
Santa Rabia presenta de una selección de poemas del autor peruano Enrique Bernales Albites (Lima, 1975). Poeta, narrador, gestor, coach y psicosinfonista cultural, miembro de Inmanencia (comunidad poético/política), profesor de Literatura en University of Northern Colorado. Ha publicado los libros: Inmanencia (1998), Inmanencia: Regreso a Ouroborea (1999), 21 poemas: Cerridwen (2004), Regreso a Big Sur (2019), la novela Los territorios ocupados (2008) y la antología de poesía peruana de los noventa, Los relojes se han roto (2005).
Robin de Sherwood (del libro inédito El arco y la flecha)
IN MERRY ENGLAND in the time of old, when
good King Henry the Second ruled the land, there lived
within the green glades of Sherwood Forest, near
Nottingham Town, a famous outlaw whose name was
Robin Hood
Howard Pyle
Querida Marion:
Te escribo sin capucha
a las cuatro de la madrugada,
atizo el fuego para
que no se apague,
me encuentro a mitad de la selva umbría literalmente,
rodeado por sus centinelas,
los árboles.
El escuadrón te saluda,
para ellos tú tambien eres su dama,
no sólo la del encapuchado.
Ahora, ellos duermen felices y nerviosos,
están muy borrachos y sus ronquidos
molestan a los mismísimos Helme y Cerridwen,
duermen libres porque saben que los cuido
con el arco y la flecha, incluso ebrio en mi locura.
Te escribo con la flecha, uso el arco para apoyarla
y desplazarla con candor,
el arco es una mano donde dibujaron a Lira,
cerca de allí me ha crecido
una ampolla que es Vega.
Ayer hicieron su aparición como buen presagio
antes de la batalla que decidirá nuestro destino,
el de los niños del bosque,
un jefe indio y un mago venido de la periferia sur,
el jefe indio me mostró sus plumas
que daban mucha personalidad a sus orejas, nos habló
de una educación basada en el corazón,
el mago, en cambio, vino a leernos las cartas,
el tarot como le dicen,
el pequeño Juan y el Fraile Tuck
se daban de codazos por ser los primeros.
El mago sin nombre me dijo si podía
leerme el destino. Le respondí que no, que no
creo en tal cosa, que todo lo resuelvo con el arco y la flecha,
no tengo tiempo para lectura de cartas.
“Yo no leo el tarot,
contrariamente, leo los corazones
cuando miro a los ojos,
con eso me basta”.
El mago está más loco que yo,
me contó que al sur del bosque
se propaga una profecía entre los niños y sus familias
de desplazados, de refugiados de múltiples guerras y
conflictos creados por el capital y las corporaciones noticiosas,
un guerrero del arco iris está por llegar
para crear una nueva comunidad que desplace al capital,
el mago dice que ese guerrero es Robin de Sherwood,
yo tengo mis dudas pero igual peleo para que la profecía
llegue a buen puerto porque eso hacen los líderes
con buen corazón, no creen pero protegen a los suyos
con el arco y la flecha.
En pocas horas nos espera el sheriff de Nothingham,
debes saber que su ejército
ha sido reforzado convenientemente por drones de
última generación, el sheriff afirma soberbio que nuestras flechas
no les van a hacer el más mínimo daño porque sus escudos protectores
son de una tecnología jamás vista por hombre alguno, sabes,
los hombres de ciencia sirven al oro,
sirven, finalmente, al sheriff de Nothingham.
Nosotros en cambio tenemos niños brujos, Herne, Cerridwen,
árboles, palos, azadones, hondas, arcos y flechas de nuestro lado
la lucha será desigual e injusta
pero pelearemos con el corazón,
pelearé por ti, Marion, y por los refugiados
de todas las guerras del pasado, del presente
y de las que están por venir.
Contra todo pronóstico ganaremos, confía en mí,
confía en los niños que pelearán junto a mí, junto
al fraile Tuck, junto al pequeño Juan, junto a Cernunnos,
sinceramente no tengo miedo porque tengo tu amor
que calibra mi puntería como nada lo puede hacer
en este planeta azul que dicen que es verde o negro
como el petróleo o rojo como la sangre que derrama el capital
a diestra y siniestra o plateado como los drones que nos bombardean
inmesericordemente desde alturas inimaginables, tu amor
me basta como líder del escuadrón, como el guerrero
del arcoiris que dicen que soy, yo sé lo que te digo, esta vez
ganaremos, esta vez sí ganaremos. Te tenemos de nuestro lado y eso
nos basta, eso nos basta para ganar: “María, llena eres de gracia”.
Tuyo por siempre,
Robin de Sherwood
P.D. Ponte el vestido azul, los niños dicen
que el azul de tu vestido nos dará mucha suerte.
Dekabristy (del libro inédito Rusia: una historia de amor)
Esto sucedió no hace mucho,
Fue durante el reino de Alejandro II
León Tolstói
Hermoso decembrista
de ojos negros,
te están buscando,
tus tierras
tu uniforme de gala
tus títulos
han sido devorados por el fuego del dragon
Te diriges con la nieve como tu mejor aliado
más allá del Cáucaso,
recuerdas las noches blancas de St. Petersburg,
los bailes, las reuniones secretas con tus
camaradas ahora colgados
ahora rumbo a Siberia al exilio
recuerdas las copas de champagne luminosas
y las sonrisas de los jóvenes
que como tú
querían cambiar el mundo
y enfrentarse al fuego
del dragón con una sonrisa
colgando de su rostro
como única armadura
Recuerdas que ebrio te hincaste
ante el sol de medianoche
en la plaza de San Pedro,
el sagrado Neva frente a ti,
juraste
amor eterno a la Santa Madre Rusia,
juraste acabar con la autocracia,
ahora todo esa ha quedado atrás
ahora el desierto es tu destino, Yury,
el dragón es inmenso y peligroso,
ha incendiado todo a su paso,
ahora va por ti, está muy cerca,
por eso no dejas de acariciar
tu espada y confiar en la fuerza
de tu caballo, avanzas
para esconderte
allí donde nadie conoce tu nombre
donde sólo eres un vagamundo
Despiertas, has estado aquí antes,
en las puertas de esta ciudad del desierto,
acariciando los mosaicos
de las mezquitas, correteando en las
calles llenas de vendedores de especias
y de telas, escuchando al viejo
mendigo recitar los versos de Omar Qayyam,
has estado aquí antes, ésta ha sido tu casa,
Samarkanda, la ciudad azul, te la da bienvenida
querido Yuri, hermoso decembrista de ojos negros.
I (De la sección Machu Picchu Blues, Regreso a Big Sur, Bardoborde, 2019)
Quizás así empiece este viaje:
Bingham, ¿ya te fijaste las rutas?
Yo sólo amo, Bingham
Yo sólo amo, yankee explorador
Y en el amor veo el mundo
el manglar, la lluvia
las estrellas, los elementos que dan vuelta
desde tiempos de Galileo
Desde tiempos de Copérnico
Desde aquel descuartizamiento
de Hypatia, la más linda diosa
que hubiera parido Alejandría y toda la hibridez
oriental y griega.
LOS GATOS SALVAJES DE LISBOA (del libro inédito Séptimo poema)
Los gatos salvajes de Lisboa afilan sus garras
en las murallas del castillo de San Jorge,
Los gatos salvajes de Lisboa no maúllan,
cantan ebrios el fado más desgarrador del Barrio Alto,
Los gatos salvajes de Lisboa se trepan en la línea 28
del viejo tranvía de la Baixa-Chiado
y descienden en la Alfama para comer unos ricos bacalaos,
Los gatos salvajes de Lisboa nunca duermen,
te atacan por las noches si no compartes con ellos tu botín
mi país (del libro inédito Séptimo poema)
mi país no existe
allí no hay delfines rosados
ni hombres que coman gatos
tampoco piñas tan inmensas que
logren opacar el resplandor del sol
mi país no existe
es la figura de mi padre ausente
yo vengo de mi país
vengo de mí mismo
yo soy sus delfines rosados
el caníbal reductor de cabezas
las líneas de Nazca
el brillo de mis ojos
mi país no existe
mi país soy yo
empieza en el norte
muy cerca de la línea del Ecuador
o más bien en la punta hirsuta de mis cabellos
termina en Tacna al sur
en la frontera con Chile
o diría mejor en alguna uña
de mi pie izquierdo
la capital política de mi país no está en Lima
sino en mi corazón
su población se estima en
un habitante como mucho
carece de una religión oficial
ni siquiera posee su propia moneda
ha nacido del barro primordial
producto de esperma y óvulo
de países más grandes
mi país está sólo en Sudamérica
apenas bañado por la inmensa espuma
del pacífico mar
un día, mi país morirá…
Ocho Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana (del libro inédito Entre la casa y el mar)
I
en lluvias llegaron,
no se puede hablar
de sus muertes sin hablar de sus vidas,
de todo esto nos olvidamos para volver,
todo era tranquilo, bonito,
novedad para mí,
tu orejita blanda,
tu medula, los duraznales,
el escarbe de papas,
la hora de ajustarte las cuentas
II
¿la cría del hombre reconoce su imagen en el espejo?,
Acá hemos tenido que sufrir la burla del ser & el tiempo
por hablar nuestro grado cero de la escritura
¿ese cuerpo fragmentado se muestra regularmente
en los sueños?
Nos decían inmutables, heterogeneidad multitemporal,
hibridación, abismo hermenéutico
o más allá del principio del placer posestructuralista
y nos mostrábamos personalistas, bellos en el ejercicio
de la superestructura y del relámpago, sin embargo,
él me mataba o encerraba así nomás,
conchatumadre, ahora vas a morir
III
pero yo era mis animales, la puerta del corral,
la cría del perro, tu olor a leche fresca,
tus venas, las noches sin luna,
la quebrada, los eucaliptos,
debajo de toda esta vida
nuestras cenizas arden, te quiero,
mi corazón tiembla cuando te ríes,
muchacha de Fontainebleu,
IV
Sus ojos son tan altos
que mi ser está triste
Sus ojos, la luz de la metralla,
los siglos no los pueden hundir,
Sus ojos, las torcazas de Sausillok,
los ídolos se caen
Sus ojos no son tan altos
pero hieren la noche con su fuego
Sus ojos son tan altos
nadie pudo asaltar su cielo
V
detrás, érase una vez una pared,
tu imagen en el arroyo,
la muerte, de ese canal de los antiguos,
con linterna nomás se andaba,
lo peor de todo es que te mueres de hambre
y tienes que seguir
comiendo las lágrimas y las coronas
las cuales conforman la constelación
ante el sepulcro desconocida
resuena: EL PEZ MUERE POR LA BOCA
comer también es morir un poco
VI
estuvieron aquí y se fueron
sólo te queda el sueño
de sus pies que te oprimen, lo imaginas
murmullo estival
y allí te quedas al dragar
la desesperanza
en este lecho marino en este día
que era una pequeña noche
has rodado borracho por el desierto,
VII
brota fábula, que como la lluvia ya estás dentro
de un dios que es pura sombra,
¿has derramado sobre mí a la bestia,
a la madonna del parto, al ángel,
todos los dolores de la patria?
la sangrecita se precipita e inunda
el librito,
desprotegido, al igual que las botitas,
entró al pueblito
y no sé como leerlo,
en este umbral de mis ancestros,
leo del principio, del cantito, del medio,
enciendo una vela y no entiendo nada
muriendo,
¿cómo se leerá?, ¿para qué sirve?,
el pueblo se vacía
tras unos pasos en llamas con olor a mar,
no entiendo nada de los héroes,
de los mártires, esos que entendían,
de corrido, de paporreta,
no entiendo nada,
viejo, pariendo el horno en cenizas,
como cada puñal que hiere tiernamente
en su ignorancia y en su novedad
al sol, pero que en todo iluso poema
es solo tabula rasa,
VIII
un día como hoy, balas, llantos, hachazos,
los últimos flashes y la furia del relámpago
que con su hondita amable mutila tu cuerpito,
la ropa que debía lavar en el río,
mutila tu cuerpito y no se detiene,
¿que en esto hay alguna diferencia
en los autores que deste caso escriben?,
pero esto importa poco a nuestro cuento,
basta que en la narración del
no se salga ni un punto de la verdad
COCTEL DE SIMURG (poema homenaje a César Vallejo)
Una vena rinde la médula
como si los ruiseñores cibernéticos
todavía huidobraran mi rostro en pedacitos lácticos.
Vallejiza esta masacre,
la ciudad en cuatro patas
te espera al otro lado del pentágono,
cercenadora en sus puntas sin cribar.
Porfías por salvar los testes en metralla;
ni siquiera la vena urdiendo,
pero tienes que seguir de ojos cabalgando
por el culo de las cosas,
por debajo del panóptico muy-muy.
Te gusta escarbar en la nocturna
como si no hubieras terminado de parir tus astillas;
es allí donde encuentras el punto G de la poesía,
tu propio rostro pusilánime, por eso te escribo así,
a ti que odias la risa del peñasco
o las mesetas puramente estéticas.