DAVID ORLANDO ACEVEDO ROJAS. Soy un escritor de origen colombiano, oficialmente formado en Ingeniería. Cuento con múltiples publicaciones de cuentos cortos y poesías en diferentes países de latinoamérica, especialmente en Brasil. Mi profesión me ha llevado (más por azar que por excelencia) a deambular por un par de docenas de naciones, a vivir por ratos como rico y por ratos durmiendo en la calle, a aguantar hambre y a probar excentricidades; me ha llevado a aprender múltiples idiomas y a tener una familia con la que nunca me imaginé. Adoro las historias, en el formato que vengan, y me siento honrado de poder contar esta, aunque se pierda en el abismo; pues la vida es efímera y así la disfruto.
MAÑANA / VENIR Y MORIR
Postrada perdiendo el aliento
contando las horas para ver el mañana venir.
Hoy sollozo en silencio con esta
mi máscara mortuoria clavada en el rostro y queriendo morir.
Añoro el mañana porque con él traerá
aquellos momentos que quiero y deseo
pero que nunca me atrevo, estando despierta
a hacerlos venir.
Cortando y tajando, pelando e hiriendo,
haciendo un almuerzo, como muerta posesa
para un hombre sin alma
pasos mis días queriendo morir
Con hoja maldita y hambrienta
Mis muslos a diario castigo
En aras quizás, del mañana que quiero
Que llega, se acerca, que siento venir
Será mañana que note por fin,
que de noche saltando y gozando
te pierdes insensible, buscando cobijo
en la cama de tu hija que quiere morir.
Será mañana iracunda cuando de fuerzas me colme
para las mil toneladas del cuchillo simplón,
espada de Damocles, que colgando sereno
en tu pecho maldito esperando su turno
clavar ya por fin
Mañana te advierto, enfermo maldito
¡Mañana seguro!
Pagaras por los días que fueron también
Un mañana seguro y pasaron, se fueron
Y me dejaron aquí
ROJO TÚ, ROJO YO
Rojo intenso, rojo fuego
Rojo avivante que enciende pasiones
Rojo profundo que perpetuo aviva mi ego
Aquel rojo que me enciende, que me atrae,
El único color en realidad que dentro de mis ojos aún recae
Pues en blanco y negro veía la vida, aquella mi mísera existencia
Hasta el día extraño en que el rojo nació dentro de mí y me libró de la complacencia
Al amanecer recuerdo el aroma del rojo color
Rojo intenso, rojo oloroso, rojo fluyente
Rojo nascido de tu carne viva maltratada de dolor
Al anochecer olvido la pasión de tus gritos en mi mente
Y recuerdo humilde aquellos días, con añoranza
Aquella que cosquillea y ruge, aquella que te enamora y encapricha
Recuerdos de miseria y pesadumbres se me escapan ante la dicha
De saberte muerta ante mí, como alabanza
Rojo intenso, rojo sangre
Rojo enfermo que corre sobre el asfalto
Rojo del sol naciente que se cuela por la ventana de mi celda
VEN
Ven a caminar amante mía, ven a conocer el mar.
Por quince años te he negado tus deseos, mas hoy por fin hemos llegado.
Ven doncella de mi casa, ven cuando te lo ordeno.
Limpia tu rostro con el agua del arroyo y deja atrás tu calzado.
Ven y siente la arena en tu piel,
ven y permite al calor ardiente ampollar tus pies sin caridad.
Ven princesa de cristal, deja atrás tus ropas y vendajes y sangra en libertad.
Ven virgen adorada, con tus manos temblorosas y tu cuerpo malnutrido.
Ven y muestra al cielo tus senos malformados y tu sexo aún dormido.
Ven conmigo pronto y sin llorar, que el dolor pronto ha de acabar.
Ven y prueba este brebaje que te hará gozar,
ven y aprende el placer químico que te tengo para dar.
Ven que los cultistas esperan y mi cuchillo de hambre languidece
Ven sacrificio mío,
ven y acuéstate en el altar,
porque hoy es el día de tu muerte y mi Dios no quiere más aguardar