MARIUS CHELARU (Rumanía-30 de agosto de 1961) es poeta, escritor rumano, editor, periodista cultural. Residencia: Iaşi, Rumania. Ha trabajado como editor, editor principal, director y/ o colaborator de unas revistas/ casas editoriales del pais y de otros paises; él ha sido publicado en revistas literarias de todos los continentos. Está subeditor jefe de la revista „Convorbiri literare” (Conversaciones literarias), fundada en 1867, editor principal de la revista „Poezia” (Poesía) y otras. Está miembro de numerosas asociaciones profesionales nacionales (La Unión de los Escritores de Rumanía, El club Junimea, Iaşi, La Sociedad Rumana de Haiku, La Sociedad de Haiku Constanţa y otras) e internacionales (World Haiku Association, Japón, „Haiku Foundation”, SUA-Canada, Japan Universal Poets Association, Kyoto, Japón, colaborador de ASLRQ y otras). Marius Chelaru ha colaborado con artículos, poemas, ensayos, crítica literaria, prosa, traducciones, entrevistas y reseñas de libros en diversas antologías internacionales, así como en revistas y periódicos de Rumanía y el extranjero. Ha publicado más de 60 libros (poesía, crítica literaria, novelas, ensayos y traducciones). Sus poemas estan traducidos en más de 35 lenguas extranjeras; sus volumenes personales han sido traducidos en más de 20 lenguas extranjeras (árabe, chino, japonés, turco, alemán, francés, inglés, tártaro, búlgaro etc.). Sus poemas han sido publicados en más que 100 antologías de todos los continentes. Para su creación ha recibido numerosos premios y distinciones nacionales e internacionales.
Un pueblo abandonado
A Rumanía de hoy,
donde la eternidad muere poco a poco pueblo detrás de pueblo
los árboles han partido en exilio
siguiendo los hombres como unos perritos atados con sombra
algunos han muerto de verdad
arrastrandose hasta el margen del cementerio
estaciones sin nombre han fluido por el polvo del camino
capas de soledad cada vez más gruesas
entre las pisadas de los que han vivido
tejiendo los recuerdos entre las infancias
flores con fragrancias en el alma y los raices en el cielo
abandonadas por los niños
a la ribera de la charca de la cual el canto de las rana ha partido
los días
grises o mareados por la luz
desmontan cada noche
dejandose robados por las noches que visten el pueblo
donde no hay nadie que sueñe
entre las casas
un camino con alma petrificada anda a toda prisa
sólo él recuerda
que la eternidad nacío hace mucho tiempo en el pueblo
Sinope
La voz de los almuecinos
se había mezclado con las olas hace mucho tiempo
la voz ronca de algún barco
se fatigaba con las lejanias
El Bósfor
melindreaba bajo de los puentes
buscando un descanso temporal
en la palma llena de colores
hojas secas por luz y por susurros
del atardecer
miraban
hacía el día que vendrá
ellos hablarán sobre recuerdos
ya que su boda con el pasado se ha realizado
en el restaurante
encalado
como una mujer paseando sobre el acantilado
detrás de algún marinero
estaban sólo ellos
y sus silencio de arcilla
la luz de las lámparas
cayó con ruido
sobre la mesa
ellos han retirado sus manos
se han levantado
en sus almos
ya estaba el día siguiente
Constantinopol, bajo el puente Galata, agosto 2022
Poema traducido en español por Daniela Andronache
viaje
Desde la época del régimen comunista en Rumanía, debido a la locura del Líder y sus «seguidores», los pueblos comenzaron a desaparecer uno por uno. Las casas antiguas fueron testigos silenciosos de todo esto. Y aún lo son…
desde lejos
un pueblo aquí o allá fluye a lo largo del camino
ahora veo
pájaros negros que se arrancan de la carne del día
los brotes de la tarde vienen hacia mí
desde lejos
veo las casas colgar como lágrimas
del regazo de la tarde
en algunas ventanas
la luz crece
como una flor de la vida
en los tejados de otras
como olvidadas por todos y por nadie
algunas memorias oxidadas se desatan
vestidas con velos de vuelo de ave del tiempo
las viejas casas
habitadas por la soledad
lentamente se secan
flores no regadas por la vida
ignoradas
oprimidas por las plumas de las nubes
que se alejan cada vez más y más pesadas
más frías
es un dolor que no puedo vencer
cuando veo una vieja casa
morir de soledad
oscuros gritos me alcanzan
desde más allá del olvido
el camino sigue fluyendo hacia el pueblo
sin ninguna herida
sin esfuerzo
después del ataque
nos quedamos/ caras escondidas en una caja con paredes atemporales
en las palmas de una palabra arrugada/dejada como un pensamiento arrugado
sobre una silla de oscuridad, con flecos de cortina hechos de recuerdos
el día sin principio y ya cerrado
es presionado
por arrugas, presente-pasado, el olor a vejez
los significados se desmoronan
en las palmas presionadas por pensamientos roídos por las polillas
a través de los cuales pájaros negros nacidos de la carne del olvido
vuelan como un vapor sin sonido
aquí y allá
sentimos una casa cansada de soledad muriendo
una palabra herida al margen de un poema
o las ramas del silencio-inmovilidad creciendo
de nuestras almas
el mundo es
una habitación donde queda sólo un libro
y de él las palabras han huido
olvidadas por los lectores cosidos por sus sombras
en la arena de la luz desmoronada
caminamos entre los pasos de otros
solos
golpeados por dolores recibidos listos para usarse
nadie te enseña cómo curar
la herida después de la muerte de un recuerdo
nadie te enseña cómo aceptar
la historia
Traducción al español de Marisol Bohórquez Godoy