Mónica Manrique de Lara (Granada, 1974) es licenciada en Traducción e Interpretación. En la actualidad, compagina su labor como profesora de lenguas en la escuela secundaria con el desarrollo de una vocación poética que ha ido cogiendo fuerza a través de su vida. Ha colaborado con su poesía en diversas acciones artísticas (exposiciones de pintura, “performances”, recitales, etc.), redes sociales y blogs de literatura. En el año 2019 sale a la luz “El cuerpo de las flores” (Ediciones Escondidas, España), volumen de poemas y relatos en el que participa junto a otras escritoras. Ese mismo año colabora con una recopilación de poemas en la revista transdisciplinar “Exégesis”, publicación de la Universidad de Puerto Rico en Humacao. En el año 2020, aparecen poemas de la autora en diversas publicaciones culturales, tales como “142, Revista Cultural”(España), “Revista Altazor”, de la Fundación Vicente Huidobro (Chile), Revista “La Piraña”, (México), en la que su poesía aparece traducida al francés por Miguel Ángel Real, Small Blue Library, entre otras. En ese mismo año, ve la luz Devoción de las olas (coedición de Isla Negra Editores, de Puerto Rico, y Crátera Editores, de España, 2020), su primer libro de poesía en solitario. Actualmente, sigue colaborando con su poesía en diversos proyectos multidisciplinares, tales como el documental Hierro Yermo, para el museo Memorial de Vitoria por las víctimas del terrorismo, o el dossier de la Universidad de Puerto Rico dedicado a la obra y figura de María Zambrano, recientemente publicado. Muy pronto verá la luz La leña, que será su segundo libro de poesía.
VOCACIÓN DE LAS ALAS
En otros párpados fue sueño la gaviota,
un intacto fluir de horizonte alineado entre alas,
yo la tuve en verdad ante mis ojos,
la bandada iba formando con el vuelo
silenciosas, cambiantes, sus arpas,
fue tan hermosa en su cuerpo real
que no sabría cómo soñarla sin romperla,
el sueño y el recuerdo
viven ambos atados a un mástil,
tocando, de las cosas, la distancia,
pero son hijos de madres distintas,
una dormida en la tibia eternidad,
otra encendida en la vigilia ante la muerte,
mas la gaviota, horizonte o fisura,
por siempre será rumbo.
PUERTO CERRADO
La sombra de la paloma sobre el blanco
es ella frente al muro, es el sol desteñido,
es la esencia impenetrable del cemento,
pero este fuego hace arder los edificios,
en los días de gran oleaje
el horizonte se desnuda de su línea
y todo queda revuelto,
el horizonte, el mar y tú
frente a la tibia pequeñez de mi materia,
entonces vuelvo al muro,
ahora ya sin paloma, y recojo su vuelo.
Ambos poemas de Devoción de las olas (Editorial Isla Negra, Crátera editores, 2020)
TIERRA Y SUEÑO
¿Cuántas estrellas ha de apagar un hombre
para dejar de ser cegado por el sol?
En las antorchas de la sangre vive un ángel
que pone el paño y lo unta de brea,
mientras descansa sobre el mar de sus labores
como mazorca del anhelo es recogido
por la guadaña del cielo dorado.
Hay un destino que alarga los brazos
y otro que cruza arrancando la hierba
crecida en el sueño,
hay un panal de las abejas del silencio
que van libando el corazón de lo ocurrido
y con lo íntimo hacen miel en lo sagrado,
hay una nube de cristal, busca ser senda
y queda el cauce desnudo de un río.
Del libro inédito La leña, de muy próxima publicación