REINA MARÍA RODRÍGUEZ – COLECCIÓN DIGITAL DE POESÍA ALFABETO DEL MUNDO Elí Urbinamayo 20, 2021mayo 20, 2021Poesía panhispánica, Revista Navegación de entradas PreviousNext ¡Alfabeto del Mundo regala a los lectores y amantes de la poesía 6 nuevos y estupendos materiales de lectura! La colección digital de poesía Alfabeto del Mundo llega a 22 libros digitales para descarga sin costo; aquí están 22 voces de América Latina, El Caribe y España, y pueden descargarse sin costo y de modo sencillo de dos hermosas páginas web. http://lacastalia.com.ve/ https://edicionesdelalineaimaginaria.com/ La Castalia y Ediciones de la Línea Imaginaria, sellos editoriales de importante trayectoria, de Mérida, Venezuela y Quito, Ecuador, ambas ciudades andinas, cuyos editores son los poetas Aleyda Quevedo Rojas y Edwin Madrid de Ecuador y José Gregorio Vásquez de Venezuela, pusieron a circular en el mundo de la virtualidad, una potente y atractiva colección de libros de poesía, que lleva por nombre, Alfabeto del Mundo en homenaje al poeta venezolano Eugenio Montejo. El único objetivo es incentivar y fomentar la lectura y el consumo de grades dosis de poesía de calidad en ediciones sobrias que combinan el arte de la fotografía con los más poderosos versos del mundo actual que se debate entre la pandemia y el aceleramiento del calentamiento global, la desigualdad y el crecimiento del desempleo. Los editores de este esfuerzo editorial creen fuertemente que la poesía es la cura, que la poesía es resistencia y que leer poesía es un ejercicio espiritual que nos mantiene alertas y en constante reflexión. La colección se viste de alegría con los libros inéditos de la cubana Reina María Rodríguez, titulado: Que ellas – no existen; Modelo Centinela del traductor y poeta mexicano Hernán Bravo Varela; el libro de culto del español Luis García Montero “Habitaciones separadas”; “Sacrificiales del poeta colombiano Rómulo Bustos, “La condición urbana del maestro venezolano Juan Calzadilla y el poemario de la poeta y traductora mexicana Daniela Camacho bajo el título: Médula y Materia. Los fotógrafos invitados son el ecuatoriano radicado en Estados Unidos, Fernando Espinosa, la fotógrafa venezolana Meline Uzcátegui, la maestra de la fotografía mexicana, Yolanda Andrade y el artista visual ecuatoriano Álvaro Ávila Simpson. *** REINA MARÍA RODRÍGUEZ es junto a Fina García Marruz, la poeta viva más importante de la Isla grande del Caribe. Nació en La Habana, el 4 de julio de 1952. Ganadora en dos ocasiones del Casa de las Américas de Cuba, de los premios Ítalo Calvino de novela en 2004, Nacional de Literatura de Cuba en 2013 y del Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda en 2014, entre otros reconocimientos, que la convierten en una destacadísima voz de Hispanoamérica, traducida a cinco idiomas. Licenciada en Literatura Hispanoamericana en la Universidad de La Habana, Rodríguez trabajó como redactora de programas radiales, dirigió la sección de Literatura de la Asociación Hermanos Saíz y fue editora de la revista Azoteas. Desde entonces también ha impartido charlas y lecturas en distintas universidades de América y Europa. En los últimos años ha pasado largas temporadas entre Miami, La Habana y Nueva York. Pero su casa sigue siendo en La Habana. A Reina María Rodríguez nunca le importaron los géneros literarios. Llegó a la poesía porque sentía impotencia por su cuerpo. Estudió baile muchos años, pero su columna estaba desviada y necesitaba reposo; entonces los libros fueron suplantando la danza y la llevaron a una forma pasiva de encontrar intensidad. En los años 90’ ocupó la azotea de su departamento, ubicado en centro Habana, como un lugar de encuentro cultural donde todos los jueves escritores y artistas se reunían en jornadas literarias, donde, además, de buenos versos se compartía mucho té, se intercambiaban libros y se vivía la poesía. Su obra se caracteriza por una asombrosa profundidad, arriesgada, intensa, dinámica y sobre todo confesional, es un reflejo de su vida, de las dificultades y de la memoria. Leonardo Padura, presidente del jurado del Premio Nacional de Literatura de 2013, señaló que la obra de Reina María: “ha llenado un espacio imprescindible en el panorama de la poesía cubana contemporánea, con alta calidad estética, ética y conceptual”. Es autora de títulos como: Para un cordero blanco, poemario que le valió el Premio Casa de las Américas en 1984, En la arena de Padua (Premio de la revista Plural, México, 1991 y Premio Nacional de la Crítica, 1992), La foto del invernadero (Premio Casa de las Américas, 1998). Ocupando su obra narrativa, podemos destacar: Te daré de comer como a los pájaros (Premio de la crítica, 2001), Tres maneras de tocar un elefante (Premio Ítalo Calvino, 2004) y Variedades de Galeano (Letras Cubanas, 2008). La autora fue merecedora de la Orden de las Artes y las Letras de Francia con grado de Caballero en 1999 y de la Medalla Alejo Carpentier en 2002. Otros libros que Reina ha escrito son: La gente de mi barrio (Premio 13 de marzo, 1976); Una casa en Ánimas (1976); Cuando una mujer no duerme (Premio Julián de Casal de la UNEAC, 1980); Páramos (Premio Julián del Casal, 1993, Premio de la Crítica, 1995); Travelling (1995); Ellas escriben cartas de amor (2002); Otras cartas a Milena (2003); Violet Island y otros poemas (antología personal); El libro de las clientas (2005); Bosque negro (2005, 2008); Otras mitologías (2012); Bosque Negro (2014, Antología Poética); El piano (2016, Leiden: Bokeh). Rutina Limpio en la mañana a mi madre y el agua corre por sus venas formando ríos bajo las sábanas que el orín destiñó. Entre los dedos cortados por coser traspasando las aguas de las flores sentidos (flechazos) y animales desdibujados que los niños luego ven en la televisión: cocodrilos sapos liebres que saltan del conjunto abigarrado que forman. ¿Cómo hacer de la tela algo real? Los animales del documental y de la tela se encuentran donde lo real se injerta a lo irreal: la boca del cocodrilo pretende tragarme entre el río amoratado de sus venas que pueden aún fingir ser la bella mujer de una película, besando a mi padre en la escena (de gran actor) que ha dejado su oficio -y la vida- en la pantalla: esa sábana que ahora restriego y restriego con tantos animales que la cubren sin protegerla ya. Pero no se van ni se despegan del televisor. De cera “…las figuras de cera son monstruos sin alma.” Vuelas con la vieja Mary Poppins y te agachas igualita a ella, igualitica a la Marilyn. Vas conversando con Lennon –de momento pareces Yoko Ono pero bella–. Siento (y padezco) tu alegría mientras una sandalia asoma en el cuadrado de la foto: es del hombre que amé que hoy se encuentra contigo, visitan el Empire State y se convierten en sombras de un pasado de cera. Engaño En esta sala habitan rostros de mujeres tras el vidrio: una pesadilla que las vean así, intentando descubrir a alguien. Un alcatraz despliega sus alas bajo cualquier reflejo para verse mejor frente al pájaro que al picotear mi sien: ¡como ese de Valery, de Lowry! no deja de ser aquel (de la escritura) que, vuelta mi cabeza desde la sinrazón en un último acopio de fuerzas empaña el vidrio para distinguirme del resto sin pedir a cambio, nada. Facebook Twitter