227. Año 10 | 2.ª Ed. Quincenal Oct. 2025 | MARIUS CHELARU – Un pueblo abandonado

MARIUS CHELARU (Rumanía-30 de agosto de 1961)  es poeta, escritor rumano, editor, periodista cultural. Residencia: Iaşi, Rumania. Ha trabajado como editor,  editor principal, director y/ o colaborator de unas revistas/ casas editoriales del pais y de otros paises; él ha sido publicado en revistas literarias de todos los continentos. Está subeditor jefe de la revista „Convorbiri literare” (Conversaciones literarias), fundada en 1867, editor principal de la revista „Poezia” (Poesía) y otras. Está miembro de numerosas asociaciones profesionales nacionales   (La Unión de los Escritores de Rumanía, El club Junimea, Iaşi, La Sociedad Rumana de Haiku, La Sociedad de Haiku Constanţa y otras) e internacionales (World Haiku Association, Japón, „Haiku Foundation”, SUA-Canada, Japan Universal Poets Association, Kyoto, Japón, colaborador de ASLRQ y otras). Marius Chelaru ha colaborado con artículos, poemas, ensayos, crítica literaria, prosa, traducciones, entrevistas y reseñas de libros en diversas antologías internacionales, así como en revistas y periódicos de Rumanía y el extranjero. Ha publicado más de 60 libros (poesía, crítica literaria, novelas, ensayos y traducciones). Sus poemas estan traducidos en más de 35 lenguas extranjeras; sus volumenes personales han sido traducidos en más de 20 lenguas extranjeras (árabe, chino, japonés, turco, alemán, francés, inglés, tártaro, búlgaro etc.). Sus poemas han sido publicados en más que 100  antologías de todos los continentes. Para su creación ha recibido numerosos premios y distinciones nacionales e internacionales.

 

Un pueblo abandonado

 

A Rumanía de hoy,

donde la eternidad muere poco a poco pueblo detrás de pueblo

 

los árboles han partido en exilio

siguiendo los hombres como unos perritos atados con sombra

algunos han muerto de verdad

arrastrandose hasta el margen del cementerio

estaciones sin nombre han fluido por el polvo del camino

capas de soledad cada vez más gruesas

 

entre las pisadas de los que han vivido

tejiendo los recuerdos entre las infancias

flores con fragrancias en el alma y los raices en el cielo

abandonadas por los niños

 

a la ribera de la charca de la cual el canto de las rana ha partido

los días

grises o mareados por la luz

desmontan cada noche

dejandose robados por las noches que visten el pueblo

donde no hay nadie que sueñe

 

entre las casas

un camino con alma petrificada anda a toda prisa

sólo él recuerda

que la eternidad nacío hace mucho tiempo en el pueblo

 

 

Sinope

 

La voz de los almuecinos

se había mezclado con las olas hace mucho tiempo

 

la voz ronca de algún barco

se fatigaba con las lejanias

 

El Bósfor

melindreaba bajo de los puentes

 

buscando un descanso temporal

en la palma llena de colores

hojas secas por luz y por susurros

del atardecer

 

miraban

hacía el día que vendrá

ellos hablarán sobre recuerdos

ya que su boda con el pasado se ha realizado

 

en el restaurante

encalado

como una mujer paseando sobre el acantilado

 

detrás de algún marinero

estaban sólo ellos

y sus silencio de arcilla

 

la luz de las lámparas

cayó con ruido

sobre la mesa

 

ellos han retirado sus manos

 

se han levantado

 

en sus almos

ya estaba el día siguiente

 

Constantinopol, bajo el puente Galata, agosto 2022

Poema traducido en español por Daniela Andronache

 

 

viaje

Desde la época del régimen comunista en Rumanía, debido a la locura del Líder y sus «seguidores», los pueblos comenzaron a desaparecer uno por uno. Las casas antiguas fueron testigos silenciosos de todo esto. Y aún lo son…

desde lejos
un pueblo aquí o allá fluye a lo largo del camino

ahora veo
pájaros negros que se arrancan de la carne del día

los brotes de la tarde vienen hacia mí

desde lejos
veo las casas colgar como lágrimas
del regazo de la tarde

en algunas ventanas
la luz crece
como una flor de la vida

en los tejados de otras
como olvidadas por todos y por nadie
algunas memorias oxidadas se desatan

vestidas con velos de vuelo de ave del tiempo
las viejas casas
habitadas por la soledad
lentamente se secan
flores no regadas por la vida
ignoradas
oprimidas por las plumas de las nubes
que se alejan cada vez más y más pesadas
más frías

es un dolor que no puedo vencer
cuando veo una vieja casa
morir de soledad

oscuros gritos me alcanzan
desde más allá del olvido

el camino sigue fluyendo hacia el pueblo
sin ninguna herida
sin esfuerzo

 

después del ataque


nos quedamos/ caras escondidas en una caja con paredes atemporales
en las palmas de una palabra arrugada/dejada como un pensamiento arrugado
sobre una silla de oscuridad, con flecos de cortina hechos de recuerdos

el día sin principio y ya cerrado
es presionado
por arrugas, presente-pasado, el olor a vejez

los significados se desmoronan
en las palmas presionadas por pensamientos roídos por las polillas
a través de los cuales pájaros negros nacidos de la carne del olvido
vuelan como un vapor sin sonido

aquí y allá
sentimos una casa cansada de soledad muriendo
una palabra herida al margen de un poema
o las ramas del silencio-inmovilidad creciendo
de nuestras almas

el mundo es
una habitación donde queda sólo un libro
y de él las palabras han huido
olvidadas por los lectores cosidos por sus sombras
en la arena de la luz desmoronada

caminamos entre los pasos de otros
solos
golpeados por dolores recibidos listos para usarse
nadie te enseña cómo curar
la herida después de la muerte de un recuerdo
nadie te enseña cómo aceptar
la historia

Traducción al español de Marisol Bohórquez Godoy

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