96. Año 10: FABRICIO ESTRADA | Oración solar

El poeta uruguayo Jorge Palma prepara un dossier de poesía latinoamericana contemporánea. Leemos en esta entrega al poeta FABRICIO ESTRADA (Honduras, Sabanagrande, Francisco Morazán, 1974) Poesía: Sextos de Lluvia, 1998, Poemas contra el miedo, 2001, Solares, 2004 (Editorial Pez Dulce, Tegucigalpa), Imposible un ángel (antología, Il Miglior fabro) 2005, Poemas de Onda Corta, 2009, Blancas Piranhas, 2011 (Pez Dulce), Sur del mediodía, 2013 (México, Pervert Public -Costa Rica-Casa de Poesía), Houdini vuelve a casa (Pez Dulce, Honduras-Editorial Trabalis Puerto Rico), 2015, Blake muere en París a causa de un paparazzo (antología personal, Ediciones Aguadulce 2018, Puerto Rico). 33 Revoluciones para Rodríguez, 2018 (Honduras, Editorial Universitaria). Osos que regresan a la radioactiva soledad de Chernobil, 2019 (Uruguay- Editorial Yaugurú). Piedra Boomerang, (Proyecto Literal-Limón partido, México 2019, Editorial Poetaria, Honduras 2023). Sus poemas aparecen en antologías iberoamericanas e inglesas. Ha participado por Honduras en diversos festivales internacionales. Prepara la publicación de su narrativa. Sus artículos de opinión han sido publicados en revistas impresas y on line de Iberoamérica. Integró el Taller de Poesía Casa Tomada (1993-1996) Teg.; Miembro Fundador del Colectivo de Poetas Paíspoesible, Teg. (2004-2008); Miembro Fundador de Artistas en Resistencia, Teg. (2009-2011), Primer Lugar del Premio Nacional de Poesía de Los Confines, Honduras 2017. Ha sido traducido parcialmente al inglés, sueco, árabe, portugués e italiano. Narrativa: Ha publicado La Era Pre-Schuman (cuentos, Editorial Casasola, 2021 Honduras y Editorial La secta de los perros, Puerto Rico, 2022) Los Extras (novela, Editorial Mimalapalabra, 2025 Honduras). Sus crónicas, Tegucigalpa, Ciudad Crónica, están en preparación.

 

 

 

DECRETO

 

 

Vinieron por las muletas.

Ningún lisiado de pie en la mañana. Todos reptando.

El decreto se dio en la madrugada:

corten, derriben, denle vacío a toda esperanza.

Vinieron por las ropas.

Todos desnudos y reptando.

El decreto fue leído en cada esquina:

que venga el frío a cebarse con nosotros.

 

 

 

MAQUILA.

 

 

Siempre

el deseo de ver en los demás

lo que ya ocurre en nosotros mismos,

el intento de desviar la tristeza que nos corroe

hacia otros más aptos para sufrirla.

¿Qué producimos además de toneladas de angustia?

¿Qué reciclamos además de millones de añoranzas?

Se abren las cajas a toda hora

sacamos la infinita víscera de tela,

los cuellos, la aguja

las mangas, la aguja

la etiqueta, la aguja

hora tras hora

mientras llega el tiempo del almuerzo,

tras los talleres, tras las bodegas

en las grandes maquilas que nos trasquilan,

esa especie dentro de nuestra especie

que nos saca la piel en finos hilos y la empaca.

 

Un amigo me contaba

sobre el feeling de una maquila en Choloma:

durante todo el día la música atronadora de los parlantes,

evitando la cháchara entre obreros.

Aquella estridencia debe conducirlos a casa vibrando,

hechos pedazos, al final del día,

volutas blancas para barrer y toser.

Me contaba de la apuesta que se hace

para producir más camisetas blancas,

camisetas blancas,

camisetas blancas,

camisetas blancas,

camisetas blancas,

camitesas banclas,

casemitas banclas,

catemisas banclas,

casemitas clanbas,

clanbas casemitas,

blicetas cambasblancas,

cambasblancas misetas,

blamicetas mlancas,

clamancas cetablas,

micetas blanmas,

camiblambas cetas…

 

Conmueve ver a la gente del primer mundo

vistiendo nuestra piel.

Conmueve sentir cuando llegan los desolladores

y nosotros tan blandos

entregando nuestro pecho y espalda,

el cuello blanco, la aguja,

la manga blanca, la aguja

la etiqueta blanca

 

la aguja.

 

 

 

ORACIÓN SOLAR

 

No dejes marchitar

las flores de mi muerte necesaria

ni pulas las palabras

que surgen de mi ahogo

Jamás cedas mi verbo

a la colección de animales disecados

que todo niño acaricia sin miedo

 

Recuerda

que el primer dios bajo el agua

tuvo el pie de Agüeybaná sobre su pecho

y fue el río quien respondió a sus plegarias

 

Permíteme tender la ropa

para que vistas luminoso con ella

Quema los libros de autoayuda

que preguntan para qué sirve la poesía

 

Permíteme cargar sobre tus hombros

una civilización de hormigas

que incendia con teas minúsculas

el pasto reseco de los días

Eres orilla de la sombra, eres orilla que arde

al inicio de las sombras.          Amén.

 

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