PAOLA DÁVALOS – LA CENIZA ES FÉRTIL Elí Urbinaseptiembre 1, 2020noviembre 4, 2021Poesía panhispánica, Revista Navegación de entradas PreviousNext Paola Dávalos (Lima, 1991). De formación autodidacta. Ha realizado trabajos de gestión cultural. Es cofundadora del proyecto Días Circulares e integrante del grupo artístico Gugú Dadá (poesía y música) – 2017. También es parte del proyecto Verbo Húmedo (poesía erótica en escena) desde el 2019 hasta la actualidad. Sus textos han sido publicados en la antología Al Filo del Sol (primera antología poética en braille del Perú) – 2019. Ha participado en distintos recitales, homenajes y eventos de poesía dentro del país y también en Argentina. 1 Sobre esa flor caen rayos de sol y se abre en impulsos maravillada. Ha despertado dentro entre nervios y arterias, ebulle enrarecida por la compañía de ramas laberintosas sintiéndose luminiscente campo enterrado en figura humana. Deslinda imperfecciones cerrando sus pétalos al anochecer, protegiéndose de plagas y tristezas; y, sin embargo, hay un eclipsado dolor en este cuerpo que ahonda en los detalles, sobreviviente de emociones graves, irrecuperable la ceniza es fértil y ahí yacen raíces del umbral agonizante puesto en los ojos que besan, desesperados, la fe. 2 Hay un rostro que irrumpe el ciclo de mis acciones detrás se esconde el mar vuelco a su corriente y profundamente escucho cómo oscurecen los hechos lejos de todas las olas que siento sigue burbujeante espuma sobre la superficie donde se deja ver el cebo para pescadores de lo mismo redado cardumen de entrañas grises es de esperarse la de presión no es para nada dores sino de seres sin nombre habitantes del azul inframundo sus tormentos cargan murmullos de inexistencia purgando voces en redes debajo de la última piedra devida. MIRAR-ME He visto entrar y cerrar la puerta levantar y dejar caer la copa maquillar los vacíos y abrir hemorragias sonrientes una y otra vez avivando el pecho con sórdidos golpes conozco la sombra de madera, vaivén, cristal falso o criatura muda cómo se esconde bajo el sol de los otros en un acto camaleónico para luego descansar en la piedra agrietada que es pero su ímpetu de víbora susurra reflejos de interminables escaleras que suman ecos pasados volátiles faces y yo desaparezco en el fondo intuyo de nuevo tengo un rostro que mirar- me y no temo OFRENDA AL TACHO He llorado a mares ¡oh metáfora que una vez fuiste! marchita eres entre muchas otras la misma suerte tendrán las imágenes que tengo de ti de tanto nombrarlas se harán livianas exiliadas atraídas por el lado oscuro de mi mente; bendito eres, fruto del olvido lleno de gracia indiferente ruego porque tu uso desborde la boca de los bárbaros que reman con la misma O a cuestas como hace siglos él, ganado arriado vuelve a rimar blasfemo en el denso lodo que pasta junto a sus pares; pronuncia el epitafio ahora, es la hora de la muerte su figura escampa como cualquier otro entredicho o lugar común que desprendemos a la vista ignoramos de un borrón y termina en ofrenda al tacho. Facebook Twitter