ALEJANDRO ANTONIO MARTÍNEZ SÁNCHEZ, Méxicano, escritor y amante de las letras. Lic. Derecho Internacional por la UAEMex, docente, apasionado de la poesía y los derechos humanos. Padre de un hermoso hijo. Las obras literarias son mi forma de expresar la belleza y pasión que desentraña y desnudar la mente.
Navegante
Fui el navegante, navío errante de tus dudas,
Mujer, no me dejes la incertidumbre de tu partir,
Se rompió el timón de mi fragata, perdí el mapa de ti.
Ha sido difícil la distancia entre los dos,
Un tormentoso mar que me separa de vos,
Mi corazón, tu recuerdo es el faro intermitente,
Solo un temor que nos mantiene pendientes.
En la noche oscura, tu amor, mi estrella polar,
Aunque el viento sea fuerte, mi corazón te seguirá.
Otra Vida
Tal vez en otra vida, cuando el tiempo
ya no pese tanto sobre el alma,
nos encontremos sin la prisa, sin el miedo,
en un rincón donde el amor no se escapa.
Tal vez en otra vida, con los días más suaves,
sin las huellas que dejan los recuerdos,
las palabras que se quedan entre labios
y los silencios que guardan los inviernos.
En esa vida, el destino no será un enigma,
el azar no nos tendrá tan lejos,
y las estrellas, cómplices del viento,
nos guiarán sin el peso de los miedos.
Tal vez en otra vida, podamos tocarnos
sin el “ya es tarde” que ahoga los sueños,
sin la distancia que marca el reloj,
sin el adiós que pesa como un peso.
Y si en esta vida nos tocó perdernos,
quedará en el eco de lo no vivido,
un amor callado, un deseo eterno,
y la esperanza de un reencuentro tímido.
Tal vez en otra vida… quién sabe,
nos encontraremos con los ojos llenos
de la paz que da la espera,
y entonces, amor, sí será nuestro.
Un hasta pronto
Y si no nos volvemos a ver,
que no quede en el aire el silencio,
ni en la piel la huella de un adiós,
sólo el eco suave de lo que fuimos.
Que en cada palabra guardes mi voz,
y en cada paso encuentres mi sombra,
pues el amor no se pierde, se transforma,
como el río que cambia pero nunca olvida.
Y si no nos volvemos a ver,
que el cielo nos regale un instante,
donde, entre las estrellas,
te mire sin tiempo, sin miedo.
No hay final en el viento que arrastra
nuestros recuerdos hacia algún lugar,
si acaso los días nos separan,
sólo será un hasta luego, nada más.
Y si no nos volvemos a ver,
que sepa tu alma que la mía sigue,
vibrando en los gestos, en el aire,
en todo lo que fuimos, que no se apaga.