Tulio Mendoza Belio | Arte Poética

TULIO MENDOZA BELIO (Rancagua, Chile, 24/agosto/1957). Poeta, escritor, profesor, crítico, editor, artista visual, ensayista y gestor cultural. Reside en Concepción desde 1976. Traductor Francés-Español, titulado en la Universidad de Concepción (1976-1980); Egresado del Programa de Magíster en Artes con Mención en Lingüística, Escuela de Graduados, Universidad de Concepción (1980-1987); Miembro Correspondiente de la Academia Chilena de la Lengua por Concepción (elegido en 2007); Premio Municipal de Arte de la Ciudad de Concepción (2009); Condecoración Medalla Santa Cruz de Triana, I. Municipalidad de Rancagua (2005); Condecoración Medalla Escudo de Armas Ciudad de Concepción (2006); Premio Regional Baldomero Lillo de Artes Literarias (2011, Región del Bío-Bío); Premio Ceres a las Artes Regionales (2011) por su libro Otras palabras; Medalla Yasunari Kawabata por el Primer Lugar en el VII Concurso Nacional de Cuento Breve, Instituto Cultural Chileno-Japonés de Santiago (2013, Chile); Premio Literario Nacional Stella Corvalán, Mención Poesía, (2014), por su libro Oficio de sastre, I. Municipalidad de Talca; Premio Literario Nacional Óscar Castro Zúñiga, Mención Poesía (tres veces ganador del Primer Lugar: 2005, 2001, 1998), I. Municipalidad de Rancagua. Ha obtenido ocho veces la Beca de Creación Literaria del Fondo Nacional del Libro y la Lectura: Las bayas del enebro (poemas, 2020); Sangre que viva canta (poemas, 2018); Monedas/Miradas (poemas, 2015); Lugares ejemplares (ensayo literario, 2015); Nyntos (poemas, 2013); El hombre del cuchillo y otros cuentos (2013); Llamas de un mismo fuego (sonetos, 2011); Fernando González-Urízar: un clásico contemporáneo (ensayo literario, 2 tomos, 2006). Director-Editor de Ediciones Etcétera. Profesor de la Facultad de Humanidades y Artes, Universidad de Concepción. Director-Fundador del Centro Cultural Fernando González-Urízar de Concepción. Presidente de la Sociedad de Escritores de Chile (SECH), Filial Concepción. Más de 20 libros publicados, siendo los más recientes: En un abrir y cerrar de ojos (cuentos, 2021), Monedas/Miradas (poemas, 2021) y Las bayas del enebro (poemas, 2022).

 

 

 

ARTE POÉTICA

 

 

Cuerpo el poema, cuerpo la palabra
cuerpo, cuerpo la noche del sentido
en que llegan a mi cuerpo sonidos
como por obra de un abracadabra.

 

Allí aguardas en espera que se abra
la puerta del vocablo que conmueva,
das caza a toda pieza que se mueva
y desechas aquella que no ladra.

 

Te empeñas en buscar la buena nueva
que anuncie de algún modo ese destello
que destape el oído de los sordos.

 

Te pasas sin dormir la noche entera
mientras pones tu sangre como sello
y bebes el poema sorbo a sorbo.

 

 

ERIZO DE MAR

 

 

El erizo de mar avanzaba por la superficie de la roca.

Sus púas eran la perfección

de un movimiento genéticamente coordinado.

Relucía en su elegante lentitud, en su pereza de siglos.

 

Era un erizo negro, no comestible.

En la parte inferior de esta belleza,

hay una boca llamada “linterna de Aristóteles”

(el filósofo la describió). Tiene cinco voraces dientes

de carbonato de calcio que raspan y despedazan

y crecen en forma continua

para compensar el desgaste que sufren.

 

El amor es un erizo de mar.

 

 

 

A LO POLLOCK, ME DIJISTE

 

 

A lo Pollock, me dijiste;

a lo Kandinsky, te repliqué;

a lo Tamara de Lempicka, agregaste;

a lo George Grosz, contesté;

a lo Matisse, insinuaste; a lo Gauguin, aventuré;

a lo Toulouse-Lautrec, respondiste;

a lo Magritte, surrealicé; a lo Roberto Matta, disparaste;

a lo Picabia, verbalicé; a lo Chagall, suspendiste;

a lo Picasso, te cubicé; a lo Frida Khalo, accidentaste;

a lo Remedios Varo, te dalicé;

a lo Hokusai, como la ola espeté;

a lo Rufino Tamayo, muralizaste; a lo Botero, te engordé…

 

 

 

 

 

CUORE, PAROLA, LABIA D’AMORE

 

A la poeta Carmen Berenguer

 

Verbaliza su vientre,

préñalo de espuma,

rábialo, recorta la parola,

clávala en tu frente

enraízala tuétano adentro,

vuélala luego, hazla

plural, ambigua, secreta,

sorda, coja, zurda, tuerta,

dale agua, aire, sóplala

con ojo, mano, pierna, oreja,

revuélale las ansias,

que se inflame, que diga,

que no se haga la tonta,

trótala calle, página, pantalla,

vírale las ganas, zúrcela,

que orine, que plante, que mueva,

que calle, pero diga,

que diga, pero piense,

que piense, pero sea cuore,

labia d’amore y bosque;

resóplala al oído,

imántale el caracol,

súbele la ola, lánzala

lanza al aire, rayo secreto,

muerta de la risa,

canonízala, perviértela,

dale oxígeno, cómetela,

bebe de su boca, adéntratela,

justifícala, repártela,

protéjela,

rápala si quieres,

sobre todo bésala,

tómala por atrás,

pásale la lengua

por su ortografía,

celebra su sintaxis,

eyacula feliz, vulvalízala,

bórdala, estámpala,

anégale la fuente,

vociférala, que siembre,

mánala, que moje,

suéñala, que ría,

cuore, parola,

labia d’amore,

parola

mía.

 

 

El POETA

 

 

Nace, se hace, se deshace. Dinos, tinta; habla

gubia; canta, bálsamo. Despiertan las tablas

de la casa, cruje el lenguaje, cuajan las palabras,

se abarrota la imaginación, sudan, respiran las paredes.

En plena oscuridad huele a resina y estoraque.

¿Por qué esta apariencia se acaricia de aromas?

¿Qué filtro anuncia lo que tiemblas,

qué aguja enhebra la distancia para cimbrar apenas

sobre la carne estremecida? Toca, dedo, cuerda;

ven, encanto; fascina mis arterias mientras el poeta

nace, se hace, se deshace, artífice, fingidor

y desposta el fruto en tacto, tajo, jugo,

labios como pétalos cediendo siempre

hacia eso que se funde en la boca y exhala algo

parecido a lo que has soñado y esculpido:

noches como cuerpos, semillas como labios.

 

 

EL INTENTO DE DECIR ES YA DECIRLO TODO

 

 

El intento de decir es ya decirlo todo,

pero no me oyes.

Como en el poema de Prévert,

la jaula debe ser pintada y el pájaro también.

Ambos arrasados por el pintor,

serán llevados al bosque de los frutos silvestres:

el hayuco, la castaña, la mora, la baya

y unos labios impregnados de maqui. En un llano

encontrarán la bellota de Richard Dadd:

el pájaro romperá el hechizo, el poeta lo escribirá.

 

 

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