42. Año 10: RAQUEL GAVILÁN PÁRRAGA | La eternidad de lo imposible

RAQUEL GAVILÁN PÁRRAGA (Madrid, 1991) es una escritora y poeta apasionada por las emociones humanas y su expresión a través de la palabra. A lo largo de su carrera, Raquel ha cultivado una voz única, cargada de sensibilidad, fuerza y honestidad, que invita a sus lectores a reflexionar sobre las cicatrices, las transformaciones y la belleza oculta en cada rincón del alma. Volcán y Cristales es su tercer poemario publicado, y en él plasma un viaje personal de autodescubrimiento, pasión y vulnerabilidad.

 

 

 

MITAD ACCIDENTE, MITAD INTENCIÓN

 

Imagino resbalarme por tus ojos,

y es

mitad accidente,

mitad intención.

 

Tú me esperas con un cielo de algodones,

por si acaso me doliera la caída.

Y me agarras firme,

y yo dejo de sentirme en suelo firme

cuando me agarras.

 

Imagino que me caigo en tu mirada,

como caen del cielo las estrellas

en las noches de verano.

 

Me descubro en ese bosque de hojarasca,

tan profundo y tan inmenso,

de dorados jirones y de lágrimas negras.

Aire nuevo y especiado que en mi pecho

se deshace entre el amor y la tormenta.

 

Imagino que en el fondo de tus iris

me sumerjo en el abismo de tu nombre,

y es volando entre las grietas de tu labia,

terciopelo de caricias que me rozan.

 

Cuando descubro

que deseo que me ames

como ama toda luz a sus rincones:

sin pedirle permiso a las tinieblas.

 

Te imagino y me haces óleo con tus manos,

me haces verso.

Me recorres con la boca y con tus dedos.

Me deshaces en el tiempo como arena,

 

y me borras todo miedo de la piel.

 

Mitad por accidente

mitad con intención.

 

 

EL BESO

 

Ese vértigo sutil del amor que nos espera.

El impulso tembloroso en la carne de la boca.

El calor que emana lento de tu aliento entrecortado.

La suavidad que se diluye en los poros de tu piel.

El roce que se hace frontera entre el deseo y la caída.

La corriente que se extiende en el hueco entre dos almas.

La respiración suspendida en el borde del abismo.

 

El instante en que este mundo se ha olvidado de girar.

 

 

LA ETERNIDAD DE LO IMPOSIBLE

 

Yo te quiero a mi manera,
en el silencio de un suspiro,
como el sol besa a las flores
desde la distancia justa,
en el momento preciso.

Tú desatas mis deseos
con caricias invisibles,
le haces el amor a mi mente,
y mi cuerpo te responde
en la distancia y el tiempo.

Mi hambre no es siempre igual,
suele ser intensa y firme
como mi cuerpo que se encoge y expande,
deja huellas invisibles, y se regenera
cada vez que pienso en ti.

Y es el amor que se derrama
sobre todos mis rincones.
Ha aprendido a ser silencio y a ser grito,
a moldearse en la sombra de tu ausencia,
y a desdibujarse en la luz de tu presencia.

Porque vives en la sombra de mis versos,
en la luz que se filtra en mis noches sin ti,
y te encuentro cada vez que mi cuerpo
se sumerge en el mar
salado, frío y bravo.

Así funcionan los amores silenciosos
que se quedan a vivir en nuestros cuerpos:
el mio no es una carcasa vacía,
es un cuerpo lleno de ti,
de la eternidad de lo imposible.

 

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