ANDRÉS PARÍS MUÑOZ – LA MUERTE DEL ÚLTIMO HOMBRE


Andrés París Muñoz (Madrid, 1995) es Graduado en Bioquímica y estudiante de doctorado en Biociencias moleculares por la UAM con una beca de “laCaixa”. Además, ha disfrutado de una de las becas del Ayuntamiento de Madrid para hacer una estancia durante el curso 2019-2020 en la histórica Residencia de Estudiantes. Es autor de tres poemarios, Sonetos y velas vanguardistas (Círculo Rojo, 2011), Entre el infinito y el cero (Poeta de Cabra2, 2015) y Como nace el agua (Huerga y Fierro, 2020). Ha participado en varias antologías: Cuaderno de bitácora. Antología de la Tertulia Rascamán (Poeta de Cabra2, 2016), Arrecife de naufragios. Segunda Antología Saigonista (2016), Madrid en trazo y verso (Séxtasis Ediciones, 2017) y De viva voz. Antología del Grupo Poético Los Bardos (Ediciones de la Torre, 2018).También, ha publicado artículos en la sección Madrid del periódico EL PAÍS y poemasen revistas literarias como: Principia, Luces y sombras, Cuadernos del matemático. Suobra poética ha obtenido algunos galardones, entre ellos, el Primer Premio de Poesía VPremio Poeta de Cabra y el Primer Premio de Poesía Lanzadera de poesía delAyuntamiento de Madrid 2017. En 2013 resultó finalista de la III Olimpiada de filosofíade la Comunidad de Madrid y en 2019 y 2021 fue finalista del Certamen de JóvenesCreadores del Ayuntamiento de Madrid.
 
 
SENCILLEZ
Es todo tan sencillo.

El hospital de enfermos terminales
el tanatorio
y la incineradora,
enlaces de un solo puente.

Y el mar,
rodeándolo todo.
 
(Del libro Entre el infinito y el cero, 2015).
 
 
LA POESÍA

Si quieres que cumpla su objetivo
imagina que la escribe
tu mejor poeta.
 
(Del libro Como nace el agua, 2020).
 
 
ROJO Y MÁS ROJO 
 
I
 
Diario de Burgos (29 de abril de 1937)
 
Es ahora río y gasolina.

Las hordas rojas del miedo
dicen que mis manos han pegado.

El incendio no me olvidará los ojos.

Soy tan noble como cualquier ángel
y es infame atribuir a lo heroico
la proyección del puñal en el barro,
su propia sombra enterrándose.

Cuando niebla,
recomienda todo pájaro
no abrir la llave del fuego,
arder las paredes y espacios
recogidos, toda una vida,
por la boca.

Ayer,
la única luz,
de la tierra,
y ningún vuelo programado
por la frente.

Hoy,
ámbar el cielo,
y las fotografías reblandecen
la sangre informe de mi hermano.
 
Es ahora un celeste
sobre la Santa ciudad de los hombres,
la vergüenza al beber
o vivir hasta que la lluvia
—como si fuera tiempo—
siga
marcando
el paso.

Es ahora una patria serena, tranquila, libre,
feliz junto a
mí.

Es ahora asesinos, martirios, incendios
destrucciones y el caos llevado a toda parte.


Es ahora,
yo.
 
II
 
Euzkadi (diario de Bilbao, 5 de mayo de 1937)
 
Comprendo tus actos,
las emisoras y periódicos
han endurecido mis dos pechos.
 
No sé qué mundo permite
tus pies fantásticos
extendiendo al horror una silva.
 
Leo tu huella,
no por qué culpas la sangre o las calles
—que son inocentes—
que niños, mujeres, ancianos y religiosos
habitan.
 
Tienes que negar.
 
Qué otro camino
has tomado.
 
(Poema ganador de la Lanzadera de poesía 2017 del Ayuntamiento de Madrid).
 
 
Último hombre
 
Hay cielos grandes o pequeños,
depende de la fe o el planeta.
 
Los que temen
lo justo y necesario
eligen uno de los dos adjetivos.
 
Goter
a
es tiempo.
 
Dejas huellas solo
cuando levantas el pie
—no por lo que arda
o afile las hojas—
y la arena de un reloj
te puebla hacia el pasado.
 
Futuro y sombra empequeñecen
una vez tierra junto a las hormigas.
 
Mientras cribas historia
el espejo vive piedra
y el trabajo, polvo Sísifo,
reconocimiento
que recordarán las cosas
cuando lo reciente sea olvido
y estén cansadas de viajar las flores.
 
Tantos sueños y nubes
que ahora cuando miras,
la misma pérdida.
 
Ser esdrújula o explicarte.
 
La muerte del último hombre
jamás será confirmada.
 
(Del libro Como nace el agua, 2020).
 
 
 
 
 
 
 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *