181. Año 9: SEBASTIÁN LÓPEZ | ¿Recuerdas?

SEBASTIÁN LÓPEZ (San Juan, Puerto Rico) nació el 15 de octubre del 2000. Actualmente, cursa la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras un grado en Literatura Comparada con una segunda concentración en Cine. Conoce la escritura desde pequeño, imaginándose narrativas desenvolverse en el campo puertorriqueño. Sin tener una educación formal en cine, autogestionó la producción de su propio cortometraje, Todo es Ir (2022), como una labor de pasión.  Ahora, como escritor en formación, divide su tiempo entre la labor cinematográfica y el estudio literario… pero siempre escudriñando las fronteras entre la imagen y la letra. Nace y vive como Sebastián López Fernández, pero utiliza el seudónimo para rescatar una identidad familiar ya olvidada.

 

 

 

No hay amor del cobarde

 

Aquí, en mi boca, vive un fiel mancebo

siervo al verso que nunca termina siendo;

de pulso inseguro, tiembla bajo la luz.

 

De lo bello no se escribe

porque la mano que tala

es solo piel,

solo deseo anhelado,

carne tumefacta,

sucia.

Es solo papel

sin tinta.

 

Porque la lengua que cuenta

solamente sabe

canciones de vergüenzas,

de devoción sin consumación.

Solo sabe correr,

y, correr

de lo dicho,

de lo escrito,

de ser.

 

El pobre se ha tragado el pájaro

con la jaula completa.

 

Porque no hay amor del cobarde

y, aquí, morirás

en mi libreta,

incompleta,

sin canción ni métrica

porque mi lengua es la más pequeña.

 

 

Ehret

 

hoy

a las cuatro

velan el cuerpo de Idea

 

tosca, intensa, musical

dama fina, nadie vino

a su funeral

 

No murió

en la paz de ningún señor

no murió

bajo cruces que claman sombra

no hay dios

solo sangre sudor semen

cenizas

no hay dios

solo hay

silencio en cenizas

 

A las cuatro

hoy

solo hoy

muerta

nadie vino a su funeral

 

Pero oye

oye

las voces que cantan

Idea,

Idea,

siempre serás

 

 

¿Recuerdas?

 

Cuando te pregunten

cuántas vidas has vivido,

¿pensarás en mí?

 

Y, en qué ha quedado

el rosa de la noche,

el beso que cierra broche,

y el deseo entregado

 

y en qué queda, te pregunto,

la condena que pides,

la devoción sin santo,

y la oración sin punto.

 

Solamente me has dejado

con el delirio vivo,

y el fantasma ausente

de tu rostro ya borroso.

 

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