LUDWIG SAAVEDRA – COMO UN PÁLIDO HURACÁN Elí Urbinajulio 21, 2020noviembre 4, 2021Poesía panhispánica, Revista Navegación de entradas PreviousNext Ludwig Saavedra (Lima, Perú, 1985). Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha publicado las plaquetts de poesía: Florece, 2009. El mar de vinilo, 2015; ambos con el sello Paracaídas editores; los poemarios Los arrecifes, edición cartonera a cargo de Amaru Cartonera, Hartado de sonidos y Al pie de la explosión, 2017 y 2018. Ha participado en diferentes festivales de poesía, ferias de libro, en Perú, Ecuador, Chile, Bolivia y el norte argentino. Es declamador de poesía itinerante, docente de Literatura en colegios, librero, editor del sello Huachumera editorial y la Revista Latinoamericana de Poesía Obayareti. Prepara dos nuevos libros y espera la Revolución de la mente y que arda todo. PRIMER POEMA Si tu dolor ha crecido como árbol frondoso (sin el prestigio de los álamos en las noches de luna llena) Si el sonido que me tiendes no es cuerda para mi charango y no me salva A pesar que te he otorgado los colores del amor embadurnada de limo fino Desnuda nube o rosal Si las palabras resuenan encallan lejos en playas perdidas Y la muerte es esa ola que las dispersa borrando sus huellas Nos desvanecemos con harta fe alas de cormorán sin temor al que dirán Sin dolernos de tu gloria Malaquita mía Sin creernos ya lo que tus ojos bailaron en la oscuridad aterciopelada dos cometas dos zarpazos de primavera Mientras un poema desvirga la estación veraniega sincopadamente Saborea este blues secreto hará nítido el dolor Pero si el vacío es todo lo que lleva el río de sonidos a cuestas Las palabras se suicidan prendiéndose fuego Las notas se suicidan tan puras como son Con solo aguantar la respiración. SEGUNDO POEMA Los más bellos poemas son nada frente al mar o el dolor de mi padre Este poema no sosiega un ápice Tan ínfimo es ante el concierto de las olas O lo hondo de su mirar Lo ígneo en ti es lo ígneo en mi le digo ¿Qué otra cosa podemos hacer? ¿sino arder incendiar el mundo la memoria en nuestro rodar? Mirar atentamente poeta el mar nocturno Percibir sutil desolación desenvolviéndose para ti más real que una herida y sin embargo una alucinación )El reflejo de la ciudad sobre el mar es más real que la ciudad ( El concho luego de sorber un solo de Rollins Oh Sonny Rollins en el malecón de Chorrillos Catarsis invocación brezo palma Cerezo de trémula respiración descarga rompeola meditación. TERCER POEMA Entre los escombros de la lucidez un mar se asoma Solo lamento algún viento pueril en mis velas Y sé que sumergirme en los arrecifes que llevas en tus ojos sería igual a diluirme en la noche como la neblina sobre el mar y ¿acaso no llevas también tú arrecifes en tu pelo si me sumerjo en ellos como un tiburón que puede percibir tu aroma a través de vastas distancias? Estos días Me he perdido Como un viajero en la garganta de una tormenta Y he dibujado con un lápiz de arena un arrecife Pero la poesía no es una anécdota Ni una carta es Un relámpago maravilloso en la oscuridad repleta de peces abisales Amo la poesía como el buzo el arrecife corales corales como los de la 9 de Beethoven CUARTO POEMA Escribir poesía es un oficio triste y muy esforzado Muerte entre llamas azules y verdes al osado Que luce como estandarte su cerebro lleno de valles y sinuosas plegarias La masacre letanía del invierno que asciende entre cantos de vendedores ambulantes lo sabe y Se abre paso como un perro rabioso antes de que le den el balazo fundamental Arda la pira de sus ansias como ofrenda Saber conjugar y olvidar Y saborear esta desolación entre palmeras de diamante Yo antes fui dédalo y florecí en rostros vacíos como monedas de un dios deudor De todas las oraciones de las niñas buenas Yo antes decidí olvidar mi propia claustrofobia Sonreír cada tanto y cruzar los albores de esta ciudad y su música concreta y afilada Se de memoria laberintos y estepas y he visto regocijarse poetas Testigo fiel de todos los crímenes Manjares me entretuvieron y entonces entristecí pero dije Este es mi Perú de poesía Poemas que sudan y tosen y chillan y a lo que les moja el rochabús de la policía Entonces me volví salvaje decidí otra vez tomar el oficio por las astas de demonio Feliz Campante Me deshice en los caminos de ichu Me sembré como amor en los balcones de sus ojos Me sacrifique en los fest de poesía destripando cerdos para buscar perlas Salté el charco libre el chaco sacié el dolor de las iras y de los idos Los pormenores de las manos que insidiosas trepaban porque solo sabían y quedaba eso Trepar y trepar a como de lugar El sinsabor era parte de la sazón de la muerte cocinera Nuestros nervios se posaron en sus versos como aves de color mortecino Soñé con los parajes blancos donde salta la Qarqaria Los volcanes nutrieron mi imaginación fogosa entre tantas fiestas inyectadas a la fuerza Gire como un pálido huracán trepé también a mi modo Pero nada satisfizo este acorde que llevaba Ni nadie acerco su oído para escucharlo Somos solo el recuerdo que dejamos en una tarde frente a los chicos del colegio que miraban profundamente intrigados a esos señores presentados como poetas Esos señores resaqueados Escribo sin pensar Escribo sin dudar Escribo de verdad Pero eso cuenta? Importa me dice el saxofón de Coltrane y la lira de Orfeo Importa me dice el perro más furioso del infierno Importa me dice el trozo de isla que se salvó de tu tormenta de gestos vacuos Importa me dice Willy me dice Franky me dice Héctor domador de caballos suéltame que voy sin jockey Los nombres épicos de nuestras fiestas en el barrio causa Los sueños perdidos los sueños encontrados Los sueños arrasados por las alas de sombra de los tiempos altamente líricos y sílices. QUINTO POEMA Quiero escribir un poema que tenga el sabor imperecedero de la soledad Porque sé de soledad y se de ritmo Y sé también como consumir un detalle hasta hacerlo brillante como una estrella Y entonces solo entonces suspirar corteza de árbol uña de gato labrado y silente Acomedido de ángeles de aluminio Esas balas que esquivas entre las ruinas Sabemos que he jugado a la paleta de Eguren Que he embadurnado hasta el final de miel todo el oído del monstruo Que tu ni nadie se atrevía a ponerle cascabel al gato ni nombre tan siquiera Pero si le llamaban como Vallejo gato gato Acaso entre nosotros solo queda el rencor y la sonrisa de hojarasca Para otros incendios que dancen Para que otras altas columnas de humo sostengan templos Pleno de la voracidad de las estrellas Y calido como los bandoneones y sierpe como los girasoles ocultos En la mano de Blake y la pluma inserta en la iluminación de Basho Bosones y miradas furtivas La cabeza que explotará como coche bomba Ante el edificio de la solemne poesía de oro y pan de oro y tostada de oro Y todas esas orillas donde de rodillas horas de horas acarician sin pudor la carne del río Y el tiempo que alarga su sombra y saborea mi poema Me apura Porque la muerte sabe también sabe tan bien Tocar su solo de batería Su invocación a todos nuestros pulsos Tengo una estrella en el pecho Tengo una estrella de sílex y corta en pedazos la fibra de la noche Y sangra la noche con tus ojos y sangran mis ojos con tu noche Y tu roche es breve pero intenso Podrías morir de roche Si te preguntaran por las aves que anidan en tus manos En tus calidas manos hermano Verastegui por tus palabras que son como manos que Prenden puchos y agarran hembras en la árida meseta que es Lima Cuando todos se van a soñar O morir la orquesta que sube la cuesta Esa orquesta de obsidiana de sílex decolorado y altísono y perpetuo el bajo y grave y señero el oboe y aquí no hay oboes solo quenas y zampoñas y zapateos Harto zapateo y chispas entonces Chispas para que sueñes y sigas soñando y riendo y trabajando tus poemas Como quien perdona al tiempo todo lo imperdonable que esta vida nos ha hecho Amontonando nuestros recuerdos junto con los muertos y las flores y todas las luciérnagas del vino éter. 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