FÉLIX ANTONIO STRICKER BATISTA Nació en San Juan de Puerto Rico en 1962. Estudió música clásica en EE. UU. y Alemania. Comenzó su carrera en Alemania como trombonista independiente. Después de cursar estudios superiores en Suiza y Holanda, se especializó en música medieval y renacentista, destacándose en el campo de la música histórica. Su primer poemario Atonalidad Confederada fue publicado en septiembre de 2022 en Puerto Rico, bajo el seudónimo de Tirso Gabriel. En la obra indaga sobre la identidad de un músico medievalista caribeño en tierras europeas. Actualmente reside en Suiza, donde se desempeña como músico independiente.
Tres poemas de Negresco de Félix Antonio Stricker Batista (Colección de Poesía Panhispánica de Santa Rabia Poetry, Perú, 2024)
I SUEÑO ENTRE DELIRIOS
Lucero,
cuando intento repetir
el sueño donde te conocí,
el universo se vuelve un caos.
Imposible
se ha vuelto esta encomienda,
porque los actores de la noche
borran mi memoria con sus hechizos.
Hay farsantes que quieren imponer
su versión de la vida y de tu baile,
cuando ya teníamos la coreografía
de tu danza sideral.
Lucero,
baila tu baile sin que nadie decida por ti,
muchos quieren dejar sus huellas,
sin darse cuenta de que la estrella eres tú.
Quiero descansar en paz,
lucero,
para que brilles
sin mis escritos de agonías.
Qué importa si cuento hasta diez, cien o mil,
si la mañana es el único momento de silencio,
para recordar tu pasar
y tu baile fugaz.
Desde nuestro novel sueño
duele tu ausencia.
Ahora solo resta darle bocanadas
al aire fiero de la noche
y soñar con tu regreso.
IV MADRUGADA EN PÉRDIDA
Escuchando atentamente mi respiración,
me dejo llevar por el deseo de festejar
la madrugada de tu cuerpo.
Mi vestimenta adormitada
enloquece al palpar tu piel,
se enardece y se nubla
al desear sombras.
Dime, oscuridad,
¿existimos en momentos descoloridos,
o es nuestro deber aflorar cada mañana?
Duermo encerrado entre lamentos,
deseoso de amar a pie forzado.
IX PEDREGAL
Dicen los dioses empedrados:
–Andamos por calles sin pureza
encontrando voces asonantes en desvelo.
Se queja la virgen pluralista:
–Veo decadencia y huecos de virtudes
acariciando imágenes afloradas e inútiles.
Proclaman los incorregibles:
–Los apadrinados de este desperdicio
solo acumulan ofensas celestiales.
Maldito seas pedregal,
reafirmado queda que
solo damos vueltas y vueltas
en un redondel abandonado.