Enrique Solinas | El cuerpo, el poema

ENRIQUE SOLINAS (Buenos Aires, 1969). Es escritor, docente, traductor e investigador. Desde 1989 colabora con publicaciones de Argentina y del exterior. Como investigador se especializa en Poesia argentina, Poesía latinoamericana, Antologías poéticas y en Poesía y Mística. Publicó hasta la fecha: Signos Oscuros (Buenos Aires, 1995), El Gruñido (Buenos Aires, 1997), El Lugar del Principio (Buenos Aires, 1998), Jardín en Movimiento (Buenos Aires, 2003, y Perú, Lima, 2015), Noche de San Juan (2008), El gruñido y otros poemas (Antología poética, Buenos Aires, 2011), Corazón Sagrado (Buenos Aires 2014 y México 2015), Barcas sobre la zarza ardiente (2016), El Libro de las Plegarias (2019), El pozo y la cima (2022); The way time goes and others poems / La manera en que el tiempo se va (USA, Antología poética inglés-español, 2017), Escrito a fuego (Usa, Antolgía poética para la comunidad latina, 2017), 时光就这样流逝 (traducción al chino de la antología poética The way time goes – La manera en que el tiempo se va, Shanghai, 2017), Le grognement  (traducción al francés de la antología poética El gruñido y otros poemas, París, 2021). En colaboración, Dificultades de la poesía (ensayo, 2010), Invocaciones –cuatro poetas en la voz del mito- (poesía, 2012), Antologías Argentinas – Intervenciones sobre el canon y emergencias del imaginario (Editorial Teseo, Buenos Aires, 2017). En narrativa: La muerte y su conversación (cuentos, 2007). Por su labor literaria obtuvo varios premios, entre ellos, el 1er. Premio Nacional Iniciación Bienio 1992/1993, de la Secretaría de Cultura de la Nación Argentina; el 1er. Premio Dirección General de Bibliotecas Municipales de Buenos Aires 1993; Mención en los Premios Municipales de la Ciudad de Buenos Aires a la Producción 1994/1995; Subsidio Nacional de Creación de la Fundación Antorchas, Concurso 1997 de Becas y Subsidios para las Artes y Subsidio de Investigación en Poesía Argentina Contemporánea, Concurso 1997 de Becas y Subsidios para las Artes; 1er. Premio Estímulo a la Creación, Año 2000, Secretaría de Cultura de la Nación; Finalista del Premio Internacional de Poesía “Pilar Fernández Labrador” 2017, en Salamanca, etc. Ha obtenido la Beca de Residencia Shanghai Writing Program 2014, otorgada por el Gobierno de China a través de Shanghai Writing Association. Su obra forma de parte de antologías nacionales e internacionales, siendo traducido al inglés, al chino, al italiano, al francés, al griego, al rumano, al portugués y al talimi.

 

EL CUERPO, EL POEMA

 

Abre los cristales de su cuerpo,

la memoria es un espejo que nunca

se cansa de temblar. Aquí,

hay un jardín espléndido

donde no son posibles las despedidas.

Aquí, el pasado, el presente y el futuro,

permanecen unidos para siempre.

 

Escribe la palabra tiempo y de repente

el tiempo avanza sobre la historia.

Escribe la palabra espacio

y en un instante

se encuentra

en medio del jardín.

 

Sabe que la soledad es buena compañera,

que el poema es plegaria

arrojada a su interior.

 

Ensaya, reza, apunta;

intenta el canto.

 

Escribe la palabra revólver

y la poesía es un disparo de luz,

contra la oscuridad.

 

 

DEJARSE IR

 

Suelta el cuerpo su alma, suelta

las teorías sabias, la armadura del tiempo, suelta

lo material que ya no te pertenece,

el aroma del miedo en el filo de esta tarde.

 

Suelta tu corazón, los sueños inconclusos, suelta,

ya no habrá mañana para vivir.

Y aunque parezca triste esto que digo, suelta

la razón que no contenta a nadie.

 

Porque morir es terminar

y soltar el mundo

conocido.

 

Porque morir es empezar

de nuevo la vida

otra vez.

 

 

CORAZÓN, CORAZÓN

 

Situado en el centro

de mi pecho,

domina el sentimiento

la razón. Piadoso

y sin piedad existe,

su espíritu es tan fiel

como esos galgos buenos

que siempre me acompañan.

 

A veces en su latido

hay dolor,

probablemente sean las flechas

que alguien lanzó al azar y se resiste

a morir con razón,

a dejar de existir,

a vestirse de olvido

en esta tarde amarga.

 

He aquí la belleza,

he aquí el terror:

abrazar contra el pecho la certeza

que todo ha de morir,

que el mundo es efímero y fugaz;

que amar y ser amado es una condición

de un instante, de un día, de una hora,

un momento cualquiera

en algún recóndito lugar

del universo.

 

Ay, corazón, corazón,

no hay nada más triste

que saber

 

que todo ha de morir,

 

que todo ha de morir

y que es inevitable.

 

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