22. Año 10: AGUSTÍN CEREZO | Jaque mate

AGUSTÍN CEREZO (México). Amante del arte desde su formación actoral en la adolescencia. Posteriormente estudió Ingeniería Gráfica y combinó sus carreras para desenvolverse como Director de Arte en Cine, Teatro y TV. Inició un blog de poesía llamado “Resaca de un café”.  Ha sido publicado en 2 antologías poéticas, con diferentes autores latinoamericanos, las cuales son: “Reminiscencias” y “Entre espinas y versos”, por la editorial Komala 2023, seleccionado y publicado por Grupo Editorial Letras Negras – México 2023 en la convocatoria Microcuento Mexicano, seleccionado de la convocatoria “Lo que escribí para alguien que no existía” por Universo de Letras UNAM 2024, ha recitado en La Casa Invita por Casa de la Bóveda BUAP 2024, seleccionado y publicado por MUSA y La Poesía de Enfrente en la Antología de Poesía “Nocturnal” 2024.

 

 

BODEGÓN

Con la punta del mantel corrido
deslizarme quiero hasta llegar a tu boquilla,
empañar las curvas de tu cristal,
quitar la etiqueta de tu corsé
para con tu vino hidratar mis labios.

Permíteme levitar una copa,
hacer un remolino al viento,
beber cada letra de tus

l
u

n

a                s
r
e

Que nos sirvan los brazos de la vid,
sacudiendo las uvas, en la mesa.

Embriaguemos las moscas
destilando nuestros cuerpos
hasta partir la sandía
o romper los platos finos

Dejemos que las libélulas
nos suban al cielo,
rueden los duraznos
y le lluevan migajas al gato.

 

 

JAQUE MATE

 

Sin quedarnos de otra
pusimos el tablero a la distancia
un juego de los lunes
pasó a cada enero

Mirándonos
salían del cajón las piezas
entre tus manos

En cada cuadro
te ponía
el peón
la torre
un alfil
el Rey

Quedando los caballos
para empezar a montar

Siguiendo la L de tu nombre
comencé el juego

Con movimientos
nos devoramos las piezas
me comiste el alfil
que iba en diagonal a tus muslos

Jaque Mate
balbuceaste
y escurriendo
entregué al Rey.

 

 

CABALLITA

El viento surfeó
las olas de tu cabello
mientras trotabas.

Mitad humanos
te abracé desnuda,
entre corales
burbujeamos el placer.

Tu columna espiral
comprometió mis dedos,
tu respiración
erizó mis escamas,
de tu boca
brotó una perla.

Destellos de amanecer
lustraron nuestro cuerpo
y seguiste galopando, caballita,
en el mar.

 

 

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