SOFÍA LEIBOVICH – A SALINGER Elí Urbinamayo 24, 2020mayo 24, 2020Poesía panhispánica, Revista Navegación de entradas PreviousNext Santa Rabia presenta tres poemas + una versión en inglés de la poeta argentina Sofía Leibovich (Buenos Aires, 1999) quien además escribe narrativa, ensayo, crítica, y de vez en cuando realiza traducciones. Estudia la Licenciatura en Artes de la Escritura en la Universidad Nacional de las Artes. Actualmente escribe para Farsa Mag y Buenos Aires Connect. En el 2019 fue parte del blog Sala Tomada, proyecto del Laboratorio de Jóvenes Periodistas del Teatro Cervantes (TNA-TC). Fue seleccionada en la Bienal de Arte Joven 2019 en Poesía, participando en la antología Les Poetas, publicada por Gog y Magog. Ahora se encuentra trabajando en su primer libro de poemas. (1) Vi una bombacha en el medio de la nieve Una nena se mira en el espejo y se reconoce. Una nena se mira en el espejo y se reconoce carne. Vi una muñeca de hielo en una habitación. Vi una muñeca de hielo que se derretía. La nena se convierte en mujer. Usa corpiño y el cuello se estira. La mujer evita los espejos. Sabe que tiene cuerpo porque tiene tacto. Vi una bombacha con sangre seca. La sangre era de color uva. Vi una bombacha en el medio de la nieve. La mujer encuentra su reflejo en el revés de una cuchara. Se le cae chocolate de la boca. Vi un cuerpo acurrucado en el medio de la nieve. La cuchara le devuelve una cara que no es más que una cara. No se mira en el espejo desde los ocho años. La nena toca su sangre como algo ajeno. Sabe que sangra porque conoce el gusto del metal. Se le manchan los dedos. Vi el tiempo en la respiración de algo que muere. Vi el tiempo en una bombacha congelada. Era blanca, color hueso. Vi pétalos a punto de quebrarse. La nena frente al espejo intuye que los espejos mienten. Se envuelve la cabeza con un velo. Le dice a la gente que nació deforme. Se lo saca veinte años después, para comer un postre de chocolate. Vi una muerte exquisita. Vi una cara que no era más que carne. La mujer descubre que el cuerpo no es solo tacto. La mujer descubre la fealdad, por segunda vez. Se pasa la mano por la boca y se limpia el chocolate y descubre su boca marrón en el reflejo. Vi pestañas del largo de un plumero. Vi labios fosforescentes. Vi pieles con poros y granos y hoyuelos. Vi caras. Vi caras terribles, hermosas, indiferentes. La mujer se aferra al velo con las uñas como a un salvavidas. Por unos segundos, duda. Vi un cuerpo congelado. La nena se pregunta cómo hace la gente para convivir con su propio rostro. Vi el jazmín, olí la sangre. Vi la sangre, olí el jazmín. La nena siente que el frío la derrite. Se saca la bombacha color uva y la deja en el camino. Sabe que tiene sexo porque tiene tacto. La mujer contempla su boca amarronada y sus orejas y su frente. Deja caer la cuchara. Vi una bombacha arrugada en el hielo. Se parecía a un jazmín salpicado de sangre. La sangre era del color de un atardecer imposible, del color del higo. La mujer descubre que tiene una boca como una cereza. Que la piel del cuello es blanda. Que sus ojos se parecen a los demás. Que titilan como luciérnagas. Vi a una mujer llorar porque tenía un rostro. Vi a una nena que congeló su infancia. De a poco. La bombacha se contrae. Un jazmín teñido de violeta. En el medio de la nieve. (2) Parir Es peligroso parir un mundo así recubierto de mucosa y saliva todo envuelto meticuloso para que la cobertura se resquebraje; puede ser el dedo de un adulto el que perfore ese mundo que pariste por horas y horas siglos y siglos. Quizás ese dedo sea uno de los tuyos uno de los tantos dedos que también recubriste en el líquido viscoso que llevaste adentro y ellos te llevaron; hay que preverlo todo antes, antes de embeber las ideas y los órganos en el fluido antes de moldear las uñas y llamar a tus hijos y a los que no son tus hijos por sus nombres. Pariste mundos aunque no hayas parido como se cree que se debe parir, quizás nunca los expulsaste afuera a veces se asientan y te devoran desde adentro puede ser que todavía estés gestando seres de carne o concibiendo microcosmos inseparables de tus propios huesos, quizás los succionás arrugando y contrayendo los músculos porque cómo vas a parir así cómo vas a arrojar sin arrojarte. (3) A Salinger yo también fui Holden / también me enamoré de Holden / quise saber a dónde van los patos / cuando el lago se congela / busqué un gorro de caza rojo / lo usé al revés / intenté escaparme / irme lejos / pero encontré lo mismo / dije que odiaba a todo el mundo / no lo dije / lo pensé / mentí / mentí / mentí / me creí mejor / que el resto / intenté salvar a los nenes / del precipicio / no quise crecer / intenté salvarlos / pero no pude / entender a dónde / van los patos / en el invierno / si alguien los lleva a un lugar seguro / dije: no cuenten con nadie / si lo hacen empezarán a extrañar / a todo el mundo / la gente arruina todo / escribiendo fuck you en la pared / quise ser diferente / me escapé porque no soportaba / no saber dónde / estás Holden ahora / qué te pasó / si descubriste a dónde van / los patos / cuando el agua se congela. For Salinger I was also Holden / I also fell in love with Holden / I wanted to know where the ducks go / when the lake freezes / I looked for a red hunting hat / I wore it backwards / I tried to escape / go far away / but I found the same / I said that I hated everybody / in truth, I didn’t say it / I thought it / I lied / I lied / I lied / I believed I was better / than the rest / I tried to save the kids / from the cliff / I didn’t want to grow up / I tried to save them / but I couldn’t understand / where the ducks go / in the winter / if someone takes them somewhere safe / I said: don’t ever tell anybody anything / if you do / you’ll start missing / everyone / people ruin everything / writing fuck you on the walls / I wanted to be different / I ran away because I couldn’t stand / not knowing where you are / Holden / now / what happened / in the end / did you find out where / the ducks go / when the water / freezes Facebook Twitter