Luis Correa-Díaz – Epístola ad Jeremy Paden

Luis Correa-Díaz, Miembro Correspondiente de la Academia Chilena de la Lengua y de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba (España), poeta y profesor de Digital Humanities y Human Rights en la University of Georgia-USA. Autor de varios libros y artículos críticos. Ultimamente destacan: a) el e-book colectivo Poesía y poéticas digitales/electrónicas/tecnos/New-Media en América Latina: Definiciones y exploraciones (2016), b) La futuridad absoluta de Vicente Huidobro (2018), c) Novissima verba: huellas digitales/cibernéticas en la poesía latinoamericana (2019). Sus poemarios son: Americana-lcd (2021), metaverse (2021), Haikus nada más (2021), Los Haikus de Gus (2021 y 2020), Maestranza de San Eugenio… (2020), Diario de un poeta recién divorciado (2020 y 2005), … del amor hermoso (2019), impresos en 3D (2018), clickable poem@s (2016), Cosmological Me (2010 y 2017), Mester de soltería (2008 y 2006). Miembro del comité editorial de diversas revistas profesionales europeas, latinoamericanas y estadounidenses. Profesor visitante en: State University of New York –Albany; Instituto Iberoamericano-Berlín; Pontificia Universidad Católica de Chile; University of Liverpool; Universidad de Salamanca; Pontificia Universidad Católica de Bolivia; Universidad de Playa Ancha, Valparaíso, Chile. http://www.rom.uga.edu/directory/luis-correa-diaz-0

 

 

2050

 

me pongo a pensar y hago el frío

cálculo, faltan 29 años y capaz

que no llegue, es lo más seguro,

pero me gustaría aunque no fuera

sino por ver qué pasa con esto

de mitigar nuestra huella planetaria

y alcanzar esa anhelada carbono

neutralidad, cosa de combatir ya

el triste% famoso cambio climático,

que se sabe nos está subiendo

la temperatura y causándonos

muchos más desastres y fatalidades,

se entiende que no sólo a nuestra

especie, el oso, la osa y los ositos

polares preguntan a sus hielos,

pero, de lo que nunca hablamos

ni hablaremos es sobre la causa y

es que somos muchos sobre la faz

de la Tierra, por ahora 7.6 billones

y para el 2050 la ONU proyecta

unos 9.8, cifras que hablan solas

y que ni en la G-20 en la Roma

de este año 2021 se van a tocar,

tampoco en la COP26-Glasgow

—el último Summit al que se pudo

haber ido comprometidos en serio

en serio sobre lo impostergable—,

como se debiera por los líderes

del mundo, el asunto no tiene

vuelta, hasta parecería anatema

contra nuestros propios derechos

humanos, contra esa dignidad

intrínseca e inalienable, única flor

inmarcesible en este bello jardín

moribundo como tal (aplicada

la metáfora, por cierto, a toda

forma de vida sin exclusión alguna),

que ni un poema barroco deshojaría

con su labia de rayos X, tampoco

afirmarse en good faith que it’ll be

gone with the wind, no en letra

de los Architects, más en la clásica

de Kanssas, expuesta en desnudez

absoluta igualmente a ese dust

nada de lisonjero, aunque sabedora

de que reina en otras primaveras

nacientes en exoplanets sin contar

 

 

 

Epístola ad Jeremy Paden

 

buen amigo —encontrado en Granada,

la de España, en el 2018, y vuelto

a abrazar en Chapel Hill, North

Carolina, en el 2021, ambas veces

con motivo de algún evento poético—,

quisiera avisarte que cuando recibas

los Cosmo-Me poemas, salieron ya

por correo temprano, no te vayas

a imaginar que intenté algo parecido

a lo que hoy se festeja tanto, musical-

mente hablando, a esa muy uplifting

“My Universe” de Coldplay (& BTS)

[https://youtu.be/3YqPKLZF_WU]

—promocionada como el segundo single

from an album por venir con el título

de Music of the Spheres, que a ti y

a mí nos recordará tantas lecturas—,

donde, se hacen maravillas visuales

en lo tocante a la videalización y

los efectos digitales, que lo lindo

que tienen es que son playful/joyful

comparados con la estética al uso

de corte apocalíptica al imaginarnos

futuros, y claro que es cierto en poesía

y ciencia que that bright infinity [is]

inside your eyes, acknowledging it

accounts for the ultimate tribute in our

history of love as we lo pensamos,

—aunque la songcita también admite

poder escucharla en alegórico mode

y eso de they said that we can’t be

together reminds me of my “Alien love(r)”

: http://cargocollective.com/TonyBravo—,

y most importantly que we are made 

of each other, con una tal preposición

que nos perdona nuestro overreaching

ego y la tiranía de ese invidente necio

que en nosotros no quiere incluir todo

lo que vive donde sea que viva…, pero

lo mío fue otra cosa, un sencillo facing

up del hablante lírico que purposely

se declaraba siervo libre de amor y

se dejaba caer, con una felicidad

no usada, a los brazos del deep sky,

medio entre Los Tres/Café Tacuba

y el viaje de Altazor después de vencer

las fuerzas gravitacionales del medio…

 

…te digo todo esto no porque no confíe

en tus dotes de lector, probado está

con tu poesía misma y con ese texto

tuyo preciso sobre mi Americana-lcd y

el doble corazón del inmigrante, no, no,

sino porque he visto en ti a un poeta,

como dijo mi amada Irene en tu reading

at Café Cortado, organizado por nuestro

Oswaldo Estrada en el Epilogue Books,

con similar rigor y ternura, para quien

no es ajena la gramática especulativa y

el hecho de que todas nuestras lenguas

share el 99.9% en su sentido del mundo,

y porque bien sé que un día no lejano

escribirás ese poema sobre un Capitan

America que, con tu voz detrás de la voz,

tendrá más de Gloria Steinem in her 80s

su enamorada cuando se acuerde de ella

mientras se propulsa ageless y beautiful

con su escudo ya no bumeránico y mortal,

ahora sí espejo surtidor de la sola energía

del padre a todos sus sentinels of Earth,

un cáliz aéreo que no contendrá ni gota

de national exceptionalism en su sangre,

en vez de un supersoldier vengador e

invasor, when retconned by you, de otros

mundos, el tuyo será ese ángel humano

simplemente que nunca hemos sido…,

perdóname este entusiasmo, amigo mío,

no es que te lo dicte es que te lo presiento,

cruzando el himen above hacia el mar

de verdad inmenso, en viaje a Playa Larga

 

 

 

Georgia…, again > Oct. 13, 2021

 

it’s doom alone that counts

 Bob Dylan

 

ay Georgia, my love, always going

wrong and against, now the Board

of Regents at the University

System of Georgia has killed

the tenure freedom —as we used

to know it— factually and

unilaterally under the excuse

of enforcing accountability

during post-tenure reviews, it’d

sound a due cause if it wasn’t

to give to the political rulers

of the time, oblivious of the fair

and participatory Faculty governance,

the sole power over the intellectual

souls who populate its campuses

and grow peaches in the minds

of students instead of autarchy…;

having read the news, and said

this here, I wonder if writing a poem

such the one you are reading

would put me at the paredón and

we will all hear the sentence: fire[d]!!!

 

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