El pensamiento de la carne lame mi pecho. No siento la tentación del polen sobre mi torso desnudo.

El parentesco de la telaraña canta rodeada en la agitación [mi órgano reproductor se come sobre sí mismo].

Te habían dicho que la carne se pudre en los vergeles y sobre la marisma se abre: como se abre la palabra, se abre también el cerebro y deja palpitar la llama de la vida.

Necesito el tiempo para estar en el tiempo, para somatizar sobre mis riegos. Me he perdido fuerte en un mar de versos que no quieren ser.

¿Cuáles son tus dudas?, te pregunté y recibiste el perfume de la nota.

La noche tiene garras y estalla frente a mí, corroída por un rayo, partida a la mitad. La serpiente se inmiscuye con cerrajerías lejanas camuflándose en el agua, cayendo sobre sirenas tendidas en la tierra fría, en la sangre, en un hilo de cientos de estrellas rostizadas en un firmamento rojo.

Bolas de nieve penetran el reflejo del puño sobre la boca, sobre la marisma resentida, sobre el vómito del agua. La calefacción se hace eco entre las dunas. La tempestuosidad toma forma, se adhiere al cenáculo, a la estirpe endemoniada que se cuela en la garganta. Los dedos se mueren formando círculos de pez.

Estoy tentada al tiempo, pero no sé si vivo.

 

 

La sangre coagula sobre las sienes

 

 

La carne es un lienzo que resalta

tiembla y ensordece:

partículas de sodio se mezclan en el éter:

A N F E T A M I N A S

A n d e r s

la a d e r s a

constricción de un pino

retraído el semen de la muerte

se dispersa

como estela de humo

hacia un techo gris

aciago.

Constelaciones de sonidos

enmudecen a la sombra:

el

c u e r v o

vuela en tus ligaduras.

 

 

Su nombre es una costa consumida en su epicentro

 

Ya no hay llanuras blancas ni veneros.

Entonces pronuncio su nombre.

Comulgo con su nombre.

Clyo Mendoza “Nombres de la sombra”

 

Y era la carne

y era la cal

[que sobre mi espíritu sangraban:

me he vuelto lava sobre escarcha

me he vuelto línea sobre lápiz

me han acosado las sonámbulas cerrajeras

y desde entonces

su nombre se ha convertido en liendre sobre mi pecho.

Repito su nombre…

ahora me acosan campanas como voces antiguas:

–Su nombre es una jarana de huesos huecos

huesos roídos en el asfalto.

Repito su nombre

…apoyada sobre el dorso de la muerte

un gusano de polvo se meció entre mis piernas,

sacó sus cabezas y dijo:

–No es ahí donde acaba

–No es ahí donde empieza

Desde entonces

comulgo entrañas de mujeres negras

ennegrecidas por su locura

retribuidas en el espanto.

En esa roca donde la muerte irrumpe

trizando los cristales

repito su nombre

pero no me escucha.

 

(Los tres poemas publicados en Selva de palabras cortadas, 2023)
 

 

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